En el continente africano, la radio mantiene una sólida presencia en la vida de la comunidad, reflejando las realidades de la sociedad y sus preocupaciones en materia sanitaria. Además, sigue siendo el medio más fiable para transmitir mensajes importantes, especialmente en zonas de difícil acceso. Tras el éxito categórico de la primera etapa del programa de radio EBO-SURSY (financiada por la Unión Europea), la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) reafirmó su compromiso en la prevención de los brotes de enfermedades animales a través de programas radiofónicos educativos.

En la República Democrática del Congo (RDC), país que participa en el Proyecto EBO-SURSY, nos asociamos con Radio Workshop para llegar directamente a aquellos que habitan las zonas forestales en la interfaz hombre-animal y a aquellos que, probablemente, consumen carne de animales silvestres en las zonas urbanas. Radio Workshop brindó capacitación a más de 30 periodistas y jóvenes reporteros sobre las enfermedades zoonóticas y la forma en que su interacción con la fauna silvestre puede afectar la salud humana. A través de cinco emisoras situadas en tres provincias, se emitieron más de 2400 mensajes en cuatro meses, se realizaron más de 80 programas y se organizaron 12 acciones de divulgación.

Elderly man listening to EBO-SURSY Radio in DRC
Un hombre escucha el programa de radio EBO-SURSY en Mbandaka, República Democrática del Congo. ©OMSA/Elijah Muwaza.

Radio EBO-SURSY resultó ser un programa de gran popularidad, con más de 2,5 millones de oyentes. Su reconocimiento es mayor en las zonas rurales, como Mbandaka y Kisangani, que en la capital del país. A partir de una muestra de 601 personas entrevistadas en el marco de un estudio de evaluación, el 42 % de los encuestados de Mbandaka y el 39 % de los de Kisangani respondieron que escuchaban el programa de radio EBO-SURSY, frente a sólo el 22 % en Kinshasa. Vale destacar que, como dato positivo:

73%

de quienes habían declarado escuchar el programa eran oyentes habituales y seguían el programa varias veces a la semana.

56%

lo consideraba un asunto de familia, aumentando la transmisión de la información sanitaria a niños y jóvenes.

Los resultados demuestran la capacidad de esta radio de brindar beneficios sobre todo a las comunidades aisladas.

Dada la importancia de este programa, compré una radio más grande para que toda mi familia pueda estar informada sobre las zoonosis y conozca las medidas de protección que debemos implementar para protegernos y preservar nuestro entorno»

Oyente en Yangambi, República Democrática del Congo.

Refuerzo de capacidades para periodistas locales especializados en temas sanitarios  

Además de los beneficios de educar a las familias sobre temas como las enfermedades zoonóticas, el programa se dedica a reforzar los conocimientos de los periodistas frente a las enfermedades y sus correspondientes medidas sanitarias. La popular radio RTG@ de Kinshasa afirmó que «El programa de radio EBO-SURSY reforzó nuestra credibilidad. Con el brote de viruela del mono, la gente [decía] que había oído a RTGA hablar de ello… Estoy orgullosa de que haya sido una de las primeras emisoras de radio de la RDC en iniciar la sensibilización sobre este tema.»

En base al compromiso de locutores y periodistas con el programa de radio EBO-SURSY, el proyecto también creó un concurso radiofónico nacional. Numerosos periodistas y locutores de toda la RDC compitieron por el mejor reportaje y la mejor emisión en torno a temas como «Una salud», las zoonosis y la vigilancia de la fauna silvestre. Los jueces del concurso, cada uno representando un aspecto del concepto “Una salud”, premiaron a los dos ganadores en el marco de una ceremonia que contó con la presencia de personal del ministerio de ganadería. También es posible la redifusión de estas emisiones y reportajes, con el fin de garantizar que la población de todo el país reciba más información sobre sanidad animal.

EBO-SURSY Radio_Lady speaking to a group of interviewers
Noella Kambaza, ganadora del concurso del programa de radio EBO-SURSY, habla con los jóvenes periodistas de Radio Workshop sobre el reportaje premiado y la importante función de la radio en la comunidad. ©OMSA/Elijah Muwaza.

Cuando los ciudadanos poseen los conocimientos suficientes y la confianza necesaria para buscar información sobre sanidad animal, la percepción de la interconexión entre los animales, el medio ambiente y su sociedad ya no es la misma. Esto permite saber cómo protegerse y proteger a los animales silvestres de la comunidad, incluso cuando se encuentran en zonas remotas y alejadas. Se trata de un aspecto fundamental en las regiones donde no se acostumbra consultar a expertos en sanidad animal.

Mejora de las relaciones de la comunidad con los veterinarios locales

Una de las principales metas de la programación radiofónica de la OMSA siempre ha sido reforzar la relación entre los ciudadanos y los veterinarios locales. El estudio reveló que sólo el 19 % de los hogares encuestados en las comunidades de interés habían consultado a un veterinario en los últimos seis meses. La consulta al veterinario era aún menos habitual en las aldeas rurales abarcadas por este proyecto (7,5 %) y en Mbandaka (9 %) que en las grandes ciudades. Las comunidades rurales aún no han incorporado la costumbre de consultar a los veterinarios simplemente debido a la dificultad de encontrar uno: la razón más frecuente es que no existe ninguno en su comunidad (el 32 %). Sin embargo, incluso en ciertas zonas urbanas, no es fácil encontrar un veterinario:

Imaginemos que, en el matadero [oficial] de una ciudad, sólo sacrifican tres vacas al día. Esto implica una enorme cantidad de sacrificios clandestinos… Existen mataderos en otras ciudades donde no hay ningún control veterinario.

Veterinario en la República Democrática de Congo

Otra razón por la que los veterinarios no eran valorados por los participantes encuestados es la falta de sensibilización. El 30 % de los hogares no veía la utilidad de los veterinarios y, para el 28 %, sus honorarios eran muy elevados y estaban fuera de su alcance.

A pesar de esta gran diversidad de desafíos, el programa de radio EBO-SURSY creó una demanda de veterinarios en las comunidades donde emitía. Los resultados indicaron que el 42 % de quienes habían consultado a veterinarios no lo había hecho antes de la campaña. En total, el 37 % del total de los oyentes del programa consultó a un veterinario, frente al 11 % de quienes no siguen esta emisión. Además, los encuestados destacaron la importancia de poder contactarlos fácilmente y tener acceso a los productos y soluciones conocidas gracias al programa de radio EBO-SURSY, como la vacunación, el tratamiento de animales enfermos, la inspección de la carne y las consultas de carácter general.

Estas conclusiones nos permiten comprender los distintos enfoques de los futuros programas de radio de la OMSA en beneficio de la comunidad. Cuanto más conscientes sean los ciudadanos de la vital importancia de los veterinarios para la protección de la sanidad animal, la salud de las personas y la de sus ecosistemas, más defenderán los servicios que brindan.

Porque la sanidad animal es nuestra salud.
Es la salud de todos.


How radio is raising awareness on zoonotic diseases in the Democratic Republic of Congo.

En el centro de nuestros cambios estacionales, surge una amenaza escondida que plantea riesgos significativos tanto para las poblaciones humanas como de animales. Durante los desplazamientos estacionales, los animales emprenden viajes en búsqueda de agua, pastos o para ser comercializados, lo que constituye una oportunidad en términos de propagación de enfermedades animales transfronterizas, tales como la fiebre aftosa, la peste de pequeños rumiantes y la fiebre del valle del Rift. La intricada danza de migraciones animales a través de amplios parajes crea un entramado complejo, en el que las enfermedades encuentran nuevas rutas para propagarse y desarrollarse.

El ganado, incluyendo los bovinos, las cabras y las ovejas, entre otros, se convierten sin querer en portadores de estas enfermedades, y sus desplazamientos contribuyen sin saber a la diseminación de patógenos. La fiebre aftosa, en especial por su rápida transmisión y graves impactos en los animales de pezuña hendida, saca ventaja de estas interacciones entre diferentes especies. Por su parte, la peste de pequeños rumiantes, que afecta a ovejas y cabras, y la fiebre del valle del Rift, con su potencial zoonótico, encuentran la oportunidad en la convergencia de animales en los puntos de agua compartidos y en los bulliciosos mercados, espacios que permiten el comercio y que también se convierten en canales de contagio. Si bien una escena de animales atravesando amplios paisajes parece ser idílica, oculta una amenaza invisible facilitada por tales movimientos.

El movimiento de ganado en climas cambiantes y en algunas regiones crea una tormenta perfecta para la transmisión de enfermedades.

Dr. Néo Mapitse, jefe del departamento de acciones regionales de la Organización Mundial de Sanidad Animal.

A medida que el clima se modifica y la inestabilidad geopolítica altera los modelos tradicionales de desplazamiento, los animales de diferentes regiones y estatus sanitario convergen en formas que pueden ampliar drásticamente la propagación de enfermedades.

Entre esta amenaza escondida, existe esperanza. Al empoderarnos con conocimientos y fomentando la cooperación, disponemos de los medios para proteger a los animales y a las comunidades que dependen de ellos. La Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) y sus socios encabezan la tarea de promover la sensibilización acerca de los riesgos que suponen las enfermedades transfronterizas de animales durante los movimientos pastorales. Las normas de la OMSA definen las condiciones para garantizar desplazamientos seguros de animales vivos y de productos derivados relativas a los movimientos estacionales.

La prevención y la preparación resultan nuestros aliados más fuertes a la hora de enfrentar esta amenaza. Con evaluaciones de riesgo oportunas, podemos anticipar brotes potenciales y consolidar nuestra preparación para combatir las amenazas animales. El aumento de las campañas de sensibilización entre los sectores interesados y las comunidades garantiza que la información fluya libremente y brinde a las personas las herramientas necesarias para tomar decisiones fundamentadas con respecto al ganado durante los movimientos de estación.

Un aspecto central de este esfuerzo es la vigilancia de los puntos de concentración animal y de los lugares de tránsito. Al hacer un seguimiento cercano de estas áreas clave, podemos detectar rápidamente los signos de enfermedad y tomar acciones inmediatas, mitigando las oportunidades de transmisión y propagación. Además, la cooperación de distintos sectores durante los brotes es crucial; el respeto de las restricciones de movimientos y de las directrices elaboradas por las autoridades minimiza el riesgo de acelerar por inadvertencia la propagación de enfermedades.

Los cambios de estaciones conllevan problemáticas que exigen nuestra atención y colaboración. Los movimientos armoniosos de ganado entre diversos paisajes no deben encubrir la amenaza de propagación de enfermedades. Por lo tanto, trabajemos en conjunto a efectos de proteger nuestro ganado, preservar nuestros medios de sustento y asegurar nuestro futuro. Al integrar los conocimientos, practicar la vigilancia y fomentar la cooperación, podemos superar los retos que implican las enfermedades animales transfronterizas durante los movimientos estacionales.

Entrevista con el Dr William B. Karesh (miembro del grupo de trabajo sobre la fauna silvestre y Vicepresidente Ejecutivo de Salud y Política de EcoHealth Alliance).

Brevemente, ¿qué es El Niño?

William B. Karesh: En el siglo XVII, los pescadores de Sudamérica se dieron cuenta de que había periodos de aguas inusualmente cálidas en el océano Pacífico. Este fenómeno se denominó “El Niño de Navidad”, ya que se presentaba alrededor de diciembre. En el océano Pacífico, durante condiciones normales, los vientos alisios soplan de este a oeste a lo largo del ecuador, desplazando agua cálida de Sudamérica hacia Asia. Para remplazar estas aguas cálidas, las aguas frías surgen de las profundidades, en un proceso llamado afloramiento.
El Niño y La Niña son dos modelos climáticos opuestos que rompen estas condiciones normales. Los científicos han denominado el fenómeno El Niño- Oscilación del Sur (ENOS). Tanto El Niño como La Niña pueden provocar repercusiones globales en los patrones climáticos, causando eventos ambientales extremos, tales como incendios forestales, con fuertes repercusiones sociales y económicas en nuestros ecosistemas interdependientes. Los episodios de El Niño y La Niña suelen durar doce meses, aunque algunas veces se prolongan durante años. Ocurren cada dos a siete años en promedio, sin une frecuencia determinada regular.

¿De qué manera directa e indirecta los eventos provocados por El Niño- Oscilación del Sur repercuten en la sanidad animal? ¿Cuáles son los animales más afectados?

W.B.K: Las condiciones climáticas afectan la sanidad animal directamente con temperaturas extremas y disponibilidad de aguas (sequías e inundaciones) e, indirectamente, con cambios en la disponibilidad de nutrientes y alimentos, abundancia de vectores y agrupamientos, dispersión y movimientos de animales. Los extremos climáticos también puedan dar lugar a deshidratación y malnutrición de animales silvestres y domésticos y a un alza de las enfermedades transmitidas por vectores, tales como la fiebre del valle del Rift, la fiebre amarilla y la malaria.

¿Dado que se trata de un patrón climático cíclico, podemos anticiparlo? ¿Cuáles son las señales que indican que el ENOS está empezando y cuánto tiempo necesitamos para prepararnos?

W.B.K: Gracias al uso de datos de temperatura, corrientes y condiciones atmosféricas colectados por medio de boyas oceánicas y sistemas satelitales, los científicos del clima han desarrollado modelos predictivos con capacidad de prever los eventos ENOS con una precisión cada vez mayor varios meses por anticipado. Un indicador predictivo importante es el cambio en los vientos alisios del Pacífico y el descenso en las temperaturas de la superficie del océano en la región ecuatorial del océano Pacífico occidental. Pese a que el grado específico y la duración de los efectos pueden variar, el patrón general de los cambios en diferentes lugares permanece constantes a lo largo y entre los eventos ENOS por lo que pueden utilizarse localmente con fines de planificación.

¿Qué pueden hacer los servicios de sanidad animal y medioambientales para estar preparados y ser resilientes antes del evento de El Niño?

W.B.K: El primer paso es revisar los impactos de los eventos ENOS anteriores a nivel local o regional y adaptar los planes de preparación y mitigación a los cambios anticipados, tales como el aumento y disminución de las lluvias. La comprensión de los impactos potenciales puede emplearse para elaborar planes que sean relevantes a escala local y hacer participar a agencias y sectores interesados de la comunidad en la planificación y preparación, al igual que en el diseño de estrategias de comunicación orientadas a diversas audiencias. Las actividades pueden incluir disponibilidad de equipos de respuesta y reservas de suministro, formaciones de personal, disponibilidad de agua y control de inundaciones, planes de contingencia para la provisión de alimentos y piensos, cadenas de abastecimiento, capacidad de respuesta ante brotes de enfermedad o eventos de enfermedad.

¿Cómo podemos apoyar las poblaciones de animales silvestres no controladas durante los eventos climáticos?

W.B.K: Cuando se anticipan sequías, el acceso al agua puede acercar al ganado y a los animales silvestres lo que puede llevar a un aumento de la transmisión de enfermedades del ganado a la fauna silvestre o la reducción del acceso seguro al agua por parte de los animales silvestres. La posibilidad de tener agua para las personas, el ganado y la fauna silvestre se puede discutir y planificar mediante el compromiso de los sectores interesados y las autoridades relevantes. Los cambios anticipados en las temperaturas de los océanos tienen efectos predecibles en las poblaciones de peces y en la industria pesquera y afectan las existencias de alimentos para las aves y mamíferos marinos. Las cuotas de pesca deberán ajustarse con el fin de evitar el agotamiento de los recursos de pesca y prevenir la inanición de la fauna silvestre.

¿Qué está haciendo el grupo de trabajo sobre la fauna silvestre para aumentar la sensibilización acerca de los impactos que pueden tener los eventos extremos en la sanidad de los animales silvestres?

W.B.K: El grupo de trabajo emitió una alerta temprana para el próximo evento ENOS dirigido a las autoridades sanitarias y al público en general. Asesora a la OMSA, a sus Miembros y a otros sectores interesados que lo soliciten y a medida en que la situación de la fauna silvestre evoluciona.

En 2003, usted acuñó la expresión “Una salud” para describir la interdependencia de ecosistemas, animales y personas sanas. ¿Cómo ha evolucionado este concepto en los pasados veinte años y cuáles han sido los logros que sustentan hoy su relevancia?

W.B.K: La atención en aumento por los eventos ENOS ofrece un excelente ejemplo del auge del pensamiento “Una salud” entre diferentes sectores que consideran que los cambios ambientales tienen consecuencias en la salud y el bienestar. Este concepto se ha convertido en punto de partida para el desarrollo de muchos proyectos a escala local, nacional e internacional encaminados a ampliar la relación costo-beneficio y los beneficios comunes. En términos financieros, las inversiones en el uso del enfoque ‘Una salud” han superado los diez mil millones de dólares americanos desde su creación.


Acerca del Dr William B. Karesh

El Dr William B. Karesh es Vicepresidente Ejecutivo de Salud y Política de EcoHealth Alliance. Preside el grupo de trabajo sobre enfermedades de la fauna silvestre de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) y el grupo de especialistas en sanidad de la fauna silvestre de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), una red de expertos en sanidad y fauna de todo el mundo.


Entrevista – mayo 2023

Gracias a la implementación exitosa de medidas de control efectivas, la encefalopatía espongiforme bovina (EEB) ha pasado de ser una emergencia de salud pública de preocupación internacional a una enfermedad con un alcance e impacto sanitario limitados. Una norma revisada sobre la enfermedad, que fue distribuida por primera vez en 2019, ha sido adoptada por la Asamblea Mundial de Delegados durante la 90ª Sesión General de la OMSA.  

Con actualizaciones que incluyen los criterios para determinar el riesgo de enfermedad junto con recomendaciones sobre la vigilancia de la enfermedad y el comercio seguro, el nuevo texto adoptado representa un logro significativo. Refleja el trabajo de la Organización a la hora de abordar cuestiones complejas, crear consenso entre los Miembros y encontrar soluciones actualizadas y con base científica que sean beneficiosas tanto para la sanidad animal como para la salud humana. 

La revisión de la norma fue impulsada por las Comisiones Especializadas de la OMSA. Hemos entrevistado al Dr. Cristóbal Zepeda, Presidente de la Comisión Científica para las Enfermedades Animales, y al Dr. Etienne Bonbon, Presidente de la Comisión de Normas Sanitarias para los Animales Terrestres.  

BSE Standard
Dr Cristóbal Zepeda, Dr Etienne Bonbon

¿Cuál es el impacto de la EEB en la actualidad?

Cristóbal Zepeda: En el comienzo de la epidemia de EEB, a finales de los 80 y principios de los 90, la mayoría de los casos se detectaron en unos pocos países, sobre todo en Europa. Hoy en día, la incidencia de la EEB se ha reducido casi a cero, ya que la mayoría de los países han aplicado medidas para evitar el reciclaje de materiales específicos de riesgo (MER).

Etienne Bonbon: En el pasado, la incertidumbre en torno a la epidemiología de la EEB justificaba que se tomaran importantes medidas de precaución para tratar la enfermedad. Hoy en día, su incidencia casi nula en el mundo minimiza el riesgo de enfermedad y exige otro nivel de precaución para afrontar un escenario novedoso.

¿Por qué se revisó la norma sobre EEB?

C.Z.: La norma sobre la EEB se actualizó para adaptarla a los conocimientos científicos actuales y a un contexto epidemiológico en evolución. Se propusieron varios cambios. El primero se refiere a la necesidad de una evaluación completa del riesgo de enfermedad, incluidas las evaluaciones de entrada y exposición, para determinar la situación de riesgo de un país o una zona. El segundo permite una vigilancia simplificada para ajustarse mejor a la realidad sobre el terreno, garantizando al mismo tiempo que los países establezcan unos requisitos sanitarios mínimos. De hecho, el costo de la implementación de un sistema de vigilancia basado en puntos es considerable y algunos países con pequeñas cabañas ganaderas sencillamente no pueden cumplir tales requisitos. Hemos elaborado directrices para ayudar a los países en la transición a este nuevo sistema. El último cambio importante es la supresión de la EEB atípica de la lista de enfermedades que requieren una notificación obligatoria a la OMSA. La EEB atípica se produce espontáneamente en las poblaciones bovinas en una proporción muy baja. Además, la única prueba de reciclado potencial de materiales específicos de riesgo se encontró en condiciones experimentales que sería extremadamente improbable que se reprodujeran en condiciones de campo.  

E.B.: Al hablar de los cambios introducidos por la norma revisada sobre la EEB, es importante señalar que la EEB atípica se ha suprimido de la lista también porque se ha comprobado que se trata de una enfermedad muy rara y esporádica, sin repercusiones significativas en la sanidad animal o salud pública.

Forma clásica versus forma atípica de EEB

Se debe hacer una distinción entre estas dos formas (o cepas):

La forma clásica de EEB aparece debido al consumo de piensos contaminados. Si bien en los años noventa se la consideró como como una amenaza significativa, su aparición se ha reducido sustancialmente durante los últimos años como resultado de la exitosa implementación de medidas de control eficaces y, actualmente, se considera que su prevalencia es extremadamente baja (cerca de 0 casos).

La forma atípica de EEB se refiere a la aparición de formas naturales y esporádicas que se cree aparecen en todas las poblaciones bovinas en una tasa muy baja y que sólo se han identificado en los animales más viejos, cuando se lleva a cabo una vigilancia intensiva. A inicios de la década de los 2000, se identificaron priones atípicos causantes de la forma atípica de EEB, resultado de una vigilancia reforzada de las encefalopatías espongiformes transmisibles. El número de casos de la forma atípica de EEB es insignificante. Pese a que hasta hoy se carece de pruebas que indiquen que la forma atípica de la enfermedad pueda ser transmisible, no se ha excluido el reciclaje del agente de esta forma de EEB y por lo tanto, por precaución, se recomienda la implementación de medidas para reducir el riesgo de exposición en la cadena alimentaria. Para más información, consulte WAHIS.

¿Cuáles fueron los desafíos en el proceso?

C.Z.: La OMSA tiene un procedimiento para el reconocimiento oficial del estatus de riesgo de EEB. En el contexto de la revisión de esta norma, tuvimos que asegurarnos de que los Miembros que ya tenían un estatus oficial de riesgo de EEB siguieran cumpliendo la norma revisada sobre EEB. Esto implicó un trabajo importante para evaluar retrospectivamente los expedientes presentados por estos Miembros, en particular los que fueron reconocidos sobre la base de una evaluación de entrada insignificante y no de una evaluación de exposición insignificante. 

E.B.: La OMSA se esfuerza por encontrar un consenso entre sus Miembros. El logro alcanzado con la norma sobre la EEB es el resultado de un proceso en varias etapas que implicó muchos debates entre expertos, consultas con los Miembros e incluso un primer debate con la asamblea el año pasado. El proceso muestra cómo funcionan los distintos órganos de gobierno de la Organización, y destaca también el papel de las Comisiones Especializadas en el proceso. Estas comisiones desempeñan un papel clave para garantizar que las normas sean científicamente sólidas, y para construir un entendimiento común a través de la consulta con los Miembros.  

¿Influirá la nueva norma sobre la EEB en el nivel de vigilancia de la enfermedad?

C.Z.: Las normas internacionales de la OMSA relativas a la vigilancia de las enfermedades animales -incluida la EEB- son cruciales para determinar la ausencia, presencia y distribución de las enfermedades animales y los riesgos asociados, así como para detectar lo antes posible las enfermedades emergentes. En el contexto epidemiológico actual de esta enfermedad, existía una necesidad creciente entre los Miembros de que se modificara la norma.   

E.B.: La simplificación justificada y la reducción de costos en los métodos de vigilancia no supondrán una disminución de su eficacia. Al contrario, este sistema más flexible basado en la exploración clínica sobre el terreno refleja la información científica actual y responde a una diversidad de necesidades en los distintos países.

¿Cuál será el impacto de esta nueva norma en el comercio internacional?

C.Z.: Los cambios en los requisitos de vigilancia supondrán un incentivo para que los países que no han obtenido un estatus oficial de riesgo lo soliciten. Al eliminar la EEB atípica de la lista de enfermedades, los países no impondrán restricciones comerciales injustificadas.

E.B.: Con la adopción de la norma revisada, los beneficios serán muy superiores a cualquier riesgo de introducción o aparición de enfermedades. Si se aplica bien, se facilitará el acceso al comercio, lo que acelerará el desarrollo económico y mejorará la seguridad alimentaria, al mismo tiempo que continuará disminuyendo la probabilidad de nuevos casos de EEB.

La entrevista ha sido editada y condensada para mayor claridad y extensión. 

Desarrolladas junto con los Miembros y los expertos de la industria equina, se actualizaron tres normas para luchar contra las amenazas que representan las enfermedades y responder a las necesidades prácticas de las competiciones hípicas internacionales. 

Los caballos de deporte y competición son viajeros estacionales y se desplazan de una competición a otra por todo el planeta. Sin embargo, cuando están en tránsito, pueden quedarse bloqueados en las fronteras. Las normas internacionales tienen como meta proteger la sanidad de esta categoría de caballos y también la sanidad de la población equina del país que los recibe frente a la posible transmisión de enfermedades a través de las fronteras. A veces, los controles fronterizos impiden que los caballos de deporte lleguen a tiempo a sus competiciones. Los veterinarios y los agentes de aduanas tratan de encontrar una solución que se ajuste a las situaciones, que respete las normas orientadas a reducir el riesgo de enfermedad y que tenga en cuenta los requerimientos prácticos inherentes a los deportes ecuestres internacionales. 

Aprovechando esta oportunidad de brindar asistencia a los Miembros, la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) se asoció con la industria equina en búsqueda de nuevas soluciones para garantizar la seguridad y el desplazamiento seguro de los caballos de deporte con fines de competición. Desde 2017, la OMSA colabora con la Confederación Internacional de Deportes Hípicos (IHSC) en el marco de una asociación público-privada (APP). Tanto la OMSA como la IHSC comparten objetivos claros destinados a mejorar la sanidad y el bienestar de los caballos. Se trata de mitigar el riesgo de propagación mundial de enfermedades infecciosas equinas y minimizar las restricciones de desplazamiento de los caballos de competición. La colaboración ha permitido progresos significativos y muchas de las acciones han llevado a la actualización de tres normas zoosanitarias: las relativas a la gripe equina, la metritis contagiosa equina y la piroplasmosis equina, presentadas para su adopción en la 90.ª Sesión General de la OMSA. 

Las normas internacionales de la OMSA están basadas en la ciencia, y la industria equina aceptó contribuir con recursos para mejorar la calidad general y la precisión de las normas relacionadas con los caballos, lo que incluye la financiación de investigaciones científicas sobre enfermedades equinas de interés para el comercio internacional. En el marco de esta asociación, se financió un estudio en el que un laboratorio de referencia de la OMSA realizó una evaluación sobre los protocolos de vacunación contra la gripe equina para caballos antes de los viajes internacionales. El sector equino cuenta con numerosos esquemas de vacunación contra este virus y esta evaluación buscó armonizar los esquemas actuales en materia de gripe equina en base a evidencia científica. De esta forma, se garantiza la protección de los caballos transportados y se evitan esperas injustificadas en el lugar de destino. Durante el estudio, el espíritu de colaboración llegó incluso al ámbito local. Veterinarios equinos del sector privado recopilaron y enviaron las muestras necesarias para la investigación y colaboraron con el laboratorio público de investigación. Gracias a los resultados alcanzados en las normas sobre la gripe equina, se actualizó el protocolo de vacunación para el desplazamiento internacional de caballos. 

Además, el sector equino privado se benefició globalmente con esta asociación, ya que la Organización aportó su experiencia como autoridad internacional en sanidad animal para desarrollar conjuntamente con la IHSC herramientas que se ajusten a las necesidades prácticas de los deportes ecuestres. A través de reuniones de expertos en enfermedades animales y en deportes ecuestres, la IHSC y la OMSA desarrollaron dos herramientas para facilitar los desplazamientos internacionales de caballos de competición a partir de los conceptos de zonificación y compartimentación. La primera, relativa a los caballos de excelente estado sanitario y alto rendimiento, armoniza los requisitos de importación y simplifica el proceso de certificación para los desplazamientos temporales de caballos. La segunda herramienta está constituida por directrices para ayudar a los Miembros a establecer zonas libres de enfermedades equinas (ZLEE). Se trata de un concepto basado en el riesgo que los Miembros pueden implementar al planificar una competición deportiva ecuestre internacional. Por medio del establecimiento de una ZLEE, se previenen los riesgos de enfermedad en la zona y los caballos entran y salen de la misma de forma segura manteniendo intacto su estatus sanitario. Esto reduce la carga de los viajes internacionales de caballos tanto para los agentes de aduanas como para el personal veterinario. 

Asimismo, la APP abordó la problemática del desplazamiento temporal de caballos a nivel regional. Entre 2017 y 2019, se celebraron varias reuniones conjuntas OMSA-IHSC, en las que participaron sectores interesados como autoridades veterinarias y aduaneras, representantes del sector privado veterinario y de la industria equina. Los expertos debatieron en torno a los obstáculos existentes a la entrada y la salida de caballos de competición en las fronteras y a la posibilidad de crear planes de acción orientados a superar los desafíos específicos de sus regiones y contextos nacionales. El conjunto de estas acciones condujo a la actualización de otras normas, como las de la metritis contagiosa equina y las de la piroplasmosis equina. 

Sin embargo, esta APP arrojó muchos más beneficios. Los talleres realizados también sirvieron para crear redes entre las funciones públicas y privadas a nivel regional, lo que condujo a nuevas colaboraciones destinadas a ayudar a resolver futuros retos regionales. En 2020, por primera vez, Tailandia notificó al Sistema Mundial de Información Zoosanitaria (WAHIS) un brote de peste equina africana en el Sudeste Asiático. Como respuesta rápida, la OMSA y la IHSC brindaron un apoyo específico mediante la elaboración de soportes de comunicación específicos y la producción de una serie de seminarios web. Conjuntamente, la APP creó y reforzó las capacidades de los veterinarios y de la industria equina local, con el fin de tratar de controlar y erradicar la enfermedad. Además, durante el brote, la OMSA y la IHSC colaboraron para mejorar las capacidades de los laboratorios de la región promoviendo y financiando pruebas de aptitud para que los distintos laboratorios respetasen la normativa y que el personal y los equipos pudiesen tratar y analizar correctamente las muestras. Desde el brote, y debido en parte a la fructífera colaboración entre la industria equina, el sector de la salud pública veterinaria y Tailandia, el país recuperó su estatus oficial libre de peste equina desde marzo de 2022. 

La APP entre la OMSA y la IHSC aportó diversos resultados positivos, tanto para las autoridades veterinarias como para los Miembros y el sector equino privado a escala nacional. Los resultados son indiscutibles cuando diferentes sectores colaboran con el objetivo común de mejorar la sanidad animal en todo el mundo. La OMSA confía en estas asociaciones, sabiendo que sus actividades no pueden funcionar y evolucionar sin el intercambio continuo de información y recursos. Gracias a la ciencia, la OMSA y sus socios actualizan las normas internacionales con vistas a garantizar que los caballos de competición viajen sanos y salvos, y que los controles fronterizos sean mejores, eficientes y logren aplicar enfoques basados en la ciencia. Este modelo nos motiva para futuras colaboraciones que permitirán a la OMSA estrechar lazos con el sector privado en múltiples desafíos relacionados con la sanidad y el bienestar de los animales. La sanidad animal no debe ser una preocupación exclusiva de un solo sector y, juntos, podemos garantizar un futuro más sano para todos. 

Las vacunas veterinarias, cuando se utilizan junto con otras medidas sanitarias, han demostrado ser herramientas poderosas en la prevención, el control e incluso la eliminación de enfermedades animales. La PPR y la rabia transmitida por perros han sido el centro de los esfuerzos de vacunación en todo el mundo. Aunque la mayoría de los países afectados implementan la vacunación oficial para controlar estas enfermedades, persisten problemas como el uso inadecuado y la mala calidad de las vacunas. El Informe sobre la situación zoosanitaria mundial, presentado en la 90ª Sesión General de la OMSA, describe la situación actual y ofrece un análisis de estas tendencias, basado en los informes de vacunación oficial de los Miembros.  

Implementación de la vacunación contra la PPR en zonas de pastoreo remotas  

La PPR es una enfermedad viral del ganado que puede diezmar rebaños enteros de ovejas y cabras. En la actualidad, sigue amenazando al 80% de la población ovina y caprina mundial. Como consecuencia, pone en peligro los medios de sustento y la seguridad alimentaria de unos 300 millones de familias rurales de todo el mundo que dependen de la producción de pequeños rumiantes. Erradicar la PPR mediante la vacunación y otras medidas adecuadas no sólo garantizaría la sanidad y el bienestar de los animales, sino que también mejoraría las condiciones de vida de los ganaderos, muchos de los cuales son mujeres.   

Entre 2005 y 2022, una media anual del 70% de los Miembros afectados por la PPR declararon haber vacunado oficialmente contra la enfermedad. Durante el mismo periodo, se observó una tendencia estable con un pico en 2015 (82% de los Miembros afectados).   

A través del proyecto PRAPS (Proyecto Regional del Sahel de Apoyo al Pastoralismo), seis países de la región del Sahel, incluidos Burkina Faso, Chad, Mali, Mauritania, Níger y Senegal, han participado en una ambiciosa iniciativa para controlar la PPR en la región. Se han observado logros notables en la vacunación contra la PPR. Entre 2016 y 2022, se distribuyó la asombrosa cifra de 188 millones de dosis de vacuna contra la PPR a los países del PRAPS y, solo en 2022, se entregaron 32,2 millones de dosis. El uso del banco de vacunas contra la PPR de la OMSA ha sido fundamental para apoyar el suministro de grandes cantidades de vacunas de calidad. 

Aunque se han realizado avances significativos en la vacunación contra la PPR en la región del Sahel, aún quedan varios retos por delante. Identificar a los pequeños rumiantes, garantizar la eficacia de las vacunaciones, mantener el control de calidad de las vacunas y hacer frente a las limitaciones de recursos humanos, incluida la escasez de formación y personal, suponen importantes obstáculos para controlar plenamente la propagación de la PPR y alcanzar los objetivos de control a largo plazo en la región del Sahel. Las lecciones aprendidas se tendrán en cuenta en las siguientes fases del proyecto.  

Si afrontamos estos retos, podremos luchar por la erradicación mundial de la PPR, garantizando la protección de las poblaciones de pequeños rumiantes, los medios de sustento de los ganaderos y el futuro del pastoreo.    

Combatir la rabia en su fuente animal  

Además de las enfermedades del ganado, las zoonosis también están en el radar de las campañas de vacunación. La rabia, una enfermedad con una tasa de letalidad de casi el 100% tanto en humanos como en animales, sigue representando una amenaza mundial, cobrándose la vida de aproximadamente 59.000 personas cada año. Dado que los perros son los principales portadores de esta devastadora enfermedad zoonótica, el control eficaz y la eliminación de la rabia exigen abordar su fuente en los animales. Por ello, la rabia transmitida por perros ha sido uno de los principales objetivos de las campañas de vacunación. De 2005 a 2022, una media del 78% de los Miembros de la OMSA afectados por la rabia notificaron la vacunación oficial de los perros contra la rabia. Sin embargo, se ha producido un descenso gradual en el porcentaje de países que implementan medidas de control de la rabia, pasando del 85% al 62% durante ese periodo.  

La rabia_vacunas veterinarias

Para apoyar el objetivo de cero muertes humanas por rabia transmitida por perros y hacer un seguimiento del uso de vacunas veterinarias, el Foro Unidos contra la Rabia, auspiciado por la OMSA en nombre de la Tripartita, ha elaborado un documento exhaustivo titulado «Minimos elementos de datos», que sirve como recurso vital para supervisar los avances hacia el ambicioso Plan Estratégico Mundial Cero para el 30. Este documento ofrece, en particular, datos esenciales que los países deben recopilar y presentar diligentemente a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y a la OMSA. Mediante la armonización de las prácticas en materia de datos, los países pueden contribuir eficazmente a la lucha mundial contra la rabia y hacer un seguimiento de los avances en la cobertura de vacunación. 

Impulsar las tendencias de vacunación para controlar mejor las enfermedades animales  

La OMSA ha desarrollado estrategias globales que han animado a los países a poner en marcha programas de vacunación contra la PPR y la rabia transmitida por perros. A través de estas iniciativas y asociaciones estratégicas, la OMSA proporciona conocimientos técnicos y orientación a sus Miembros sobre la implementación de estrategias de vacunación eficaces. Al difundir conocimientos, facilitar el intercambio de información y ayudar a los países a acceder a las vacunas a través de iniciativas como los bancos de vacunas, la OMSA ha contribuido significativamente a mejorar los esfuerzos de control de enfermedades en todo el mundo. La aplicación de estrategias globales contra las enfermedades también fomenta la colaboración entre los países, animándolos a hacer frente a las enfermedades animales de forma colectiva y a proteger tanto la sanidad animal como la salud humana.  

Es imperativo actuar juntos para prevenir la propagación de las enfermedades transfronterizas de los animales y frenar sus efectos sobre los medios de sustento y las economías. Trabajemos juntos para eliminar la rabia transmitida por perros y la PPR del mundo. 

Más de 500 millones de aves han muerto desde 2005 a causa de la influenza aviar, una enfermedad mortal para las aves con consecuencias devastadoras para la sanidad de las aves domésticas y silvestres, así como para la biodiversidad y los medios de sustento. Su propagación mundial en el último tiempo genera preocupación, con un número sin precedentes de brotes en nuevas regiones geográficas, una mortalidad inusual en aves silvestres y un número cada vez mayor de casos en mamíferos. A pesar de los esfuerzos de los países por aplicar estrictas medidas de vigilancia, prevención y control -como el control de movimientos, el refuerzo de la bioseguridad y el sacrificio sanitario-, la influenza aviar inquieta a la comunidad internacional.

¿Hacia un cambio de paradigma en las actuales medidas de prevención y control de la influenza aviar?

El alcance y gravedad de la situación conlleva un cuestionamiento de las actuales estrategias orientadas a contener la enfermedad y, además, plantea múltiples interrogantes. ¿Cuáles son las carencias de las actuales estrategias de control de la enfermedad? ¿Cómo pueden adaptarse mejor a los distintos contextos y escenarios? ¿Necesitamos cuestionarnos los métodos de cría de algunas especies de aves de corral? ¿Cómo podemos garantizar una detección temprana de los brotes? ¿Qué opciones complementarias de control serían necesarias a nivel nacional y regional? ¿Puede implementarse la vacunación generalizada como solución sostenible? ¿Cómo lograr un comercio seguro de aves de corral y productos avícolas con la vacunación? ¿Cómo se puede optimizar la asignación de recursos?

Con el fin de tratar las principales cuestiones estratégicas y los desafíos que frenan la progresión de los países hacia el control mundial de la enfermedad, la OMSA celebrará su primer Foro sobre Sanidad Animal dedicado a debatir el tema los días 22 y 23 de mayo, en el marco de la 90.ª Sesión General. El foro introducirá el tema técnico como hilo conductor, que será una oportunidad inigualable para estudiar las estrategias pasadas y en curso, y explorar otras opciones de gestión del riesgo, más adaptadas a la evolución de la situación en este momento. Además, será una ocasión única para acordar alternativas adecuadas, basadas en la ciencia, con fines de vigilancia y control de la enfermedad, y destinadas a reducir el impacto de la enfermedad.

Surgimiento de nuevas preocupaciones a medida que evoluciona la enfermedad

En los últimos años, se ha observado la aparición de una gama más amplia y sin precedentes de cepas virales y, por ende, una mayor evolución del virus y la presencia de un panorama epidemiológico desafiante. Según los registros, la forma más grave de la enfermedad en las aves de corral, la influenza aviar de alta patogenicidad (IAAP), solía propagarse principalmente entre granjas, mientras que la influenza aviar de baja patogenicidad (IABP) circulaba sobre todo entre las aves silvestres y, a menudo, era asintomática para estas poblaciones de aves. Hoy en día, observamos la amenaza persistente de una progresión de la IAAP en las aves silvestres, capaces de transportar la enfermedad a grandes distancias y a través de las fronteras de los países. De esta manera, la influenza aviar se ha extendido rápidamente a nuevas regiones, en particular en América Central y del Sur, donde no se había detectado la enfermedad desde hacía 20 años. En esta región, 10 países notificaron la enfermedad a la OMSA, mientras que, a escala mundial, 74 países y territorios han notificado brotes de influenza aviar desde octubre de 2021. Se trata de una gran propagación geográfica sin contexto histórico previo.

Además del aumento del número de casos detectados en aves de corral y aves silvestres en los últimos años, ahora se está notificando la presencia de esta enfermedad en mamíferos silvestres y cautivos. Los casos recientes en nutrias, zorros y visones preocupan en el ámbito de la sanidad animal y la salud pública debido al riesgo de adaptación del virus a los mamíferos y, por consiguiente, a los seres humanos.

Además, se han registrado casos humanos esporádicos, pero sin gravedad. El riesgo de pandemia persiste, aunque la transmisión de aves a humanos sea poco frecuente y resulte de la exposición repetida a aves infectadas.

Elaboración de una respuesta común eficaz

La influenza aviar representa una grave amenaza para la salud mundial, los medios de sustento, la seguridad alimentaria y la biodiversidad. Aunque se han realizado importantes esfuerzos de prevención y control de su propagación, queda mucho por hacer. El cambio en la epidemiología de la enfermedad en estos dos últimos años ha cuestionado el recurso del sacrificio sanitario como principal medida de control. A medida que se exploran prácticas de producción más sostenibles, debemos buscar métodos alternativos de control de la enfermedad, para prevenirla y mitigarla y, en consecuencia, evitar la eliminación de tantos animales cuando la seguridad alimentaria representa una cuestión crítica para muchos.

En el marco del próximo Foro de Sanidad Animal sobre la influenza aviar, se someterán a debate estos retos estratégicos. En particular, se evocarán temas como la vigilancia, las estrategias de control de la enfermedad, las formas de garantizar un comercio internacional seguro y justo de aves de corral y productos avícolas y la coordinación regional y mundial.

Estas importantes reflexiones darán lugar a recomendaciones internacionales y constituirán una base sólida para la revisión de la estrategia mundial OMSA/FAO sobre la influenza aviar de alta patogenicidad desarrollada en el marco del GF-TADs.

Es imperativo asegurarnos de que los países puedan responder a esta grave amenaza sanitaria en un marco común y de que sus gobiernos estén preparados a efectos de movilizar recursos suficientes para enfrentarla. Es fundamental tomar las medidas adecuadas si queremos garantizar un futuro más seguro y saludable para todos.

Si desea seguir los debates, conéctese a nuestro Foro sobre Sanidad Animal.

Lunes 22 de mayo

  • 9:00 a.m. – Sesión 1 – Inteligencia en influenza aviar: vigilancia y control para la detección temprana y la prevención
  • 2:30 p.m. – Sesión 2 – Respuesta: estrategias de control de la enfermedad para una respuesta temprana y continuidad del sector avícola, incluida la vacunación
  • 3.30 p.m. – Sesión 3 – Resiliencia: normas internacionales para facilitar un comercio internacional

Martes 23 de mayo

  • 9:00 a.m. – Sesión 4 – Estrategia mundial coordinada para un control progresivo de la influenza aviar

El desarrollo en Namibia está profundamente arraigado en el sector agrícola. Con un 90 % de tierras aptas para la ganadería, una gran proporción de la población rural del país depende de esta actividad en términos de abastecimiento alimentario, subsistencia y bienestar económico. Se estima que la población de ganado ronda por los dos millones de bovinos, 2,5 millones de ovejas, 1,8 millones de cabras y 17.000 cerdos. Por consiguiente, la producción animal representa un motor para el crecimiento económico y una gran contribución para el PIB local.

Las enfermedades transfronterizas como la fiebre aftosa tienen el potencial de afectar el comercio transfronterizo de ganado y, de manera más amplia, la posición del país dentro del mercado global haciendo más complejas las exportaciones de carne. Las circunstancias empeoran con las sequías que impactan la agricultura de secano y hacen que los pastores busquen áreas más favorables para el pastoreo de sus animales; la modificación imprevisible de los entornos ha puesto a la economía de Namibia desde hace tiempo bajo presión.

La dependencia de las exportaciones animales hace que la economía del país sea vulnerable, los brotes de enfermedad pueden resultar en serias pérdidas series de producción y bloquear en gran medida el comercio de ganado. Es posible prevenir esta enfermedad a través de la implementación de medidas sanitarias eficaces dirigidas a evitar la introducción del virus en la población animal. Los sistemas de detección precoz y de respuesta resultan igualmente importantes ya que permiten una contención y erradicación efectivas.

La situación zoosanitaria general de Namibia también está determinada por su posición geográfica, al compartir fronteras con países y áreas que no están libres de fiebre aftosa. Puede haber desplazamientos de bovinos en búsqueda de pastos a áreas en los que están presentes búfalos silvestres, lo que implica serios retos para el control de las enfermedades animales transfronterizas y la regulación de flujos fronterizos de mercancías. Estos movimientos han dado lugar a brotes tanto de perineumonía contagiosa bovina como de fiebre aftosa en animales que regresan a Namibia.

Mantener a raya las enfermedades infecciosas

Existen diferentes maneras para controlar las enfermedades endémicas. Una de ellas es un acercamiento de zonificación. Se trata de un concepto que se explica en las normas de la OMSA y que permite a un país concentrar sus recursos en un área restringida definida en donde es factible controlar y erradicar la enfermedad. Una extensión progresiva de la zona libre puede llevar a la erradicación de la enfermedad en todo el territorio de un país.

Para los países, la meta final es alcanzar un estatus zoosanitario oficial libre de enfermedad. No obstante, dada la dificultad de lograr dicho objetivo, existen beneficios innegables al establecer y mantener una subpoblación con un estatus zoosanitario específico dentro del territorio nacional, no solo en materia de prevención y control de enfermedad, también con fines de comercio internacional

La fiebre aftosa ofreció la primera oportunidad para la OMSA de establecer una lista de países oficialmente reconocidos libres de la enfermedad, ya sea en todo el territorio en zonas definidas. La zonificación se ha implementado desde 1994 y Namibia fue uno de los primeros países al que se le reconoció una zona libre de fiebre aftosa sin vacunación en 1997. Cabe destacar que, desde entonces, el país ha asegurado el mantenimiento de la zona libre de fiebre aftosa pese a los brotes que han seguido desarrollándose en el resto del país.

Beneficios de las normas internacionales de la OMSA para el comercio internacional

La Dra. Anja Boshoff-De Witt trabaja en el Consejo de la carne de Namibia, una entidad reguladora que facilita las exportaciones de ganado, carne y productos cárnicos procesados en el país. En su parecer, la puesta en práctica de las normas de bienestar animal en el mundo real puede conducir a soluciones transformadores que mejoran la subsistencia y alivian la pobreza.

La aplicación en Namibia de las normas internacionales de sanidad animal de la OMSA ha favorecido el respaldo que tanto se necesita para el crecimiento económico. Al ser un país orientado hacia las exportaciones, es esencial cumplir con estas recomendaciones.

Dr Anja Boshoff-De Witt, Directora de Normas para la carne, Consejo de la carne de Namibia

Las normas de la OMSA constituyen un lenguaje común destinado a lograr una comprensión y confianza entre los países. Su implementación a lo largo de la cadena de producción y abastecimiento es esencial para desarrollar sistemas nacionales de garantía de calidad que minimicen los riesgos potenciales para la salud humana o animal en los países importadores asociados con las mercancías comercializadas.

Un ejemplo concreto que demuestra que el estatus libre de fiebre aftosa basado en las normas internacionales y el reconocimiento oficial de su estatus zoosanitario por parte de la OMSA es la facilitación de las negociaciones de Namibia con socios comerciales interesados en el ganado y en la carne, y la promoción de una relación de confianza mutua. Al implementar estas normas, Namibia ha hecho grandes progresos en el área de la sanidad animal y el comercio seguro. Sus exportaciones de carne bovina se han ampliado a la Unión Europea, Noruega, República Popular China, Sudáfrica, Reino Unido y Estados Unidos de América. Para los productores de ganado establecidos en la zona libre de fiebre aftosa también han surgido nuevas perspectivas: la posibilidad de acceder al mercado internacional y obtener precios más altos para sus animales constituye un enorme incentivo que aumenta los recursos de sus familias.

En Namibia, el ganado de las “zonas infectadas de fiebre aftosa y de las zonas de protección” no se puede mover a la zona libre de fiebre aftosa. Los productos de ganado pueden salir de estas zonas a la zona libre si se preparan o procesan de conformidad con las normas de la OMSA, lo que implica la implementación de un comercio basado en las mercancías para el desplazamiento de carne bovina fresca.

En la actualidad, Namibia está bien encaminada en el mercado mundial de la carne. El país ocupa, respectivamente, el puesto 29 y 35 dentro de los principales países exportadores de carne bovina fresca y congelada, y abastece el 1.4 % de las exportaciones mundiales de ovejas y cabras. Igualmente, ha sido el primer país del continente africano en introducirse en el lucrativo mercado norteamericano tras haber enviado 25 toneladas de carne bovina a Filadelfia a principios del 2020.

Namibia espera seguir utilizando las normas para mejorar la sanidad animal y facilitar el comercio internacional seguro. Una meta mayor es mejorar la situación sanitaria en áreas en donde todavía existe un riesgo de fiebre aftosa, ya sea encarando el problema planteado por sus límites porosos o estableciendo nuevas zonas que puedan obtener el estatus libre de fiebre aftosa.

En 2015, Namibia experimentó uno de sus peores brotes de fiebre aftosa en la zona de protección, cuya erradicación tomó un casi un año con un costo de $13 millones. Las normas de zonificación de la OMSA contribuyeron a solucionar el brote y a sacar adelante al país. El evento constituyó una lección y un consejo de prudencia: las normas de sanidad animal ayudan a encarar los retos de sanidad animal, desbloquean el potencial económico y el acceso al comercio asegurando un mejor futuro para cada cual. Su adaptación a la legislación nacional y la inversión en su implementación son esenciales para promover la situación zoosanitaria y comercial del país.

Enfermedades animales: su impacto en la sociedad

Si una familia de Madagascar pierde a una vaca cebú por enfermedad, se ve privada de algo más que el valor del animal, ya que el ganado es esencial para su subsistencia al proveer leche para el hogar y fuerza de arado y de tiro en el campo. De hecho, se convierten en una parte íntima de la vida familiar. Las enfermedades animales también pueden tener efectos secundarios en el comercio, el suministro de alimentos, los medios de sustento y, en última instancia, la salud y el bienestar humano. Aunque estos efectos son difíciles de cuantificar, es importante llevar a cabo un análisis en la materia de tal manera que se atiendan adecuadamente las necesidades de los productores ganaderos.

Con esta perspectiva, la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA, fundada como OIE) se asoció con la Universidad de Liverpool (UoL) para promover el desarrollo de conocimientos en economía de la sanidad animal. El objetivo final es ayudar a los Servicios Veterinarios y de Sanidad de los Animales Acuáticos a tener un mayor impacto en la vida de las personas y en las economías nacionales.

En 2021, la OMSA y sus socios reunieron más de 7 millones de dólares estadounidenses destinados a poner en marcha el Programa sobre el impacto mundial de las enfermedades animales (GBADs). A través del GBADs, nos esforzamos por comprender los costos directos e indirectos de las enfermedades animales con el fin de mejorar no solo la sanidad y el bienestar de los animales, sino también el bienestar humano, especialmente en las comunidades rurales que viven de la agricultura. El impacto incluye los efectos sobre las poblaciones ganaderas y la agricultura, la carga que implican los esfuerzos de mitigación y las consecuencias comerciales.

«El programa GBADs ayudará a los Servicios Veterinarios a mejorar sus inversiones en el fortalecimiento de los sistemas de sanidad animal y la asignación de recursos, y a disponer también de una estructura de datos que les permita evaluar las políticas anteriores«, explica Jonathan Rushton, director del programa GBADs, con sede en la Universidad de Liverpool (Reino Unido).

1300 millones de personas dependen de los animales para subsistir

300 mil millones de dólares es el costo directo anual estimado de las pérdidas de ganado por enfermedades animales

Uniendo la ciencia económica con los conocimientos veterinarios

Hasta la fecha, las estimaciones del “impacto” mundial de las enfermedades animales han sido limitadas debido a la falta de un proceso sistemático y estandarizado entre países y sistemas de producción animal. ¿Cómo afectan las enfermedades animales la salud y el bienestar de los seres humanos? ¿Cuáles son las consecuencias socioeconómicas positivas de la aplicación de medidas preventivas a largo plazo? Las respuestas sólo pueden venir de la fusión de los conocimientos de las ciencias veterinarias y las económicas.

«Si sabemos lo que perdemos o lo que gastamos, tendremos una mejor idea para presentar argumentos en favor de las inversiones provenientes de los gobiernos, el sector privado o los agricultores individuales«, explica Jonathan Rushton, quien también es profesor de sanidad animal y economía de los sistemas alimentarios en la Universidad de Liverpool. «Se trata de invertir en los lugares adecuados para lograr los mejores resultados en la gestión del riesgo«.

El programa GBADs, liderado conjuntamente por la OMSA y la Universidad de Liverpool, lo implementan organizaciones y universidades que trabajan en la intersección entre las políticas públicas, el sector privado y el sector académico.

Este año, el programa entra en una nueva etapa. Hemos puesto en marcha un marco destinado a medir la carga de la sanidad animal, su impacto en las vidas humanas y las economías, y hemos iniciado un estudio de caso en Etiopía. Igualmente, se ha puesto en marcha un segundo estudio de caso en Indonesia, además de una metodología encaminada a poner a prueba las herramientas que proporcionarán datos pertinentes para el futuro. En base a estos logros, tenemos la voluntad de publicar en 2022 las primeras estimaciones del impacto de las enfermedades animales a nivel mundial y nacional.

En mayo de 2021, también se inició nuestro primer Centro colaborador para la economía de la sanidad animal, que reúne a la Universidad de Liverpool, la Universidad de Utrecht y al Instituto Veterinario Noruego. Esta colaboración facilitará la recopilación de información mediante un enfoque estandarizado y analítico, y acompañará el desarrollo de capacidades en el ámbito de la economía de la sanidad animal y la creación de centros de excelencia similares en otras regiones del mundo.

La sanidad animal desde la economía
El programa GBADs reforzarán la inversión en el campo de la vigilancia y la prevención, con el fin de gestionar y limitar los riesgos de emergencia de enfermedades en las especies ganaderas y acuícolas

Sanidad animal para un mejor desarrollo y bienestar de los seres humanos

El ganado y los animales acuáticos son fuente para unos 1.300 millones de la población mundial de ingresos, alimentos nutritivos, ropa, fertilizantes, materiales de construcción y fuerza de tracción. Una salud deficiente de los animales se relaciona con pobreza y desnutrición. Además, repercute directamente en las mujeres que dependen de las economías rurales basadas en la agricultura, que constituyen dos tercios de los productores con bajo ingreso. Vinculando los datos existentes sobre enfermedades animales con las consecuencias socioeconómicas, el programa GBADs identificará cómo la sanidad animal repercute en los ingresos de los hogares más pequeños, en el empoderamiento de las mujeres y en el suministro equitativo de una dieta segura, asequible y nutritiva.

El enfoque que fusiona los sectores de la sanidad animal y la socioeconomía va por buen camino para orientar nuestras acciones a largo plazo. Los datos recogidos por el programa GBADs contribuirán, en última instancia, a lograr sistemas de producción animal más eficientes. También ayudará a todos los sectores a identificar los problemas de sanidad animal más devastadores que se deben abordar para evitar efectos dominantes en los medios de sustento y el bienestar de los seres humanos y los animales.

Para más información sobre el programa GBADs, haga clic aquí.

Financiación del programa GBADs: el gobierno australiano, la Fundación Bill y Melinda Gates, Brooke, la Unión Europea – DG SANTE, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Irlanda, el Ministerio de Sanidad italiano, la Oficina de Asuntos Exteriores, de la Commonwealth y de Desarrollo del Reino Unido, y el Departamento de Sanidad y Asistencia Social del Reino Unido.

Un artículo del Informe anual de 2021: leer el original

Últimamente, la viruela del mono se ha convertido en una de las principales noticias en el campo de la salud al haber afectado ya a más de 16 000 personas en al menos 75 países en el mundo. Al igual que muchas otras enfermedades, como la COVID-19 que afectó a 23 especies animales diferentes, existe la posibilidad de que esta enfermedad supere la barrera de las especies y haga un salto a los animales domésticos y silvestres, lo que supone un riesgo para la salud de todos. En la Organización Mundial de Sanidad Animal, nuestra misión es mejorar la sanidad animal en el mundo. Puesto que la viruela del mono nos pone en peligro a todos, debemos insistir en las razones y las precauciones necesarias para reducir el riesgo de transmisión a los animales. 

Si bien el contacto entre humanos impulsa el brote actual de viruela del mono, se sabe que la enfermedad es de origen animal y que, por consiguiente, puede transmitirse a ciertas especies. Se han identificado varios mamíferos silvestres susceptibles al virus de la viruela del mono, como la ardilla africana (Funisciurus congicus), la ardilla de árbol, la rata de Gambia (Cricetomys gambianus), los lirones y los primates no humanos. Mientras que algunas de estas especies presentan signos y síntomas de la enfermedad, otras pueden no mostrar ningún signo externo o visible, lo que dificulta aún más la identificación de los eventos de contagio.   

Recientemente, la viruela del mono se detectó en un perro muy probablemente como resultado de la transmisión de humano a animal tras un contacto directo y cercano con sus dueños que presentaban síntomas de la enfermedad. Este fue el primer caso documentado de transmisión del virus de humano a animal. Debemos mantenernos alertas. Si el virus se transmite de los humanos infectados a los animales, se podrían establecer nuevos reservorios animales y el virus podría volverse endémico en nuevas zonas geográficas, lo que aumentaría también la incidencia de riesgos futuros en términos de salud pública. 

En coordinación con sus expertos, la Organización Mundial de Sanidad Animal sigue de cerca esta situación, ya que el aumento de la prevalencia en los seres humanos puede incrementar el riesgo de transmisión a los animales y, de esta forma, alterar la epidemiología de la enfermedad

Dra. Monique Eloit, directora general de la Organización Mundial de Sanidad Animal 

Debemos investigar en detalle la posibilidad de transmisión del virus de los seres humanos a los animales, con vistas a medir las probabilidades de que esto ocurra. En las zonas donde suele existir una interacción estrecha con los animales, como los zoológicos, las instalaciones de rehabilitación de fauna silvestre, los caminos dedicados al senderismo o en los hogares cuando estamos acompañados por nuestras mascotas, existe la posibilidad de un salto del hombre a los animales. El virus de la viruela del mono penetra en el organismo a través de lesiones cutáneas (incluso las invisibles a simple vista), de las vías respiratorias o de las mucosas. 

Por lo tanto, es imperativo tomar algunas precauciones muy sencillas. Por ejemplo, se ha de verificar que todos los residuos, incluidos los médicos, se eliminen de forma segura y que sean inaccesibles para los roedores u otros animales carroñeros. Si existe una sospecha o confirmación de infección por el virus de la viruela del mono, se deberá evitar todo contacto directo con animales, incluido el ganado, la fauna silvestre e incluso las mascotas. 

Todos debemos ser prudentes: la viruela del mono ilustra una vez más la interconexión entre la salud humana y la sanidad animal. Sólo a través de una sólida colaboración entre los expertos de distintos sectores como la salud pública, los veterinarios y las autoridades dedicadas a la sanidad de la fauna silvestre podremos luchar contra esta enfermedad y garantizar un futuro seguro para todos.