La importancia económica, social y cultural de los animales para las sociedades humanas es tan antigua como el tiempo. Los animales son fundamentales para la seguridad alimentaria, la salud humana, los medios de sustento, la sostenibilidad e incluso para brindar acompañamiento emocional. Por ejemplo, «se calcula que 200 millones de animales de trabajo respaldan los medios de sustento de más de mil millones de personas en todo el mundo», señala Roly Owers, presidente de la Coalición Internacional para el Bienestar Animal (ICFAW), que colabora con la OMSA en el marco de la mejora del bienestar animal en el mundo.
El destacado papel que desempeñan los animales en nuestras vidas «implica la responsabilidad ética de garantizar su bienestar en la mayor medida posible», añade la Dra. Carol Sheridan, secretaria adjunta de la Subdivisión de Bienestar Animal del Departamento de Agricultura, Pesca y Silvicultura de Australia. Sin embargo, una ONG como World Horse Welfare, miembro de la coalición ICFAW, no deja de subrayar «la falta de reconocimiento de la importancia de la sanidad y el bienestar de los animales a nivel político».
Impulsar el bienestar animal
En la actualidad, la misión de la OMSA consiste en «mejorar la sanidad y el bienestar de los animales en todo el mundo». Este segundo aspecto, estrechamente relacionado con el primero, pasó a formar parte del mandato de la Organización con la adopción de una resolución en 2002. Los Miembros reconocieron el vínculo esencial entre la sanidad y el bienestar animal, y solicitaron a la OMSA [OIE en ese entonces] que desarrollara una visión y una estrategia detalladas que incorporaran todas las facetas de esta temática compleja.
Más de veinte años después, se han logrado importantes avances. En la primera Conferencia Mundial sobre Bienestar Animal, organizada en París (Francia) en 2004, los Delegados nacionales adoptaron las primeras normas relativas al transporte y el sacrificio de los animales, trabajando en estrecha colaboración con organizaciones internacionales, el sector privado y la sociedad civil. En 2004, dichas normas se publicaron en el Código Terrestre y, en 2008, en el Código Acuático. El bienestar animal se definió oficialmente como «el estado físico y mental de un animal en relación con las condiciones en las que vive y muere».
Las “cinco libertades”
Enunciadas en 1965, las «cinco libertades» describen las expectativas de la sociedad en cuanto a las condiciones a las que están sometidos los animales cuando están bajo el control de las personas, es decir:
- Libres de hambre, sed y desnutrición
- Libres de temor y angustia
- Libres de molestias físicas y térmicas
- Libres de dolor, de lesión y de enfermedad
- Libres de manifestar un comportamiento natural
Desarrollar normas basadas en la ciencia y las evidencias
Organizaciones de productores como el Consejo Avícola Internacional aportaron su perspectiva profesional en la elaboración de las normas de la OMSA. «Nuestro aporte desde la realidad en el terreno es fundamental para garantizar que el trabajo de la OMSA se base en el conocimiento y la ciencia a nivel de los establecimientos», afirmó Ricardo Santin, presidente del Consejo. «Las normas internacionales necesitan trasladarse al ámbito nacional y, en última instancia, a las explotaciones. Se trata de un proceso que requiere herramientas de comunicación y formación adecuadas para que el sector privado pueda actuar en base a las orientaciones gubernamentales.»
Según lo expresa la Dra. Carol Sheridan, «el desarrollo de las normas de la OMSA generó una comprensión común del bienestar animal y del trato ético de los animales», lo que contribuye a la mejora del bienestar animal a todos los niveles. Al desarrollar normas internacionales basadas en la ciencia, proporcionamos a los Miembros orientaciones que les permitan desarrollar sus propias normativas.
«Las normas de la OMSA representaron un elemento clave en el marco del desarrollo de las normas australianas destinadas a la exportación de ganado y el sistema de garantía de la cadena de suministro del exportador», añade la Dra. Carol Sheridan.
La elaboración de estas normas también destaca la importancia del bienestar animal como sostén de las sociedades humanas:
La mera existencia de las normas de la OMSA para el bienestar de los équidos de trabajo ha aumentado la sensibilización en torno al valor y las funciones de los animales de trabajo, a menudo invisibles.
Roly Owers, presidente de la Coalición Internacional para el Bienestar Animal (ICFAW)
Una estrategia que reconozca la contribución del bienestar animal al desarrollo sostenible
La cuarta Conferencia sobre Bienestar Animal celebrada en Guadalajara, México, en 2016, preparó el camino para la adopción de la Estrategia Mundial de Bienestar Animal de la OMSA. En esta hoja de ruta, la OMSA [fundada como OIE] enumera las distintas funciones de los animales y reconoce «todos estos fines como legítimos, al tiempo que conllevan una responsabilidad ética asociada para garantizar que cualquier uso de este tipo sea humanitario, tal como se define a través de las normas internacionales de la OIE para el bienestar animal, en reconocimiento de la sensibilidad de los animales.»
Lejos de constituir una ética abstracta, el bienestar animal se enfoca como un activo clave para el desarrollo sostenible. La Estrategia Mundial de Bienestar Animal de la OMSA reconoce que, en los sistemas de producción animal, el bienestar puede mejorar la sanidad, la productividad, la calidad, la seguridad alimentaria y el rendimiento económico de los animales y, por tanto, contribuir a la seguridad alimentaria y a la prosperidad económica. «Con el fin de maximizar la contribución del sector avícola a la seguridad alimentaria, es fundamental mantener aves sanas y productivas, y el bienestar animal es clave para un ave sana», confirma Ricardo Santin.
Colaborar para llevar el bienestar animal a los establecimientos productivos
Los Foros Mundiales sobre Bienestar Animal de la OMSA, como parte de las principales actividades de la estrategia, tomaron el relevo de las conferencias anteriores para fomentar el diálogo sobre los temas más urgentes y asegurarse de la participación de todos los sectores relevantes. El último foro mundial, celebrado en noviembre de 2023 en París (Francia), fue una oportunidad para compartir experiencias y buenas prácticas sobre la legislación nacional en materia de animales.
Las ONG coinciden con los productores y los gobiernos en este aspecto: la implementación es clave. «Queda mucho por hacer para implementar correctamente las normas de la OMSA en los países y mejorar el bienestar de los animales en todo el mundo», señala Roly Owers, subrayando la importancia de la colaboración de todos los responsables, siguiendo la Visión de la OMSA sobre el Bienestar Animal, publicada en 2024.
La colaboración será esencial para contrarrestar el «creciente impacto del cambio climático en la industria ganadera» que afectará sin duda al bienestar animal, señala la Dra. Carol Sheridan. «A través de organizaciones como la OMSA, podemos abordar estos problemas como una comunidad global», añade. Ahora más que nunca, la OMSA reclama un cambio de paradigma en la forma en que las personas interactuamos con los animales – en su beneficio y el nuestro.
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Editorial de la Dra. Monique Éloit, ex. Directora General de la OMSA
En 1924 se fundó la Organización Mundial de Sanidad Animal, debido a la amenaza que representaba la propagación de las enfermedades animales a través del comercio. Un siglo más tarde, hemos logrado una evolución significativa de la agenda mundial de la sanidad animal, siempre acompañando al personal veterinario de todo el mundo.
En la actualidad, la OMSA constituye un organismo destacado e influyente en las reuniones y los foros de alto nivel junto a sus homólogos de los sectores de la salud humana, la alimentación y la agricultura, así como del medio ambiente. De cara al futuro, seguiremos centrándonos en tres objetivos clave: reconocer la labor fundamental de los Servicios Veterinarios, promover prácticas sostenibles, y defender la sanidad y el bienestar de los animales para alcanzar un mundo más seguro.
100 años cuidando la relación entre los animales y los seres humanos
Es esencial comprender la importancia de la sanidad animal para las personas, puesto que nuestras sociedades están profundamente vinculadas con la existencia de los animales. Nos corresponde asumir nuestras responsabilidades a la hora de garantizar su sanidad y bienestar; no sólo se trata de una opción, sino de una obligación fundamental. Siempre ha existido un vínculo entre las personas y los animales, creado a partir de una relación histórica entre trabajo y sustento.
Hoy en día, los animales forman parte integrante de la vida de los seres humanos de numerosas maneras, desde la cría de animales domésticos hasta el mantenimiento del equilibrio de los ecosistemas para proteger la fauna silvestre. Existen 2 600 millones de personas que dependen de la ganadería, la pesca a pequeña escala y la acuicultura para sus medios de sustento e ingresos. Además, recientemente, se reconoció el impacto positivo de los animales de compañía en nuestro bienestar emocional y físico. Nuestra relación con los animales es cada vez más amplia y diversa.
En su calidad de organismo internacional, la OMSA evoluciona de forma significativa y abarca numerosas facetas de la relación entre los seres humanos y los animales, ampliando su enfoque inicial relacionado con el comercio. Junto con nuestros socios, la Organización aborda los retos mundiales actuales, como el aumento de la resistencia a los antimicrobianos, las consecuencias del cambio climático y la protección de la sanidad de los animales silvestres.
100 años beneficiando a las comunidades
Cada vez que se toman medidas orientadas a la preservación de la sanidad animal, las comunidades observan innumerables efectos positivos en dominó. En un contexto en el que el 60 % de las enfermedades infecciosas que afectan a las personas son de origen animal, es fundamental preservar la sanidad animal si queremos proteger la salud humana. Es esencial mantener sanos a los animales para garantizar el acceso a suministros alimentarios seguros, como pescado, carne, leche y huevos, lo que a su vez disminuye la pobreza y el hambre. Dado que las mujeres representan entre el 50 y el 70 % de la mano de obra del sector ganadero y de la acuicultura, una mejor sanidad animal contribuye a la igualdad de género al proporcionarles ingresos fiables y mejores condiciones de trabajo.
Mejorar el bienestar animal mejora la sanidad de los animales. Con el correr de los años, la OMSA intensificó sus esfuerzos para reforzar el bienestar animal. Al proporcionar a los países directrices detalladas, animamos a los productores a adoptar prácticas más seguras y responsables. Apoyamos una transición mundial hacia métodos de cría más respetuosos con el medio ambiente, en consonancia con múltiples Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Un mayor bienestar animal implica animales más sanos, lo que se traduce en una mayor productividad. Además, ayuda a reducir los gases de efecto invernadero y la contaminación relacionada con la agricultura. La agricultura contribuye en un 10-12 % a las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y la producción de carne, aves de corral y productos lácteos es responsable del 75 % de este porcentaje. Reconocer el importante papel que desempeña la ganadería en la emisión de gases de efecto invernadero y trabajar para reducirlos mediante métodos sostenibles es vital para enfrentar el cambio climático, uno de los retos más importantes de la humanidad.
100 años defendiendo la sanidad y el bienestar de los animales en los debates mundiales
Cuando se creó la OMSA hace ya 100 años, su objetivo era ayudar a mitigar la propagación de enfermedades a través de las fronteras, en particular debido al comercio. Un brote de peste bovina en Bélgica desató la preocupación internacional, lo que llevó a la creación de un sistema de información y notificación de enfermedades animales.
A escala mundial, la Organización Mundial del Comercio (OMC) reconoció desde el principio a la OMSA como la principal organización normativa en materia de sanidad animal y zoonosis. A partir de ese momento, progresivamente, hemos ganado influencia y nos hemos transformamos en la voz defensora del personal veterinario frente a los principales retos mundiales. A través del enfoque «Una sola salud» y de nuestra colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en el marco de la Cuatripartita, la OMSA ha representado sistemáticamente la perspectiva de la sanidad animal en la escena internacional. En el G20, la Asamblea General de las Naciones Unidas, el Foro de la Paz de París o el G7, demostramos nuestro compromiso y voluntad de desempeñar una función en la resolución de las problemáticas polifacéticas de nuestro tiempo.
Mañana: responder juntos a los retos mundiales
De cara al futuro, seguiremos evolucionando, al igual que durante el último siglo, manteniéndonos en sintonía con las necesidades cambiantes de nuestros Miembros y sociedades y aportando las respuestas más adecuadas. Ya en 1924, las naciones reconocieron la importancia de unirse en torno a una misión común: frenar la propagación de enfermedades como la peste bovina. Un siglo después, en 2024, el mismo nivel de colaboración y solidaridad es esencial para hacer frente a los retos actuales. Estos retos exigen un enfoque colectivo y multisectorial, ya sea para responder a fenómenos meteorológicos extremos, hacer frente a la amenaza de la resistencia a los antimicrobianos o preparar una respuesta frente a las pandemias. En la medida que la OMSA se embarca en su segundo siglo de existencia, continuaremos enfocados en los esfuerzos globales por “Una sola salud”, en base a nuestro compromiso con la sanidad y el bienestar animal para crear un futuro más sostenible.
Porque la sanidad animal es nuestra salud.
Es la salud de todos.
Dra. Monique Eloit
ex. Directora General de la OMSA
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¿Y si se utiliza la inteligencia artificial como respuesta a la escasez mundial de personal veterinario? ¿A qué retos se enfrentarían los sectores de la acuicultura y la pesca con el rápido aumento de la temperatura del agua? Cumplir 100 años representa una oportunidad perfecta para tomar distancia y reflexionar sobre el futuro.
Entre septiembre de 2023 y enero de 2024, la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) dirigió un proyecto de análisis prospectivo que reunió a más de 70 actores relevantes del ámbito de la sanidad y el bienestar animal. Su objetivo: aplicar el método prospectivo para imaginar futuros posibles y reunir ideas que inspiren decisiones acertadas y estrategias fundamentadas.
¿Por qué la OMSA recurre al método prospectivo?
El interés por esta metodología crece a medida que más personas y organizaciones reconocen que aceptar la incertidumbre y analizar múltiples futuros es crucial a la hora de afrontar los retos del siglo XXI. En este contexto, los Miembros solicitaron a la OMSA el desarrollo de iniciativas de análisis prospectivo a escala regional y mundial en 2019, con la intención de navegar, planificar y adaptarse a futuros inciertos.
A modo de respuesta, la OMSA comenzó a recurrir a métodos prospectivos encaminados a sensibilizar sobre los cambios, las oportunidades o perturbaciones predominantes o emergentes, dentro y fuera del sector de la sanidad y el bienestar animal. Dichos métodos incluyen el análisis del impacto de tendencias y cuestiones emergentes, como el cambio climático, a través de escenarios que puedan orientar la toma de decisiones y las políticas, ayudando a poner a prueba las estrategias existentes y a desarrollar otras nuevas. El análisis prospectivo fomenta nuestra capacidad de aceptar la incertidumbre, en lugar de intentar eliminarla. La Organización y sus Miembros se preparan desde ya a mirar el presente a través de una lente diferente.
De la ecorrevolución a la exploración del espacio: cinco escenarios de sanidad animal
En el marco del centenario de la OMSA, se organizó un proyecto de prospectiva participativa a través de una serie de talleres en los que participaron jóvenes de la Asociación Internacional de Estudiantes de Veterinaria (IVSA, por sus siglas en inglés), junto a profesionales experimentados de la sanidad y el bienestar animal. Con la mirada puesta en la construcción de posibles escenarios de futuro, se exploraron las tendencias actuales y emergentes y los motores del cambio, como el auge de la IA, las amenazas biológicas, los progresos médicos o el cambio climático.
Se elaboraron cinco escenarios: «Eco-revolución en ascenso» que explora los impactos en el sistema alimentario del cambio climático y la proliferación de la biotecnología; «Confiamos en la OMSA» que se interesa por el impacto de la desinformación y la erosión de la confianza pública en el contexto de una crisis del sistema alimentario; «Juegos del hambre» que describe el colapso de un sistema alimentario a raíz de tensiones políticas y económicas, en un contexto en el que la inteligencia artificial se convierte en un elemento central para los retos de la sanidad y el bienestar de los animales.
Además, «sanidad animal desde el fondo de los océanos hasta las estrellas» explora los progresos tecnológicos en la producción animal que se entrecruzan con la creciente industria espacial, dando lugar a las primeras granjas satelitales; «Agricultura para la resiliencia» detalla los efectos de la pluralidad de crisis en la agricultura, la diversidad de prácticas agrícolas desde las cooperativas a pequeña escala hasta la agricultura dirigida por robots, así como la liberación de superbacterias enfocándose en el lado oscuro de la ciencia.
Durante la última serie de talleres, los participantes desarrollaron estrategias innovadoras dirigidas a abordar los retos descritos en los escenarios. Cada participante contribuyó con sus prioridades y descubrió otras en el proceso. Se consideraron soluciones de forma colectiva, que van desde una mayor exposición de los niños pequeños a la ciencia y la experimentación, hasta la formación en tecnologías innovadoras para todos los veterinarios, pasando por una intensificación del enfoque «Una sola salud» en el mundo.
Una visión a largo plazo y una acción permanente
En los próximos años, ¿cuáles serán los principales desafíos en términos de sanidad y bienestar animal?
Los participantes en el proyecto compartieron sus puntos de vista. Por ejemplo, en nombre de IVSA, Anandu Rajaji, estudiante de India, se interesó por «la creciente popularidad de los sustitutos de la carne y la leche que requieren una investigación exhaustiva» y «la respuesta urgente que exige el aumento de la resistencia a los antimicrobianos». A su vez, Anna Wilson, proveniente de India y encargada del área de bienestar animal de IVSA, indicó que «la deforestación y la contaminación son las causas profundas de muchas enfermedades emergentes, los cambios en los patrones climáticos, los conflictos entre humanos y animales, y de otros problemas medioambientales.» «La enormidad de nuestros retos es cada vez más evidente», añadió.
Aunque el proyecto de análisis prospectivo enfrentó a cada participante con la realidad de los desafíos que se avecinan, también fomentó el diálogo y la reflexión colectiva.
En la actualidad, el futuro implica retos apasionantes, llenos de oportunidades en búsqueda de un cambio positivo.
Marta Masserdoti, de Italia.
Presidenta del área “Una sola salud” en IVSA.
Una comunidad comprometida con la sanidad y el bienestar de los animales
Ahora más que nunca, parece más clara la importancia del sector de la sanidad y el bienestar animal y la responsabilidad de los sectores relevantes a la hora de abordar los retos presentes y futuros. «Cada vez se hace más patente la interconexión entre la sanidad animal y los grandes problemas a los que se enfrenta el mundo en la actualidad. Es precisamente su magnitud la que debe infundirnos una esperanza inquebrantable de que el mundo, especialmente la juventud, se unirá para abordarlos», afirma Mehdi Amrani Souhli, miembro de IVSA de Marruecos.
Frente a los numerosos resultados posibles de las tendencias actuales, los participantes en el proyecto de prospectiva encontraron consuelo en esta comunidad. A medida que surgían imágenes colectivas de los distintos futuros, el grupo desarrolló perspectivas comunes sobre lo que es posible, y surgió un sentimiento compartido de identidad y posibilidad.
Mi visión del futuro mejoró cuando me di cuenta de que hay personas con ideas afines que intentan introducir cambios fundamentales en los desafíos sistémicos a los que nos enfrentamos.
Lisa Buren, miembro de IVSA de los Países Bajos.
¿Qué es el análisis prospectivo?
La técnica prospectiva designa un área de estudio que consiste en identificar las tendencias y cuestiones emergentes en el presente y utilizar esta visión para trazar futuros posibles. Los distintos futuros tienen como objetivo acompañar la toma de decisiones en el presente. Se basa en el uso de habilidades de pensamiento estratégico para tomar decisiones estratégicas. La metodología prospectiva suele implicar una amplia gama de técnicas.
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Como dice el dicho, «La medicina cura al hombre, la medicina veterinaria cura a la humanidad». La labor de los Servicios Veterinarios va más allá de mejorar la sanidad animal, puesto que posee un gran impacto social, económico, medioambiental y de salud pública.
En 2007, la OMSA lanzó el Proceso PVS con la finalidad de ayudar a los países a mejorar sus Servicios Veterinarios y de Sanidad de los Animales Acuáticos. Este programa, al proporcionar a los países una evaluación independiente y experta de las competencias críticas de sus Servicios Veterinarios, facilita el desarrollo de capacidades más específicas, eficaces y medibles.
Desde la creación del Proceso PVS y hasta marzo de 2024:
Se llevaron a cabo alrededor de
600
actividades PVS en más de 140 países.
El
78%
de los Miembros de la OMSA participaron en al menos una actividad PVS
Proceso PVS: de las evaluaciones en el terreno a un acompañamiento específico
En cada misión de evaluación, los expertos formados por la OMSA se reúnen con los diversos sectores pertinentes nacionales, ya sean ministros o productores. Los expertos realizan visitas in situ de las instalaciones clave, como laboratorios, puestos fronterizos y mataderos. En el informe elaborado al finalizar la visita, se analizan los desafíos y las ventajas de cada país para respaldar el proceso de mejora continua de los Servicios Veterinarios. En base a la evidencia reunida, los expertos presentan recomendaciones para que los países asuman su propia responsabilidad, actúen y prioricen las mejoras de sus sistemas de sanidad animal.
«Las recomendaciones PVS constituyen una herramienta fundamental que permite establecer un diagnóstico formal, con una evaluación objetiva e independiente, avalada por la OMSA, de la calidad de los Servicios Veterinarios», explica Esteban Valenzuela Van Treek, Ministro de Agricultura de Chile, y añade: «Esto permite identificar carencias y deficiencias».
En 2017, en el marco del décimo aniversario de este programa, los sectores relevantes se reunieron en un foro de reflexión sobre el Proceso PVS, con el fin de marcar orientaciones de cara al futuro y crear formas de mantener la pertinencia y el atractivo del programa. Dos años después, se inició el nuevo Proceso PVS, con actividades estructuradas en torno a las cuatro etapas que se siguen utilizando: orientación, evaluación, planificación y apoyo específico.
Para responder a las necesidades particulares y alinearse con los esfuerzos mundiales de control y erradicación de enfermedades dirigidos por la OMSA y sus socios, se crearon enfoques específicos orientados a enfermedades como la peste de pequeños rumiantes, la rabia y la peste porcina africana. Según explica Esteban Valenzuela Van Treek, «la incorporación de la resistencia a los antimicrobianos (RAM) como una de las 45 competencias críticas» en las Evaluaciones PVS constituye otra «mejora fundamental», ya que «tiene en cuenta que la RAM es una de las principales problemáticas del concepto ‘Una sola salud’ a los que tendrá que enfrentarse la humanidad».
Brindar a los países las herramientas y los recursos necesarios
Hasta 2024, se llevaron a cabo alrededor de 600 actividades PVS. En particular, los informes de evaluación incluyen un análisis del desempeño de los Servicios Veterinarios en relación con temáticas destacadas, como los aspectos legales y reglamentarios, así como los recursos humanos, financieros y físicos, con el fin de garantizar la implementación de las normas internacionales de la OMSA. Estas recomendaciones, de gran diversidad y fáciles de implementar, transformaron a los informes PVS en una herramienta de referencia clave para las inversiones estratégicas.
Gilberto Correia Carvalho Silva, Ministro de Agricultura y Medio Ambiente de Cabo Verde, explica «la Evaluación PVS facilita la movilización de los recursos financieros con el fin de adaptar nuestros Servicios Veterinarios nacionales a las normas nacionales, regionales e internacionales».
El Dr. Abhijit Mitra, Comisionado de Ganadería de India, recuerda la Evaluación PVS de los Servicios Veterinarios de su país, realizada en 2018. «Nos ayudó a identificar deficiencias y a tomar algunas iniciativas destinadas a reforzar nuestros Servicios Veterinarios», afirma. «Más tarde, en el marco de la elaboración de un proyecto del Fondo Pandémico para obtener el apoyo del Banco Mundial, nos resultó de gran ayuda a la hora de determinar objetivos, actividades y estrategias. Cuando presentamos nuestro proyecto, nos dimos cuenta hasta qué punto la evaluación nos había aventajado frente a los demás candidatos.»
Evaluaciones PVS: un impulso para las exportaciones agrícolas
Las Evaluaciones PVS no sólo están destinadas a los países en desarrollo. En 2016, el Dr. Okita Masatsugu, director de la División de Sanidad Animal del Ministerio de Agricultura, Silvicultura y Pesca de Japón, participó en la misión de Evaluación PVS para su país. «En realidad, era la primera vez que realizábamos una evaluación exhaustiva de nuestros Servicios Veterinarios. Queríamos detectar las debilidades de nuestros Sistemas Veterinarios y, lo que es más importante, mostrar nuestra transparencia y responsabilidad a nuestros socios comerciales. Ahora, gracias a esta iniciativa del Proceso PVS, se observan grandes progresos en la exportación de productos japoneses, como la carne de ganado wagyu.»
En el plano internacional, las recomendaciones PVS brindan información muy valiosa a los organismos de desarrollo, como el Banco Mundial, en el marco de la adaptación de sus préstamos y de los programas de asistencia técnica. Dichas recomendaciones acompañan los procesos de toma de decisiones relativos a la asignación de recursos y el diseño de proyectos, garantizando que las intervenciones se orienten y ajusten a las prioridades nacionales.
Renaud Seligmann, director de Estrategia y Operaciones del Grupo de Prácticas de Desarrollo Sostenible del Banco Mundial.
«Además, los informes PVS facilitan el diálogo y la colaboración entre países, organizaciones internacionales y donantes, fomentando las asociaciones destinadas a abordar los desafíos comunes en materia de sanidad y bienestar animal.»
«Sacar los informes de las estanterías» gracias al nuevo sistema de información del Proceso PVS
En sus 17 años de existencia, este programa reunió una gran cantidad de datos y perspectivas comparables sobre los Servicios Veterinarios nacionales, a lo largo del tiempo y entre países. En mayo de 2024, la OMSA lanzará un nuevo sistema de información para el Proceso PVS. «La idea es sacar los informes de las estanterías y utilizarlos de forma más inteligente», explicó Barbara Alessandrini, Jefa del Departamento de Fortalecimiento de Capacidades de la OMSA. «Ahora, los países pueden utilizar los datos y las perspectivas de los informes PVS, realizar análisis cualitativos y cuantitativos y disponer de un verdadero marco de evaluación y seguimiento basado en el nivel de alcance de las competencias críticas PVS.»
Algunos Miembros ya comenzaron a utilizar esta nueva plataforma. «Antes teníamos que consultar largos documentos en búsqueda de una información específica. El nuevo sistema de información nos facilitará la vida», afirmó el Dr. Pebi Suseno, Jefe de Veterinaria en Indonesia. «Con unos pocos clics, podemos obtener los datos y las recomendaciones necesarias para cada proyecto».
Barbara Alessandrini considera que el nuevo sistema de información revolucionará la utilización de los datos PVS, conforme a su intención original: «Los Miembros, los socios técnicos y financieros y, en última instancia la OMSA, se fortalecen recibiendo la información que necesitan. Al compartir la misma información, aumenta la transparencia de los Servicios Veterinarios de los Miembros. Con el correr de los años, se ha demostrado que siempre es más eficaz tomar decisiones cuando nos basamos en evidencias.»
Fortalecer capacidades desde la educación inicial hasta la formación continua
La OMSA privilegia el desarrollo profesional de todo el personal veterinario, ya sean veterinarios, paraprofesionales de veterinaria o trabajadores comunitarios dedicados a la sanidad animal. El compromiso de la OMSA es garantizar una sólida formación inicial mediante la elaboración de directrices exhaustivas para las instituciones de educación veterinaria y el fomento de proyectos de hermanamiento, al tiempo que acompañar la formación continua facilitando cursos y proporcionando una plataforma de formación.
Nuestro compromiso va más allá, ya que la OMSA fomenta un entorno propicio que contribuya a un mejor funcionamiento de los Servicios Veterinarios. Esto incluye, entre otras cosas, el desarrollo de una legislación veterinaria adecuada, la puesta en marcha de asociaciones público-privadas eficientes y la creación de redes nacionales de laboratorios sostenibles.
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Dame Sally Davies es la enviada especial del Reino Unido para la resistencia a los antimicrobianos (RAM). En la actualidad, tras una carrera como hematóloga y jefa médica en Inglaterra, es una destacada defensora de la RAM en el ámbito mundial.
El profesor Scott Weese es veterinario y catedrático de patobiología en el Ontario Veterinary College, en Canadá, y director del Centro de Salud Pública y Zoonosis. También es coautor de “Worms and Germs”, un blog de divulgación científica sobre la sanidad animal.
¿Cuándo se reconoció por primera vez la resistencia a los antimicrobianos?
Dame Sally Davies: Alexander Fleming, el descubridor de la penicilina, ya lo había anunciado en 1945. Siempre hemos sabido que esto podía ocurrir. Los datos registrados en la última década demuestran el aumento constante de la RAM. En 2014, me solicitaron que presidiera el primer Grupo de Asesoramiento Técnico sobre la RAM y, en 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aprobó el primer Plan de Acción Mundial con el respaldo de la OMSA y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Profesor Scott Weese: Los problemas en los animales surgieron de forma similar, pero tardamos más en reconocer la resistencia porque se realizaban menos pruebas e investigaciones en sanidad animal, en comparación con la salud humana. Aun así, en una resolución de 1952, la OMSA ya había señalado el uso inadecuado de antibióticos.
“Los profesionales no deben utilizar los antibióticos aplicando un criterio arbitrario, sino que deben seguir las reglas establecidas por la experiencia. El uso de antibióticos contra gérmenes insensibles o específicamente resistentes, la utilización de dosis demasiado bajas o en un periodo muy corto pueden revelar gérmenes resistentes, retrasar la instauración de una terapia eficaz y conducir a fracasos terapéuticos, perjudicando un método que, aplicado juiciosa y correctamente, ha salvado numerosas vidas humanas y animales».
Resumen de la resolución de la OMSA de 1952 en base a pruebas científicas comunicadas en 1948.
¿Por qué los sectores de la salud humana y la sanidad animal deben trabajar en conjunto para luchar contra la RAM?
Prof. S.W. No conocemos exactamente el porcentaje de RAM en humanos atribuible a los animales: ¡probablemente entre el 4 % y el 96 %! No obstante, sabemos que necesitamos que todos por igual pongan manos a la obra, ya sean médicos, veterinarios, cuidadores de personas o animales. En el pasado, solía instaurarse un «juego de culpas»: los veterinarios culpaban a los médicos por dar a los niños antibióticos contra las infecciones virales [no olvidemos que esto no funciona] y los médicos culpaban la producción animal por el uso excesivo de antibióticos en el ganado… La verdad es que todos tenemos que trabajar mejor.
D.S.D. Los cálculos de la OMS demostraron que los antibióticos añaden 20 años de vida a los seres humanos. El abuso de antimicrobianos genera el desarrollo de resistencias. Además, sabemos que los animales, incluidos las personas, a través de la orina y las heces expulsan más del 70 % de los antibióticos que ingieren. Sin un sistema de alcantarillado de alta modernidad, las granjas, los hospitales y las otras instalaciones que los utilizan pueden contaminar el medio ambiente.
¿Qué puede hacer una organización internacional como la OMSA?
Prof. S.W. La OMSA siempre ha desempeñado un papel protagónico en temáticas como los promotores de crecimiento. No siempre es muy popular decirle a un productor lo que tienen que hacer, por eso es más fácil si los países logran un respaldo internacional. También existe un componente de promoción y sensibilización orientado a lograr que las naciones aporten planes de acción con una sólida financiación que mejore no sólo el uso de antibióticos, sino también los sistemas sanitarios en su conjunto.
D.S.D. La OMSA es una organización líder en este ámbito. Destaca la importancia de la RAM y demuestra que no sólo se trata de una problemática de salud humana.
¿Cuáles han sido los principales logros de los últimos años?
D.S.D. En 2016, en la Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas, su secretario general estableció el Grupo de Coordinación Interinstitucional (IACG, por sus siglas en inglés) que incorporó a la OMSA, la OMS y la FAO con la perspectiva de una labor en conjunto. En 2019, se creó el Grupo de Líderes Mundiales, con una secretaría conjunta que incluye a la OMSA, la OMS, la FAO y, recientemente, al Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). La inclusión del PNUMA demuestra que la resistencia ya no es sólo una cuestión de salud humana, o de sanidad animal, sino de una perspectiva única de «Una sola salud».
Si bien la financiación sigue siendo un problema, la mayoría de los países ya están preparados para disponer de un plan de acción nacional contra la RAM. La reciente Plataforma de asociación entre múltiples partes interesadas reúne al sector privado y a la sociedad civil, ya que el uso responsable no es sólo una cuestión de regulación, sino de sensibilización, comprensión y compromiso colectivo por parte de todos.
En la actualidad, ¿qué se puede hacer contra la resistencia a los antimicrobianos?
D.S.D. Empecemos por prevenir las infecciones. Lo primero es disponer de agua limpia, utilizar jabón, contar con redes de saneamiento y una buena circulación de aire en los centros sanitarios, en la cría de animales y en los hogares. Necesitamos una mayor utilización de las vacunas: campañas de rutina y nuevas vacunas para la cría de animales. También necesitamos mejorar las pruebas de diagnóstico para que los antibióticos se utilicen sólo cuando sea apropiado, no a raíz de un diagnóstico errático o como promotores de crecimiento. La acción contra la resistencia a los antimicrobianos requiere acompañamiento y formación para los expertos veterinarios y los médicos.
Prof. S.W. La RAM es una cuestión delicada, porque es el resultado final de nuestros desafíos sanitarios. No existe una cura milagrosa: empecemos por mejorar los establecimientos con una buena ventilación. Necesitamos una mejor educación, la capacitación de las mujeres que, a menudo, son quienes toman las decisiones en materia de salud, además de un acceso equitativo a los tratamientos y las medidas de prevención adecuados. También necesitamos cambiar las mentalidades en el sector de la producción, porque nos encontramos con mucha resistencia al cambio por parte de personas que siempre han hecho las cosas de una determinada manera y no entienden necesariamente por qué no se puede seguir como antes.
En septiembre de 2024, una Reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas se centrará en la RAM. ¿Cuáles serán las propuestas?
D.S.D. Nos gustaría finalizar este encuentro de alto nivel con un panel científico independiente, de los países de ingresos bajos y medios, que pudiera establecer objetivos mundiales. El PNUMA podría desempeñar un papel clave a la hora de garantizarlos, gracias a su experiencia con el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).
Prof. S.W. Debemos centrarnos en acciones que puedan aplicar prescriptores y productores. Reducir el uso de antibióticos por kilogramos no es un objetivo eficaz, porque los resultados varían de un medicamento a otro. Se requiere una mayor financiación para respaldar la investigación y comprender exactamente cuáles son los componentes que generan la resistencia. Por ejemplo, estamos preparando una guía basada en una aplicación para los Servicios Veterinarios de los países de ingresos bajos y medios, con un contenido adaptado a lo que hay disponible en cada país. También propusimos una clasificación de tipo AWaRe para los antibióticos de uso animal.
D.S.D. Necesitamos normas con el fin de implementar las buenas prácticas que ya sabemos que funcionan, como la innovación en materia de promotores de crecimiento, la desinfección, el diagnóstico, nuevos tratamientos asequibles y las vacunas. En el marco de la Reunión de Alto Nivel de 2024, sugerí centrarnos en el acceso a la medicación porque no podemos preocuparnos por la resistencia cuando la gente no tiene acceso a antibióticos estándar y esenciales, higiene básica o vacunas.
Prof. S.W. No se manifiesta en las calles por el tema de la resistencia a los antimicrobianos como se hace con el cambio climático: necesitamos motivar a la gente, a los grupos y a las Naciones. En lugar de desviar culpabilidades, necesitamos que todas las organizaciones trabajen juntas. El concepto «Una sola salud», tal y como lo estamos construyendo ahora, es mucho más eficaz.
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Hoja de referencia
Acelerar la lucha contra la resistencia a los antimicrobianos: cerrar las brechas en la sanidad animal
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El 13 de marzo de 2024, la OMSA comunicó al mundo que «la influenza aviar de alta patogenicidad (IAAP) [había] alcanzado un nivel sin precedentes«, debido al descubrimiento de skuas polares (págalos) muertas en la Base Antártica Argentina. Se enviaron muestras del animal muerto para su análisis en una base vecina, donde se confirmó que el ave marina había muerto a causa de la IAAP. Por lo tanto, se publicó una notificación inmediata en el Sistema Mundial de Información Zoosanitaria (WAHIS) con recomendaciones para implementar una acción conjunta.
Dicha información se añadió a la base de datos, se cartografió y se situó en el tiempo con respecto a otros eventos recientes de sanidad animal, proporcionando a los profesionales y a los sectores relevantes una visión global de los casos más actualizados en todo el mundo de peste porcina africana, SARS-CoV-2 o rabia, entre otras enfermedades animales.
Compartir información zoosanitaria: parte central de las misiones de la OMSA
«Sin transparencia y sin la posibilidad de intercambiar datos e información relevante sobre la situación zoosanitaria, no podríamos ni prevenir ni combatir eficazmente las enfermedades animales existentes, por no hablar de las amenazas emergentes», afirma Jacob Jensen, ministro de Alimentación, Agricultura y Pesca de Dinamarca.
La recopilación y la publicación de los datos forman parte del mandato original de la OMSA desde su creación, en 1924, como respuesta a un brote de peste bovina en Europa. En el momento de su creación, los 28 países fundadores se comprometieron a notificar a la Organización «la sospecha o confirmación de un brote de una enfermedad, una infección/infestación u otro acontecimiento epidemiológico» para que las autoridades veterinarias de todos los Miembros pudieran ser notificadas. Por aquel entonces, las notificaciones se realizaban a través del medio de comunicación más rápido disponible: el telegrama.
Cien años más tarde, el sistema continúa su evolución y consolida su pertinencia.
La notificación de enfermedades y el intercambio oportuno de información son vitales. El cambio climático y la creciente presión sobre los recursos naturales plantean retos importantes que fomentan la aparición de nuevas enfermedades.
Mahmoud Elies Hamza,
ministro de Agricultura de Túnez
Verificación de los datos y seguimiento de los rumores
Con el correr de los años, la recopilación y la difusión de los datos evolucionó en función de la tecnología disponible. La primera base de datos digital, llamada “Handistatus”, estuvo disponible en 1996 y, en 2005, se creó el servidor central de WAHIS. Por aquel entonces, la plataforma ya incluía un sistema de alerta temprana que asociaba mensajes de alerta sobre nuevos casos de enfermedades en todo el mundo a un sistema de vigilancia con informes de seguimiento y con temáticas muy variadas, incluidos los Servicios Veterinarios, la producción de vacunas, la población animal y los casos humanos de zoonosis.
En 2016, WAHIS ya brindaba información espacial y temporal sobre las enfermedades, detalles sobre las pruebas de diagnóstico y los laboratorios que las realizaban, datos cuantitativos sobre los animales infectados y datos cualitativos sobre las medidas de control y el estatus de las enfermedades. «El proceso de verificación de datos es un punto de control esencial para nuestra Organización, que comprende las verificaciones de coherencia con respecto a las observaciones históricas, el contexto regional y mundial, así como la información extraoficial en circulación», declaró la Dra. Montserrat Arroyo, directora general adjunta de Normas Internacionales y Ciencia de la OMSA.
Una información transmitida a tiempo garantiza un comercio seguro
Al recibir información zoosanitaria proveniente de países y territorios y compartirla a tiempo, la OMSA respalda el comercio seguro entre países.
Frente a la presencia de brotes de peste porcina africana (PPA) en las Américas, México supo aprovechar al máximo la plataforma WAHIS:
Este sistema de vigilancia internacional nos ha permitido mantener actualizado nuestro análisis del riesgo con respecto a la introducción de la PPA, detectar posibles vías de introducción y establecer nuevas barreras para mantener un comercio seguro.
Dr. Juan Gay Gutiérrez, director general de Sanidad Animal y Delegado de la OMSA para México.
Andrew Hoggard, ministro de bioseguridad de Nueva Zelanda, explica que «es fundamental la difusión precisa y transparente de la información sobre la aparición de enfermedades animales para que los países importadores puedan comerciar con confianza con Nueva Zelanda».
No sólo ayuda a mantener un comercio seguro, sino que los países que notifican su situación en WAHIS con regularidad pueden obtener también nuevas oportunidades comerciales gracias a la transparencia que conlleva un sistema de información funcional: «Nuestro largo historial de notificación en WAHIS es una forma tangible de demostrar que contamos con un sólido sistema nacional de bioseguridad animal y que somos transparentes en nuestra situación sanitaria, lo que genera confianza con nuestros socios comerciales», señala Andrew Hoggard.
Más de
100
países notificaron brotes de 46 enfermedades animales diferentes en 2023
Alrededor de
5 000
alertas se difundieron desde el lanzamiento de WAHIS en 2005
Hacer realidad el acceso abierto a la información zoosanitaria
En 2017, cuando WAHIS ya poseía una gran cantidad de información fiable, llegó el momento de afrontar un nuevo reto: el de facilitar el acceso a los datos por parte de todos los usuarios. En 2021, tras cuatro años de desarrollo y pruebas, se lanzó un sistema renovado. El nuevo sistema es más rápido e intuitivo y ofrece la posibilidad de extraer y descargar datos, así como de visualizar datos temporales y espaciales. La información está disponible para completar las bases de datos de interés de otras organizaciones, nacionales y regionales, lo que permite mejorar la toma de decisiones en todo el mundo.
Como desde hace 100 años, los datos zoosanitarios recopilados por la OMSA son gratuitos y están a disposición de todo el mundo: organismos gubernamentales, industrias, investigadores, académicos y periodistas, de acuerdo con el principio fundador de la Organización según el cual acceder a información fiable de manera oportuna es crucial para una acción mundial eficaz en materia de sanidad animal y salud pública.
Recursos para controlar las enfermedades animales prioritarias
Con el fin de acompañar a los países a enfrentarse a retos de sanidad animal como la rabia, la tuberculosis o la fiebre aftosa, la OMSA no solamente facilita a sus Miembros el acceso a datos verificados. Los conocimientos adquiridos se utilizan para elaborar estrategias específicas, en colaboración con sus principales socios. Estos marcos esbozan recomendaciones prácticas para guiar a los países en la prevención y el control de las enfermedades animales prioritarias.
Además, la OMSA mejora el acceso a vacunas de alta calidad a través de sus bancos de vacunas creados en los últimos años para la rabia, la peste de pequeños rumiantes y la fiebre aftosa. Hasta abril de 2023, se habían suministrado más de 125 millones de dosis de vacunas para estas enfermedades.
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La Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), a través de su proyecto
EBO-SURSY, lleva siete años colaborando con los países para aumentar sus conocimientos y diseñar redes de vigilancia. Con el apoyo de la Unión Europea, el proyecto se dedica a prevenir futuros brotes de fiebres hemorrágicas víricas, y a salvar vidas al tiempo que se protege la sanidad de la fauna silvestre.
Establecer protocolos de vigilancia de enfermedades es crucial para salvar vidas humanas y animales, y la base de cualquier sistema de vigilancia que funcione bien. Sin un sistema así, cuando la sociedad se da cuenta de la presencia de una fiebre hemorrágica vírica como el ébola en su comunidad, a menudo es demasiado tarde. Cada muerte supone una oportunidad perdida para que un sistema de vigilancia anticipe y prevenga eficazmente un brote en primer lugar.
Los componentes básicos de un sistema de vigilancia
Aunque la vigilancia de las enfermedades puede llevarse a cabo de muchas maneras, también puede resultar prohibitivamente cara para algunos países. Entonces, ¿qué hace que un sistema de vigilancia tenga éxito? Se necesitan profesionales de diversas disciplinas, todos ellos con un alto nivel de formación y frecuentes entrenamientos para mantenerlos actualizados. Además, los países deben contar con un suministro regular de equipos de protección personal, reactivos para muestras de patógenos específicos, y disponer de una cadena de frío que funcione, laboratorios eficientes y una red de carreteras funcional.
Incluso cuando se identifica correctamente un patógeno, el trabajo no está terminado. Un país debe ser capaz de comunicar el patógeno con precisión y disponer de canales para compartir medidas preventivas con el público. En conjunto, estos factores crean grandes obstáculos.
El proyecto EBO-SURSY comenzó en 2017 para ayudar a los países a superar estas barreras. Comprometido a ayudar a los países a desarrollar habilidades profesionales, el proyecto ha organizado 11 capacitaciones en “Una sola salud” en 10 países. El proyecto incluso desarrolló herramientas de comunicación para ayudar a los Servicios Veterinarios a sensibilizar sobre las enfermedades y cómo protegerse, y las compartió durante las formaciones.
Para ayudar a los profesionales de toda África Occidental y Central, el proyecto brindó formaciones sobre diagnóstico de laboratorio, toma de muestras en animales, factores ecológicos de las enfermedades y mucho más. Al reunir a profesionales de la salud humana, medioambiental y la sanidad animal (tanto de la fauna silvestre como del ganado), EBO-SURSY fomentó el desarrollo de habilidades y conexiones, al tiempo que proporcionó una base sólida para la construcción de un sistema de vigilancia.
Talleres del proyecto EBO-SURSY sobre cómo crear un protocolo de vigilancia de enfermedades
Por supuesto, no todos los países y sus profesionales tienen las mismas necesidades. Cada país se ve afectado de manera única por las enfermedades que existen en su entorno. El proyecto EBO-SURSY coordinó tres talleres regionales (uno para África Central, otro para África Occidental francófona y otro para África Occidental anglófona) para formar a los Servicios Veterinarios nacionales y a los profesionales de la fauna silvestre sobre cómo elaborar un protocolo de enfermedades paso a paso. Cada país acudió preparado y conociendo sus enfermedades nacionales prioritarias. El objetivo de instaurar un protocolo de vigilancia de enfermedades era que su país dispusiera de un «plan maestro» para vigilar un agente patógeno y de directrices sobre cómo reaccionar en caso de brote para controlar mejor la propagación de la enfermedad.
Los talleres se centraron en ayudar a los participantes a pensar en un protocolo de forma holística. Con la participación de profesionales de todo el espectro de «Una sola salud» de cada país, los representantes de cada sector pudieron reflexionar sobre soluciones y tácticas de comunicación en tiempo real. Los actores relevantes de la OMSA también desempeñaron un papel importante en los talleres, e incluyeron Puntos Focales que son especialistas en fauna silvestre, laboratorios, comunicación y notificación de enfermedades, así como los Servicios Veterinarios y Delegados de cada Miembro. Era necesaria esta convocatoria, porque poner en marcha un protocolo de enfermedades no es tarea fácil, ni siquiera cuando se cuenta con apoyo.
Obstáculos para una vigilancia adecuada
Dado el carácter crítico de un protocolo de vigilancia de enfermedades, cabe preguntarse por qué un país no dispone ya de uno. Además de la capacidad de los países para tomar muestras, realizar pruebas y comunicar los resultados, los diferentes tipos de muestreo para la vigilancia también requieren diversos niveles de esfuerzo y compromiso financiero.
Por ejemplo, la vigilancia específica en la fauna silvestre requiere que se tomen muestras periódicas de las poblaciones animales. Esto puede llegar a ser costoso, ya que implica localizar y acceder regularmente a estos animales, tener un medio para atraparlos y tomar muestras de forma segura y enviarlas a un laboratorio. Los países con recursos limitados podrían dar prioridad a las enfermedades que sólo afectan a los humanos. Por otra parte, también existe la vigilancia pasiva, que si bien requiere capacidades de laboratorio similares, sólo toma muestras ad hoc de los animales que se encuentran inusualmente enfermos o muertos. Por lo tanto, es menos costosa y cubre una zona más amplia.
A pesar de esta complejidad, el proyecto EBO-SURSY alentó a los países a crear protocolos de vigilancia. Tras el éxito de los talleres regionales, se convocó a los participantes a que se llevaran a casa sus proyectos de protocolos sanitarios para compartirlos con sus Servicios Veterinarios nacionales.
Algunos países solicitaron entonces el apoyo de EBO-SURSY para organizar talleres a escala nacional. Dirigidos por los Servicios Veterinarios nacionales, perfeccionaron los protocolos con la participación de los sectores relevantes multisectoriales del país. Se necesitaron tres días para el desarrollo técnico de los protocolos y dos días para presentar los proyectos de planes a los ministerios nacionales. Los talleres permitieron a los países ampliar sus horizontes sanitarios para incluir tanto animales como medio ambiente en los planes nacionales, y se crearon redes personales y profesionales en todos los sectores de «Una sola salud».
Aplicación con éxito de protocolos de vigilancia de enfermedades
En el último año del proyecto EBO-SURSY, muchos países han alcanzado sus objetivos. Sierra Leona, la República del Congo y la República Centroafricana han puesto en marcha protocolos contra la fiebre del Valle del Rift. Costa de Marfil ya tiene uno para la fiebre de Lassa. Incluso en los países en los que no se adoptó un protocolo definitivo, se dieron pasos importantes en la reflexión crítica sobre el desarrollo de protocolos de enfermedades; estos borradores aún podrían aplicarse en el futuro.
En otros países, como Camerún, que ya contaban con un protocolo finalizado para las enfermedades zoonóticas, aprovecharon el apoyo de EBO-SURSY para profundizar en los planes existentes y reforzar la capacidad de los sectores relevantes en el sistema de vigilancia. Los Servicios Veterinarios nacionales de varios países adoptaron las herramientas de comunicación de EBO-SURSY para sensibilizar a las comunidades. Al educar a sus poblaciones sobre estas enfermedades, los miembros de la comunidad pueden participar directamente en la vigilancia, señalando a las autoridades cuando se producen eventos inusuales de sanidad animal.
El futuro de la sanidad de los animales, la salud los seres humanos e incluso el medio ambiente depende de este tipo de protocolos alineados con el principio de «Una sola salud». Cuando se ponen en marcha, pueden protegernos a todos al poder señalar cambios en los patrones de enfermedades, nuevos brotes y, con suerte, evitar la muerte de personas y animales por igual. Aunque el proyecto EBO-SURSY llegará pronto a su fin, estos protocolos de vigilancia de enfermedades perdurarán y mejorarán la salud en los años venideros.
Para más información
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Proyecto EBO-SURSY
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Informe de impacto del proyecto EBO-SURSY: Proteger la fauna silvestre, proteger nuestro futuro
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Sanidad de la Fauna Silvestre
Tras siete años de éxitos, EBO-SURSY, uno de los proyectos emblemáticos de la Organización Mundial de Sanidad Animal, llega a su fin. En su informe final, se destacan los logros alcanzados por este programa financiado por la Unión Europea y establecido con el objetivo de proteger la sanidad de los animales silvestres, además de la salud de las comunidades humanas que los rodean.
En estrecha colaboración con diez países de África Occidental y Central, el proyecto aplicó el enfoque «Una sola salud», con vistas a reforzar los sistemas nacionales y regionales de detección precoz de las enfermedades zoonóticas de los animales silvestres. Al mejorar los sistemas de detección y preparación frente a los brotes de fiebres hemorrágicas virales como el ébola y la fiebre de Lassa, el Proyecto EBO-SURSY participó en la construcción de un mundo más sano, tanto para los animales como para las personas.
Empoderar al personal dedicado a la sanidad animal
Uno de los principales componentes del fortalecimiento de un sistema sanitario es la inversión en términos de personal. Sin conocimientos técnicos, métodos, materiales o recursos propios de su profesión, el personal no puede prosperar y rendir al máximo.
Con el objetivo de cubrir estas brechas, el proyecto EBO-SURSY integró una amplia gama de actividades de refuerzo de capacidades, incluidos programas de formación y becas. Proporcionó a los sectores relevantes de toda la cadena de la sanidad animal y la salud humana los medios necesarios para construir en sus países sistemas de vigilancia sólidos y así fomentar resultados positivos a largo plazo.
Igualmente, transmitió a los sectores interesados la oportunidad de crear redes y entablar relaciones en diversos campos del concepto “Una sola salud”, incluidos los profesionales de la sanidad animal, la salud humana, la fauna silvestre o del medio ambiente. Estas relaciones reforzadas constituyen la columna vertebral de un sistema integral:
700+
más de 700 profesionales y estudiantes formados en técnicas de laboratorio, ecología, epidemiología y sistemas de vigilancia
600
profesionales sanitarios implicados en la mejora de la colaboración intersectorial
30
becas educativas atribuidas a profesionales sanitarios para asistir a cursos de formación sobre el concepto «Una sola salud» y enfermedades emergentes
Reforzar la confianza con las comunidades
Cada vez más, debido al contagio entre especies, tanto los humanos como los animales silvestres son vulnerables a muchas enfermedades como las fiebres hemorrágicas virales. Las personas que viven cerca o dentro de ecosistemas naturales como las selvas tropicales suelen estar aisladas y carecen de acceso a la información sobre la forma de protegerse a sí mismas, y a los animales silvestres y domésticos.
Cuando están informadas, las comunidades se fortalecen y velan por sus semejantes y también por los animales silvestres. Por eso, EBO-SURSY se comprometió a aumentar sus conocimientos. Si están alertas y saben detectar los signos reveladores de zoonosis, incluidas las muertes y comportamientos inusuales de la fauna silvestre, las comunidades locales serán las primeras en alertar a los Servicios Veterinarios nacionales o a las autoridades responsables de la fauna silvestre.
El proyecto EBO-SURSY, en colaboración con jóvenes periodistas locales, llegó a las comunidades a través de campañas radiofónicas centradas en la sensibilización sobre las enfermedades de la fauna silvestre y las estrategias de prevención.
3 millions
alcance de una audiencia de más de 3 millones de oyentes en Guinea y la RDC con información que “salva vidas”
2,400
anuncios de servicios público sobre la interconexión entre la sanidad animal y la salud humana
60
jóvenes periodistas formados para informar sobre las cuestiones de sanidad animal.
Predecir y prevenir brotes
Si bien reforzar capacidades y sensibilizar a las comunidades constituyen etapas esenciales a la hora de establecer sólidos sistemas nacionales de vigilancia, esto no basta. Es imperativo que los países pongan en marcha planes de vigilancia de los agentes patógenos y que, durante un brote, proporcionen una orientación clara y accesible tanto para los profesionales como para el público en general.
Con la meta de capacitar a los Servicios Veterinarios nacionales y a los profesionales de la fauna silvestre a elaborar protocolos de vigilancia eficaces y progresivos, el proyecto EBO-SURSY organizó numerosos talleres regionales. Algunos países participantes superaron las expectativas y celebraron talleres a nivel nacional con el apoyo de EBO-SURSY, con el fin de perfeccionar sus proyectos de protocolos para enfermedades prioritarias y obtener el apoyo nacional para convertirlos en legislación.
Fiel a la naturaleza del proyecto, se adoptó un enfoque holístico en el que participaron profesionales de todo el espectro del concepto “Una Sola Salud”:
- Sierra Leona, la República del Congo y la República Centroafricana adoptaron protocolos nacionales multisectoriales de vigilancia de la fiebre del Valle del Rift.
- Côte d’Ivoire implementó un protocolo sobre la fiebre de Lassa.
- 10 países adquirieron experiencia en la elaboración de protocolos de vigilancia, que podrán aplicarse a otras enfermedades en el futuro.
- Otros países que asistieron a los talleres avanzaron en la elaboración de protocolos que podrán aplicarse en el futuro.
Dado que todo protocolo de vigilancia eficaz debe basarse en hechos científicos comprobados, el proyecto EBO-SURSY se comprometió con la investigación científica sobre las principales fiebres hemorrágicas virales. Organizó investigaciones en el terreno y apoyó una investigación diversificada a través de los tres socios integrantes del proyecto, Le Centre de coopération internationale en recherche agronomique pour le développement (CIRAD), el Institut de recherche pour le développement (IRD) y el Institut Pasteur.
Las tres instituciones reconocidas por su excelencia científica en la prevención y el control de las zoonosis trabajaron con los sectores relevantes locales en los países del proyecto con el objetivo de proporcionar modelos predictivos basados en datos y herramientas de evaluación del riesgo.
- 197 investigaciones en el terreno encaminadas a apoyar la investigación científica de cinco fiebres hemorrágicas virales, el coronavirus, la viruela del mono, etc.
- 43 000 muestras animales y 6 000 muestras humanas tomadas para rastrear enfermedades en la interfaz hombre-animal y mejorar los estudios científicos.
- 43 estudios científicos publicados como resultado de la investigación financiada por EBO-SURSY en los campos de la ecología, la genética y la socioeconomía.
- 25 metodologías y herramientas de diagnóstico mejoradas o desarrolladas.
Un nuevo futuro para la sanidad de la fauna silvestre
Al tiempo que el proyecto EBO-SURSY cierra este año sus compromisos, entra en una nueva etapa gracias al apoyo de la Unión Europea.
En los próximos años, el proyecto tiene la voluntad de ampliar su ámbito geográfico a 17 países e incluir a más socios científicos, así como a otros sectores en el enfoque «Una sola salud». El proyecto duplicará sus ambiciones dirigidas a ayudar a los Servicios Veterinarios nacionales a establecer sistemas de vigilancia eficientes e implementar los hallazgos científicos de la primera fase en las políticas, la legislación y la orientación profesional para salvaguardar la salud.
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Informe de impacto del proyecto EBO-SURSY: Proteger la fauna silvestre, proteger nuestro futuro
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Página web del proyecto EBO-SURSY
A menudo se hace referencia a la RAM como una «pandemia silenciosa». A pesar de sus considerables consecuencias para la sanidad animal y la salud humana y medioambiental, las personas que no son expertas siguen en gran medida desconociendo la RAM. La sensibilización y la promoción son herramientas esenciales para contener la RAM, ya que pueden generar cambios de comportamiento en los distintos sectores involucrados. En este contexto, los profesionales de la sanidad animal suelen ser los destinatarios de los materiales de información, formación y comunicación, así como de las actividades de sensibilización. Además, los Servicios Veterinarios promueven regularmente la aplicación de directrices sobre el uso responsable de los antimicrobianos dirigidas a las comunidades agrícolas, los veterinarios y los farmacéuticos. Sin embargo, es poco frecuente que información confiable sobre la RAM consiga llegar a un público más amplio, es decir, a los consumidores o a los propietarios de animales de compañía.
Escasa visibilidad de la RAM en los medios de comunicación
Informar sobre la RAM en los medios de comunicación plantea varios retos en el sudeste asiático por la existencia de otros temas prevalentes, como las enfermedades animales, que captan más la atención. Por ejemplo, la peste porcina africana y la fiebre aftosa tienen graves consecuencias para el comercio internacional y las economías locales, y la rabia puede provocar muertes humanas. Los periodistas pueden trabajar fácilmente en reportajes sobre estos temas seleccionando distintos enfoques para atraer a una gran audiencia. Sin embargo, las consecuencias de la RAM no se producen tras un evento o brote concreto que pueda rastrearse, sino que son más bien el resultado de malas prácticas constantes en distintos sectores, lo que podría considerarse de menos interés.
Involucrar a los medios de comunicación es esencial para aumentar la sensibilización, ya que los artículos, entrevistas y otros formatos de contenido pueden dar forma a la percepción pública, las políticas y el compromiso de los involucrados en un tema en particular. Sin embargo, en el sudeste asiático, por falta de tiempo, a los periodistas les resulta difícil adquirir conocimientos sobre cuestiones complejas como la RAM. Además, sus limitados conocimientos, los intereses contrapuestos y las opciones editoriales también restringen sus oportunidades de investigar sobre la RAM.
Abordar la falta de conocimientos en los medios de comunicación de Indonesia
Para hacer frente a estos retos y aumentar el nivel de sensibilidad pública sobre la RAM, la OMSA llevó a cabo actividades para la participación de los medios de comunicación en Indonesia en noviembre de 2023. Alrededor de 40 periodistas participaron en la primera edición de la formación para medios de comunicación organizada en Yakarta en el marco del proyecto MPTF (Fondo fiduciario de asociados múltiples para la RAM) y en cooperación con la mayor asociación indonesia de periodistas independientes (AJI). Casi todos los participantes admitieron desconocer o no estar familiarizados con lo que implica la RAM. Sin embargo, también reconocieron unánimemente el éxito potencial de la comunicación sobre este tema y, poco después de la formación, publicaron artículos relacionados con la RAM en los medios de comunicación.
Se organizó una segunda formación en Surabaya, la principal ciudad de la provincia de Java oriental (Indonesia), para ampliarla a los periodistas a escala provincial. Estos profesionales suelen enfrentarse a varios retos en cuanto al acceso a la información y los recursos, que constituyen barreras para dar prioridad a la comunicación científica. Debido a estas limitaciones, en Java oriental no se cubría adecuadamente o más bien no se cubría en absoluto la RAM. Además, en esta provincia se encuentran varias granjas avícolas, por lo que es una opción pertinente para implicar a los agricultores locales. El contexto socioeconómico también podría contribuir a aumentar el interés por la RAM, ya que el consumo de pollo es muy elevado en esta zona.
Periodismo científico: Un enfoque riguroso para la lucha contra la RAM en Indonesia
A la segunda formación asistieron 42 periodistas, con diversas funciones en los medios de comunicación, desde reporteros a directores generales, redactores de contenidos y editores. En la formación se brindó un panorama general de la situación actual de la RAM en Indonesia y se presentó el enfoque “Una sola salud” para mitigar esta amenaza sanitaria mundial. Un conocido periodista abordó la metodología necesaria para informar sobre hechos con base científica, destacando los principios clave:
- Precisión: la información científica debe transmitirse sin distorsionar los resultados ni tergiversar la investigación.
- Claridad: el contenido científico debe ser claro y comprensible para que el público general pueda formar su opinión.
- Relevancia: las pruebas científicas deben relacionarse con experiencias cotidianas para que la información resulte más atractiva.
La pandemia de COVID-19 se utilizó como estudio de caso para aprender de la experiencia de esta crisis sanitaria, cuando las declaraciones de los medios de comunicación en Indonesia no siempre se basaban en pruebas científicas, lo que confundió al público en general. Para evitar la difusión de noticias falsas, se recomendó a los periodistas que contrastasen la información consultando revistas académicas, entrevistando a varios expertos y, en caso de análisis contradictorios, presentando los hechos para que la audiencia pudiera formar su propia opinión.
Los expertos también abordaron las posibles creencias que subyacen a las malas prácticas y comportamientos sobre el uso de antibióticos en Indonesia. También destacaron que no hay una solución fácil, y que no se debe culpar a ningún sector en específico. Para mitigar la RAM de forma sostenible, es necesario un cambio significativo de los comportamientos de riesgo en los diferentes involucrados, incluidos los consumidores y los dueños de animales de compañía, de ahí el papel clave de los medios de comunicación.
Publicación sobre la RAM en los medios de comunicación provinciales y locales
Los resultados de la formación se evaluaron para comprender mejor cómo se habían beneficiado los periodistas de esta actividad, mostrando resultados alentadores, ya que se publicaron más de 250 artículos sobre la RAM en los medios de comunicación (televisión, periódicos en línea, radio, etc.).
Como ponen de relieve los resultados de esta actividad dirigida por la OMSA, aunque la participación de los medios de comunicación requiere mucho esfuerzo, también puede presentar grandes oportunidades para sensibilizar sobre el uso responsable de los antimicrobianos a personas no técnicas. Esto ayudará a aumentar la visibilidad de esta “pandemia silenciosa”, que ya es responsable de más de 4 millones de muertes humanas al año.
Para más información
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Portal web sobre la RAM
El Impacto Global de las Enfermedades Animales (GBADs, por sus siglas en inglés) es un programa pionero cuya misión es ayudar a los Servicios Veterinarios, y a sus inversores, a decidir dónde concentrar la asignación de recursos para la sanidad animal a nivel local, nacional y mundial. Liderado por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) y la Universidad de Liverpool e implementado por un consorcio de instituciones de investigación y organizaciones internacionales, GBADs mide y cuantifica las pérdidas económicas debidas a problemas de sanidad animal en las explotaciones y en la sociedad en general, y proporciona información esencial sobre dónde se producen las pérdidas, a quiénes afectan y cuáles son las causas y los factores de riesgo. El estudio de “prueba de concepto” de GBADs que se está llevando a cabo en Etiopía está revelando valiosos datos sobre el importante impacto de las enfermedades animales en la economía del país y la necesidad urgente de más recursos para abordar este problema.
El próspero paisaje ganadero de Etiopía
Etiopía fue elegida para el estudio de caso por su importante sector ganadero, que desempeña un papel fundamental en el apoyo a las actividades agrícolas, la nutrición humana y el comercio internacional. La producción ganadera aporta casi el 20% del PBI etíope, lo que la convierte en un componente importante de la economía del país. Sin embargo, a pesar de su importancia económica, el sector ganadero se enfrenta al reto persistente del impacto de enfermedades animales que provocan pérdidas sustanciales tanto para los productores como para la sociedad.
Para medir de forma sistemática y sólida estas pérdidas, Etiopía se apuntó al programa piloto GBADs.
El estudio pretendía aportar datos esenciales para orientar la elaboración de políticas de sanidad animal basadas en datos empíricos y acordes con los objetivos nacionales de desarrollo ganadero de Etiopía. Para lograrlo, se emplearon metodologías establecidas y novedosas para estimar las pérdidas económicas causadas por una sanidad animal subóptima. El estudio está dirigido por el Instituto Internacional de Investigación Pecuaria (ILRI) y cuenta con el asesoramiento del Comité Directivo Nacional, presidido por el Ministerio de Ganadería, e incluye a representantes del sector privado, como la Asociación Veterinaria de Etiopía y EthioChicken, y del mundo académico.
La participación activa del país ha sido decisiva para el éxito del programa, y estamos orgullosos de contribuir al esfuerzo colectivo para mejorar la sanidad animal a escala mundial
Dr. Wubishet Zewde Wakene, Director Ejecutivo de Prevención de Enfermedades y Salud Pública Veterinaria, Ministerio de Agricultura de Etiopía
Datos de GBADs: de la colecta a la visualización
Desde el inicio del estudio de caso en enero de 2021, el equipo de GBADs Etiopía ha recopilado datos para probar los métodos de GBADs con el fin de obtener información sobre la población animal y su biomasa, la “cartera de pérdidas” de sanidad animal, los atributos de esta cartera y el impacto en toda la economía. La “cartera de pérdidas derivan” de sanidad animal representa las pérdidas monetarias que resultan de una sanidad animal subóptima.
Con GBADs, los datos te hablan.
Dra. Hayat Adem, miembro de la Junta Directiva de la Asociación Veterinaria de Etiopía.
Además, el estudio expuso los impactos específicos de género, destacando que las mujeres y las niñas sufren consecuencias adicionales debido a las enfermedades del ganado, incluyendo la pérdida de empoderamiento, bienestar y mayores riesgos para la salud de las enfermedades zoonóticas. Aunque estos hallazgos sobre género son esenciales, la falta de datos cuantitativos sobre estos temas conduce a que se necesite más atención e investigación dentro de los futuros esfuerzos de desarrollo ganadero.
Garantizar la participación nacional: crear capacidad
A medida que avanza el estudio de caso etíope de GBADs, la atención se amplía para fomentar el desarrollo de mecanismos que apoyen la adopción y asimilación de los resultados dentro de las instituciones usuarias finales, principalmente el Ministerio de Agricultura y otros centros nacionales de investigación. La utilidad percibida del análisis económico por el Ministerio de Agricultura y su estrecha colaboración con el programa GBADs han llevado a la creación del primer Grupo Básico de Economía de la Sanidad Animal dentro de los Servicios Veterinarios del país, comprometido con la promoción del uso de la economía de la sanidad animal para apoyar la toma de decisiones a nivel nacional y subnacional. El equipo del estudio de caso de GBADs Etiopía en el ILRI ha proporcionado tutoría al Grupo Básico y ha impartido formación presencial sobre economía de la sanidad animal.
Mediante la formación y el apoyo en economía de la sanidad animal y en la utilización de datos, además de la integración de GBADs con otras herramientas y sistemas de gestión del ganado, los Servicios Veterinarios nacionales informarán mejor las políticas de sanidad animal y la toma de decisiones.
Además, los Servicios Veterinarios reciben apoyo en materia de economía de la sanidad animal mediante la creación de Centros Colaboradores de la OMSA dedicados al tema. Uno de ellos fue creado en 2021 por un consorcio de tres institutos académicos de Europa, entre ellos la Universidad de Liverpool (Reino Unido), la Universidad de Utrecht (Países Bajos) y el Instituto Veterinario Noruego. Este año se estableció un centro en las Américas que reúne a la Universidad Estatal de Kansas y la Universidad Estatal de Washington en los Estados Unidos, la Universidad Nacional Autónoma De México, la Universidad de Brasilia y la Universidad de São Paulo en Brasil. La creación de ambos centros es una clara señal del interés del programa GBADs para la comunidad científica con el objetivo de apoyar a los miembros de la OMSA.
Para más información
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Estudio de caso de Etiopía
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GBADs: el impacto mundial de las enfermedades animales