La vida bajo el agua es sensible a los cambios que experimenta nuestro planeta en la actualidad. Al igual que los animales terrestres, las poblaciones de animales acuáticos y sus ecosistemas están sometidos a un estrés considerable y es probable que este fenómeno continue, impulsado por factores como el cambio climático y el comercio no regulado.
Las enfermedades pueden tener graves repercusiones sobre el desarrollo sostenible de los sistemas de los animales acuáticos y la seguridad alimentaria. Además, existe la posibilidad de que se reduzca el volumen de productos de animales acuáticos disponibles en el mercado, con más de un tercio comercializado a nivel internacional. En un mundo en el que 50 millones de personas dependen de la pesca y la acuicultura para su subsistencia, el control de las enfermedades de los animales acuáticos es fundamental.
Con este objetivo en mente, la Organización Mundial de Sanidad Animal lanzó su Estrategia sobre la sanidad de los animales acuáticos 2021-2025. En el marco del despliegue de la estrategia, la Organización ofrece a los servicios nacionales de sanidad de los animales acuáticos recomendaciones orientadas a mejorar la vigilancia de las enfermedades de los animales acuáticos. Esta vigilancia tiene como meta identificar y gestionar los riesgos asociados a las enfermedades con un posible impacto en la producción y el comercio de productos de animales acuáticos. Se trata de una etapa preliminar esencial de la detección y la respuesta tempranas frente a la aparición de enfermedades, lo que permitirá que el país adquiera progresivamente la capacidad de declararse libre de una enfermedad. Esto puede ayudar a los países a cumplir los requisitos en materia de intercambios comerciales y facilitar el comercio seguro de animales acuáticos y sus productos.
La Organización Mundial de Sanidad Animal alienta a sus Miembros a poner en práctica las recomendaciones de vigilancia previstas en el Código Acuático y el Manual Acuático, a notificar cualquier evento sanitario pertinente de manera transparente y oportuna, y a publicar las autodeclaraciones de ausencia de enfermedad. En la 89.ª Sesión General de la Organización, la Asamblea General adoptó una versión revisada de la norma sobre la vigilancia de las enfermedades de los animales acuáticos, con el objetivo de guiar a los Miembros en el proceso de autodeclaración de ausencia de una enfermedad de los animales acuáticos en base a pruebas sólidas.
La acuicultura es el sector de producción de alimentos con mayor crecimiento en todo el mundo y representa casi el 50 % del suministro mundial de animales acuáticos y productos derivados. Esto significa que la producción de animales acuáticos contribuye cada vez más a la nutrición humana, la mitigación de la pobreza y el desarrollo sostenible. La Organización Mundial de Sanidad Animal, una autoridad mundial que trabaja más allá de las fronteras para mejorar la sanidad animal, insta a los países a aplicar sus normas internacionales. Frente al constante crecimiento de la población mundial y de la demanda de alimentos, la implementación de un mejor sistema de vigilancia contribuirá a garantizar una mejor sanidad de los animales acuáticos en todo el mundo y a proteger la sanidad de la vida bajo el agua.
Para más información:
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Autodeclaración
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Código Sanitario para los Animales Acuaticos
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Portal de la sanidad de los animales acúaticos
Según las últimas estimaciones, la población mundial de perros supera los 700 millones y el 75 % son perros errantes, es decir, que escapan a la supervisión humana. No importa si viven en un hogar o en una comunidad o si ayudan a los productores en la cría de ganado, la realidad es que un gran número de perros se pasea al aire libre. En muchas zonas del mundo, además, los perros ocupan un lugar muy especial ya que forman parte de la sociedad. Incluso cuando no tienen dueño, la gente los alimenta y los niños juegan con ellos, lo que los expone a posibles mordeduras. Casi el 99 % de los casos de rabia en humanos se atribuyen a mordeduras de perros y, por desgracia, los perros errantes contribuyen a mantener la presencia de la enfermedad en muchos países. Es posible prevenir la rabia si se la ataca en su origen animal: los perros. Si bien la vacunación constituye la forma más eficaz de eliminar la enfermedad, es difícil atrapar a los perros, sobre todo a los perros errantes que viven en zonas habitadas.
La gestión de la población canina acompaña los esfuerzos de lucha contra la rabia
La gestión de la población canina es un pilar fundamental para el éxito de una estrategia de control de la rabia. Este enfoque polifacético abarca medidas destinadas a mejorar la sanidad y el bienestar de los perros y a mitigar los problemas de salud y seguridad pública que causan a la sociedad. Algunas medidas también buscan impactar en la dinámica de la población canina cuando sea necesario. En el marco del control y la eliminación de la rabia, un requisito previo es garantizar la vacunación de una cantidad suficiente de perros y así obtener la inmunidad a nivel de la población.
No cabe ninguna duda que la vacunación de al menos el 70 % de la población canina en las zonas de riesgo, entre otras medidas pertinentes, nos llevará a eliminar la rabia transmitida por perros. Su vacunación masiva constituye uno de los principios que sustentan el Plan Estratégico Mundial para eliminar la rabia transmitida por los perros para 2030, que impulsa el enfoque «Una salud».
Con el fin de ayudar a los países a lograr una mejor cobertura de vacunación en las poblaciones caninas, se ha actualizado recientemente la norma de la OIE sobre la gestión de las poblaciones caninas (Capítulo 7.7, antes llamado «Manejo de las poblaciones de perros») con la intención de que abarque a todos los perros, con o sin dueño.
El manejo de las poblaciones de perros errantes
La gestión de las poblaciones caninas ayuda a garantizarles un acceso a la atención veterinaria y así aumentar el porcentaje de animales vacunados.
En entornos donde la mayoría de los perros errantes son objeto de vacunación y no tienen dueño, el procedimiento de «captura, esterilización, vacunación y retorno» es otro aspecto esencial con un impacto significativo.
La esterilización evita el nacimiento de perros no deseados que terminarán abandonados y que, por lo tanto, tampoco se vacunarán, lo que disminuye la cobertura de vacunación.
Cabe destacar que este enfoque también favorece el bienestar animal y mejora la esperanza de vida de los perros vacunados. Si se aplican, estas medidas pueden evitar el recurso de sacrificio masivo de perros, a menudo realizado sin respetar las recomendaciones de bienestar animal.
Es importante señalar que este tipo de intervenciones deben adaptarse adecuadamente al contexto local. «Existen distintos tipos de perros que requieren diferentes intervenciones«, recuerda la Dra. Elly Hiby, directora de la Coalición Internacional para el Manejo de Animales de Compañía (ICAM) y presidenta del Grupo ad hoc de la OIE para la revisión del Capítulo 7.7. Manejo de las poblaciones de perros. Es primordial comprender la dinámica de las poblaciones caninas en un lugar determinado y las actitudes de la comunidad hacia ellas para determinar qué herramientas serían las más exitosas y funcionarían a largo plazo.
Con la mirada puesta en la población canina del mañana
La gestión de la población canina requiere esfuerzos a largo plazo y no sólo un conjunto de acciones puntuales. Ocuparse únicamente de la población canina actual no representa una solución sostenible. Es necesario conocer el origen de la próxima generación de perros errantes para ayudar a mantener una alta cobertura de vacunación.
La Dra. Elly Hiby insiste en que «los perros con dueño son una fuente realmente importante de las futuras poblaciones de perros errantes«. Por consiguiente, es fundamental responsabilizar a los propietarios de sus animales y de su posible descendencia, mediante legislación, programas de educación y sensibilización para cambiar el comportamiento. Con ánimo de promover la tenencia responsable de perros, la Organización Mundial de Sanidad Animal ha puesto en marcha una campaña regional de sensibilización en los Balcanes como parte de la Plataforma de la OIE sobre el bienestar animal para Europa, con una serie de herramientas, como carteles y folletos para los propietarios de perros, así como libros de juegos para niños. Involucrar a los propietarios y/o cuidadores de la comunidad es un paso clave que facilitar el proceso de vacunación, teniendo en cuenta el objetivo de la inmunidad de rebaño.
Una respuesta compleja pero necesaria
Al tener que hacer frente a muchos factores al mismo tiempo, la gestión de la población canina representa un reto multisectorial y requiere el uso de un enfoque integral. Todos los países deben evaluar su demografía canina, tener en cuenta la participación y las actitudes de la comunidad y elaborar estrategias nacionales a largo plazo.
Invertir tiempo y recursos en la gestión de la población canina apoya innegablemente el fin de la rabia ya que gracias a una alta cobertura de vacunación, se combate una de las causas fundamentales de la transmisión de la enfermedad al hombre. De esta manera, pueden evitarse unas 59.000 muertes humanas al año, y avanzar un peldaño hacia nuestro objetivo común de cero muertes por rabia en humanos para 2030.
Para más información
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Plan Estratégico Mundial para eliminar la rabia (en inglés)
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La rabia
18 millones de toneladas, éste es el peso de los huevos de gallina producidos cada año en todo el mundo. Consumidos en gran medida por su aporte proteico, se producen huevos en cantidades suficientes para satisfacer la demanda de todos los habitantes del planeta y, lo que es muy importante, están disponibles a un precio relativamente bajo en comparación con la carne. Sin embargo, su coste medio ha aumentado últimamente, concretamente en Europa y en Norteamérica, donde se han incrementado los costes de producción y millones de gallinas ponedoras se han visto infectadas por la influenza aviar desde el pasado mes de octubre.
Hay por cada habitante del mundo una gallina ponedora que produce huevos: tenemos suficientes para todos
Ben Dellaert, presidente del grupo de expertos en influenza aviar, Comisión Internacional del Huevo (IEC)
Según la IEC, en comparación con el año pasado, los precios de los huevos se han disparado alrededor de un 22% en Europa y un 44% en Estados Unidos de América. El aumento de los costes en toda la cadena de suministro y la menor disponibilidad actual de piensos y granos han afectado directamente a esta subida de precios. Sin embargo, la influenza aviar, o gripe aviar, ha desempeñado un papel innegable en este fenómeno en esas regiones, según Ben Dellaert, de la Comisión Internacional del Huevo (IEC).
La gripe aviar es una grave enfermedad vírica que afecta principalmente a las aves de corral y a las aves silvestres y que a menudo provoca la muerte de las parvadas y tiene efectos socioeconómicos devastadores. Desde octubre de 2021, se han notificado a la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) más de 21 millones de casos en aves de corral en varias regiones del mundo. En comparación con años anteriores, esta cifra es significativamente más alta y un mayor número de aves han muerto. Una vez que la gripe aviar llega a una granja avícola, la enfermedad puede propagarse muy fácilmente entre las aves y hay que tomar medidas para mitigar su rápida transmisión. Una de las principales medidas de contención es el sacrificio de las aves infectadas pero también de las aves sanas, que corren el riesgo de verse afectadas por la enfermedad debido al posible contacto directo o indirecto con las aves infectadas. Algunos brotes han provocado este año el sacrificio de miles de aves. Por ejemplo, en los Países Bajos, se notificaron 33.000 casos de gripe aviar y, para mitigar su propagación, se sacrificaron más de dos millones de aves domésticas. Esto afecta inevitablemente a la capacidad de producción de huevos. La elevada mortalidad de las gallinas ponedoras, ya sea por la propia enfermedad o por las medidas de sacrificio, tiene una consecuencia directa en el número de huevos que se pueden producir. Si nos fijamos en el caso de Estados Unidos de América, el país ha perdido 25 millones de gallinas ponedoras, lo que ha reducido su producción total de huevos en un 8%. Esta disminución de la capacidad de producción conlleva una pérdida económica para los productores de huevos, lo que provoca un aumento de su precio.
Dado que suelen ser el primer grupo afectado por este problema, es necesario reflexionar sobre las repercusiones que este tipo de enfermedad tiene en los ganaderos. Si bien es normal considerar los efectos económicos en los ganaderos, ya que sufren una disminución de su actividad y de sus ingresos debido al impacto de la influenza aviar en sus parvadas, también hay efectos secundarios. Ben Dellaert, de la IEC, recuerda el impacto emocional adicional:
Cuando tus animales mueren por esta enfermedad y tienes que deshacerte de ellos, siempre es algo terrible
Ben Dellaert, presidente del grupo de expertos en influenza aviar, Comisión Internacional del Huevo (IEC)
Además, cuando tu granja aún no se ha infectado con la gripe aviar, vives también con la amenaza constante de que pueda llegar a tus aves.
Además de los huevos, también se puede esperar por las mismas razones que haya menos disponibilidad de otros productos básicos, como la carne de ave, y que sean más caros. Esta situación nos demuestra que las enfermedades animales, como la gripe aviar, pueden perturbar los medios de sustento y las economías, y amenazar la
seguridad alimentaria en todo el mundo. Por ello, la aplicación de medidas de prevención, como el establecimiento de una vigilancia adecuada y el refuerzo de la bioseguridad en las explotaciones, es fundamental para evitar otros efectos negativos.
La Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Internacional de Policía Criminal (INTERPOL) colaboran en un proyecto internacional encaminado a consolidar una resiliencia mundial sostenible frente a las emergencias zoosanitarias causadas por el agroterrorismo y la agrocriminalidad mediante la cooperación interinstitucional.
El proyecto, establecido en octubre de 2018, tiene por objeto promover la coordinación a escala nacional, regional e internacional. Para ello, se centra en regiones en las que la labor previa de las tres organizaciones ha permitido detectar lagunas en diversos aspectos relacionados con la gestión de emergencias que pueden hacer que los países sean vulnerables al agroterrorismo y la agrocriminalidad. Las regiones seleccionadas son el Oriente Medio, África del Norte y el Sudeste Asiático. Ahora bien, aunque el proyecto se focaliza en dichas regiones, sus resultados serán pertinentes para todos los países del mundo.
A fin de garantizar que las capacidades creadas sean adecuadas para los fines que se persiguen, actualmente se está evaluando la situación mundial en cuanto a la gestión de emergencias, entre otras cosas identificando las áreas que son vulnerables al agroterrorismo y la agrocriminalidad, analizando la relación costo-eficacia de la inversión en la preparación, y utilizando las herramientas de la OIE, la FAO y la INTERPOL para examinar la gestión de emergencias, incluida la relación entre las autoridades encargadas del cumplimiento de la ley y el sector veterinario.
Basándose en esta información, se están diseñando herramientas, talleres y ejercicios de simulacro que se pondrán a prueba en las regiones seleccionadas. La capacitación incluirá talleres sobre los principios de la gestión de emergencias, en los que se analizará cómo diseñar, poner en práctica y aprender de un ejercicio de simulacro, cómo redactar un plan de contingencia, y cómo dirigir y controlar la situación durante un episodio de agroterrorismo. Para poner a prueba las capacidades nacionales y regionales, se realizarán ejercicios teóricos de simulacro basados en casos hipotéticos de agroterrorismo o agrocriminalidad. Todas las actividades contarán con participantes tanto de las autoridades encargadas del cumplimiento de la ley como del sector veterinario.
Estas actividades culminarán con un ejercicio de simulacro internacional que servirá para poner a prueba la coordinación y la comunicación a nivel nacional (de los países seleccionados), así como a nivel regional e internacional. El ejercicio se diseñará en torno a la respuesta ante un caso hipotético de agroterrorismo que requerirá la cooperación de las autoridades encargadas del cumplimiento de la ley y del sector veterinario.
Por último, al término del proyecto se celebrará una conferencia mundial sobre gestión de emergencias para mostrar las actividades llevadas a cabo a un amplio público multisectorial e interdisciplinario. Los asociados del proyecto esperan recabar el apoyo de la comunidad internacional para adoptar un enfoque relativo a las emergencias zoosanitarias que tenga en cuenta todos los peligros; promover la inclusión de los Servicios veterinarios en los marcos pangubernamentales de gestión de emergencias y desastres mejorando la coordinación entre las autoridades encargadas del cumplimiento de la ley y el sector veterinario; y fomentar una red internacional de gestión de emergencias más sólida.
Agradecemos al Programa de Reducción de la Amenaza de las Armas (WTRP) del Ministerio de Asuntos Mundiales de Canadá por apoyar este proyecto.
Un artículo del Boletín de la OIE: leer el original
La pandemia de la COVID-19 ha constituido un gran desafío y un momento decisivo para la ciencia, la investigación y la sociedad en general. Los laboratorios de todo el mundo, piedra angular de los sistemas de salud humana y sanidad animal, han debido adaptarse para garantizar la continuidad de sus operaciones. Su sólido compromiso con la mejora de las capacidades, la realización de investigaciones y la puesta a disposición de equipos y conocimientos técnicos al servicio del sistema sanitario en general, a menudo ha implicado mantener y aumentar las funciones críticas de los laboratorios de diagnóstico, dejando en segundo plano otro tipo de actividades. Las restricciones en materia de viajes limitaron o imposibilitaron el acceso a las instalaciones de los laboratorios de las partes interesadas externas y las actividades esenciales de garantía de calidad, como las auditorías y la formación técnica, resultaron difíciles de efectuar. Entre estos retos figuraban las misiones en el país llevadas a cabo por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE).
Sin embargo, la OIE ha logrado actuar con rapidez y ha adaptado su emblemático programa de desarrollo de capacidades, el Proceso de Evaluación del Desempeño de los Servicios Veterinarios (PVS). A partir de un enfoque voluntario, centrado en los países y con el correspondiente acompañamiento específico, durante la última década, el programa ofreció a los servicios veterinarios nacionales su experiencia independiente en más de 140 países. Un ejemplo de la adaptación de la Organización frente a la problemática creada por la COVID-19 es la última misión PVS de los laboratorios sostenibles organizada de forma virtual en Liberia, a principios de este año. La iniciativa permitió destacar la importancia de la innovación de los laboratorios veterinarios, gracias a las nuevas modalidades de prestación de servicios y las oportunidades de mayor flexibilidad de cara al futuro.
El salto digital: retos y oportunidades
Con el fin de proponer una misión 100 % virtual en Liberia, la OIE realizó un análisis de riesgo destinado a identificar los factores críticos de éxito de este nuevo tipo de actividad. Una vez ajustadas la metodología y las herramientas, la misión estaba lista para comenzar…
La iniciativa se puso en marcha en Liberia, en el Laboratorio Central de Diagnóstico Veterinario “Leon Quist Ledlum”, en enero de 2021. Al ser el único laboratorio en este país de África Occidental, la instalación reviste una importancia clave y tiene como meta aumentar sus capacidades para efectuar nuevos programas de vigilancia de la sanidad animal a escala nacional.
Durante tres meses, se organizó una serie de seminarios web sobre tres aspectos diferentes: la recopilación de datos, la modelización de recursos y la elaboración de un informe de misión. Al igual que en otras misiones similares, el equipo estuvo conformado por expertos de renombre internacional acreditados por la OIE. A pesar del nuevo formato, se mantuvieron los objetivos de la misión: identificar los recursos físicos, humanos y económicos que necesita el sistema de laboratorios veterinarios del país, evaluar sus prestaciones dentro de un panorama nacional más amplio y presentar una visión a los servicios veterinarios nacionales para acompañar el proceso de toma de decisiones con la asignación de recursos y para mantener controlados los riesgos.
Si bien la ausencia de un tipo de participación presencial se consideró de forma abrumadora como el mayor riesgo asociado a la modalidad virtual, las preocupaciones iniciales se vieron mitigadas por los resultados positivos observados en una fase temprana: mayor tiempo para recopilar datos, análisis más rápidos y visualizaciones de datos de alta calidad gracias a la mejora de las herramientas digitales. Para la Dra. Ana María Nicola, jefa del equipo de expertos de la misión de Liberia y directora de los laboratorios veterinarios del SENASA en Argentina, la fase de recopilación de datos con la asistencia de los expertos PVS mejoró el impacto de la misión, la comprensión de sus objetivos y la cantidad y calidad general de los datos para apoyar la experiencia y el análisis.
Aunque la tecnología resultó ser un factor determinante, también fue un obstáculo. La presencia de Internet en el país africano es actualmente del 19 %. El panorama de los laboratorios refleja la brecha digital del país, agravada por la pandemia: la falta de acceso a Internet y a equipos informáticos de la mayoría de los participantes limitó la interacción con el personal, lo que impidió que todos los participantes se beneficiaran plenamente con el proceso en línea. A pesar de los frecuentes intentos de fomentar la participación activa, no siempre fue fácil garantizar un entorno realmente inclusivo.
Otro impedimento mayor fue la comprensión del contexto actual del laboratorio. El paso a la modalidad virtual exigió un cambio de mentalidad: operar a distancia impide realizar observaciones directas y la valiosa exposición que se deriva de la visita a las instalaciones, además de la oportunidad de apreciar sus características y capacidades subyacentes. En la mayoría de los casos, el entorno operativo se construyó a partir de las declaraciones del personal. El Dr. David Korcal, miembro del equipo y responsable de la garantía de calidad del Laboratorio de diagnóstico para la salud de la población y los animales de Michigan (Diagnostic Laboratory for Population and Animal Health in Michigan, Estados Unidos de América), explicó que «la idea del funcionamiento del laboratorio se formó a través de fotos y descripciones que se fueron recopilando con el tiempo. Teníamos que tener cuidado de no sacar conclusiones rápidas sin tener todos los datos». Fue necesario continuar, documentarse y confirmar las declaraciones recibidas, lo que añadió complejidad a la misión. La Dra. Ana Maria Nicola se hizo eco de esta afirmación y agregó que las entrevistas pueden ofrecer una imagen parcial de las actividades, pero no pueden abarcar todo el contexto y el flujo de trabajo de los laboratorios, dos componentes fundamentales a la hora de estudiarlos en detalle.
![](https://www.woah.org/app/uploads/2021/09/liberia-3-3.png)
Un enfoque futuro sometido “a prueba”
Son muchas las lecciones aprendidas de esta primera misión virtual del Proceso PVS. Mediante la aplicación de los principios rectores de la OIE de pericia científica y compromiso encaminados a consolidar la gestión de la salud mundial, los esfuerzos de desarrollo de capacidades en el marco del Proceso PVS demostraron ser exitosos para los beneficiarios. «El personal estaba muy entusiasmado con el compromiso de la misión», afirma la directora del laboratorio, la Dra. Watta Anthony. «Debo admitir que la misión tuvo un impacto significativo en nuestra forma de pensar y nuestra capacidad de gestión».
Es importante destacar que la misión virtual marca un camino hacia el futuro, con un papel predominante de la colaboración y las herramientas digitales. Esta visión impulsada por la tecnología también se inscribe dentro de los objetivos más amplios del 7º Plan Estratégico de la OIE y, en concreto, con el compromiso de sacar un máximo provecho de los datos. «El Proceso PVS digitalizado implementado en Liberia por la misión de la OIE fue bien recibido», comenta el Dr. Joseph Anderson, Delegado de la OIE en Liberia y Director de Ganadería en el Departamento de servicios veterinarios del Ministerio de Agricultura del país. «Personalmente, aprendí muchos detalles útiles de la misión y de los colegas sobre el proceso que hará que nuestro laboratorio sea funcional y sostenible».
Si bien las perspectivas positivas son de buen augurio para el futuro, es posible que un formato 100 % a distancia sólo se adapte parcialmente a un despliegue a gran escala. Evaluar los desafíos y los impactos de las prácticas implementadas como resultado de la COVID-19 ha sido clave para encontrar una fórmula justa en la que la OIE pueda mejorar por igual los resultados para los Miembros, los expertos y los donantes. Al combinar actividades a distancia e interacciones presenciales, las misiones mixtas parecen estar bien posicionadas para satisfacer esta necesidad por su doble naturaleza: por un lado, tienen un mayor potencial para aumentar la eficiencia, garantizar la responsabilidad y reducir los costos y, por el otro, suponen la pronta y eficaz participación de los países.
Dada la probabilidad de que las restricciones de los viajes transfronterizos sigan vigentes en los próximos meses, se adoptará una entrega totalmente virtual para las próximas misiones de laboratorios sostenibles de la OIE. Sin embargo, la experiencia con Liberia se recordará como un nuevo hito en la historia de la OIE: al servir de punto de reflexión para el desarrollo de otras misiones del Proceso PVS, alimentará los éxitos futuros e inspirará formas híbridas para que la Organización responda a los crecientes desafíos y observe la evolución de sus actividades en un mundo cada vez más interconectado.
La erradicación de la peste bovina en el mundo nos transmite un mensaje de optimismo en el marco de la lucha contra las enfermedades infecciosas de origen animal. La reciente pandemia de la COVID-19 demostró claramente la fuerza devastadora de las enfermedades infecciosas emergentes, además de recordarnos la función de protección que desempeñan las vacunas.
Este texto se publicó originalmente en el sitio web de iD4D bajo la licencia internacional de Creative Commons BY NC ND 4.0
Durante siglos, los brotes de peste bovina causaron la muerte de millones de cabezas de ganado, búfalos, yaks y animales silvestres en África, Asia y Europa. Dichos brotes acarrearon una verdadera escasez de alimentos, generando terribles hambrunas, crisis económicas y sociales, además de la interrupción del arado con tracción animal, utilizado en las zonas rurales para el cultivo. Décadas de esfuerzos concertados de gobiernos y organizaciones locales, con el respaldo de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y otros socios, permitieron la erradicación de la peste bovina gracias a la realización de campañas de vacunación masiva del ganado. La victoria mundial sobre esta devastadora enfermedad se declaró en 2011, diez años después del último caso notificado a la OIE.
Hacia una mejor gobernanza de la sanidad animal
Más allá de la importancia de haber erradicado la peste bovina en el mundo, las lecciones aprendidas beneficiarán a las generaciones futuras. La historia de la lucha contra la enfermedad fue uno de los principales motores para la creación de numerosos Servicios Veterinarios nacionales, además de promover la creación de las primeras escuelas de veterinaria. Uno de los principales ejemplos es la inauguración de la primera escuela de veterinaria del mundo en Lyon (Francia), en 1761, lo que impulsó la creación de otras escuelas en toda Europa. Igualmente, en África, la primera escuela veterinaria se fundó en Egipto, en 1827, en el marco de la lucha contra la peste bovina. Más tarde, surgieron las redes nacionales y regionales de laboratorios veterinarios destinados al diagnóstico y el control de calidad de las vacunas para luchar contra la enfermedad. En Asia, el Instituto de Investigación Veterinaria de la India se creó en 1913 con la intención de desarrollar una vacuna contra la peste bovina, mientras que en África, el Centro Panafricano de Vacunas Veterinarias de la Unión Africana (AU-PANVAC) inició sus actividades en el año 1986. A escala mundial, la devastación causada por esta enfermedad impulsó la creación en 1924 de la Oficina Internacional de Epizootias (OIE) que, más tarde, se convirtió en la Organización Mundial de Sanidad Animal. Estas estructuras, instituciones y organizaciones sentaron las bases sólidas de los actuales sistemas de gobernanza de la sanidad animal.
Hasta la fecha, la erradicación de la peste bovina constituye un hito sin precedentes en la historia de la sanidad animal. La única hazaña comparable en el ámbito de la salud pública es la erradicación de la viruela, una enfermedad de origen humano, en los años 1980. Ambas enfermedades tienen un origen vírico y comparten características que las convirtieron en un objetivo de erradicación desde que se dispuso de herramientas de diagnóstico fiables y vacunas seguras y eficaces, además de un apoyo político y financiero. En la actualidad, siguiendo el camino marcado por la peste bovina y la viruela, se trata de lograr la erradicación de otras enfermedades infecciosas, como la rabia transmitida por los perros y la poliomielitis en los seres humanos, además la peste de pequeños rumiantes (PPR) en los animales.
Preparando el camino para la erradicación de otra enfermedad en 2030
En la actualidad, la meta de la comunidad internacional es la erradicación de la peste de pequeños rumiantes (PPR) en 2030. Se trata de una enfermedad que afecta a ovejas y cabras en alrededor de 70 países, en particular en África, Asia y Oriente Medio, donde vive el 80 % de la población de los pequeños rumiantes. Principalmente, se trata de animales a cargo de pequeños productores, que dependen de ellos para alimentarse y obtener otros productos, como lana y piel, así como para generar ingresos. Los pequeños rumiantes representan un seguro ante la pérdida de sus cosechas y los periodos de sequía, además de contribuir a la seguridad alimentaria, la nutrición, los medios de subsistencia, el desarrollo económico nacional y el bienestar general de alrededor de 330 millones de personas. En su mayoría, se trata de mujeres, cuyos ingresos son fundamentales a la hora de alimentar y educar a sus hijos y alcanzar su autonomía y empoderamiento. Por lo tanto, la erradicación de la PPR representa un elemento capital para la protección de los pequeños propietarios, los granjeros y sus medios de subsistencia.
Dado que el virus de la PPR pertenece a la misma familia que el virus responsable de la peste bovina, las numerosas lecciones aprendidas de la erradicación de la peste bovina pueden aplicarse a los esfuerzos de eliminación de la PPR. Además, puesto que las vacunas contra la PPR están disponibles con facilidad y pueden inducir una inmunidad protectora a largo plazo, la vacunación representa una de las herramientas clave de la Estrategia de Control y Erradicación.
La vacunación: la piedra angular del control y la erradicación de las enfermedades infecciosas
Si bien las lecciones aprendidas de la erradicación de la peste bovina y la viruela se difundieron en múltiples ocasiones y en foros, las enfermedades infecciosas cuya erradicación se pretende en la actualidad se enfrentan a una serie de retos: inestabilidad política, falta de financiación a nivel nacional y cuestionamientos en torno a las vacunas. La actual pandemia de la COVID-19 puso a prueba nuestra resiliencia y nos recuerda la eficacia de la vacunación en la salud pública mundial si se aplica con una visión de equidad, salvando millones de vidas cada año y reduciendo drásticamente las muertes causadas por enfermedades prevenibles. En el ámbito de la sanidad animal, la vacunación permitió aumentar el rendimiento de la producción, mejorar el estado sanitario los animales y el rendimiento de las inversiones de los productores. En el caso de la peste bovina, la lucha contra la enfermedad aceleró el desarrollo de una vacuna segura y de bajo costo. Una vez la vacuna disponible, fue posible poner en marcha campañas de vacunación a gran escala en las regiones afectadas.
Aunque ahora nos parece un recuerdo lejano, la peste bovina sigue representando una amenaza potencial debido al riesgo de fuga o de liberación deliberada del virus de los institutos que almacenan material con alto contenido del virus. La OIE y sus socios hacen hincapié en la prevención de una posible reaparición y, si fuera necesario, en la preparación para mitigar las consecuencias. Las reservas de vacunas contra la peste bovina para uso mundial brindan una red de seguridad y constituyen el elemento central del Plan de Acción Mundial contra la Peste Bovina. Como resultado de la experiencia de la erradicación de la peste bovina, es prioritaria la distribución de vacunas fiables para la PPR y su introducción en los bancos de vacunas.
La erradicación de la peste bovina demuestra claramente la importancia de la vacunación y la colaboración multilateral en la protección de la sociedad frente los efectos nocivos de las enfermedades infecciosas. Debemos mantener la vigilancia frente al surgimiento de nuevas amenazas sanitarias y a la reaparición de las enfermedades ya existentes. Aprovechemos las importantes lecciones del pasado para asegurar un futuro saludable para todos.
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