Hoy más que nunca, la población mundial consume proteínas derivadas de los animales acuáticos. En 20221, la producción pesquera y acuícola registró la cifra récord de 223,2 millones de toneladas, debido en gran parte al crecimiento de la acuicultura, especialmente en Asia. Se estima que alrededor de 600 millones de medios de subsistencia dependen de la pesca y la acuicultura, incluidos los trabajadores primarios, sus familias y toda la economía que depende de ellos. La producción de animales acuáticos constituye uno de los principales motores de los medios de sustento y la seguridad alimentaria en el mundo. Se espera que esta tendencia siga en aumento, con un incremento previsto del 14 % para 2030. 

La «revolución de los productos del mar»: evaluar la importancia de la sanidad de los animales acuáticos  

La acuicultura sería en gran medida responsable de este aumento, puesto que se estima que el suministro mundial de alimentos de origen marino pasará de 154 millones de toneladas en 2011 a 186 millones de toneladas en 2030, un aumento basado exclusivamente en la acuicultura. Además, los sistemas de producción de alimentos y su evolución desempeñan un rol esencial en la lucha contra el cambio climático. En 2019, la Comisión EAT- Lancet recomendó un cambio orientado a la implementación de pautas dietéticas basadas en plantas, con una disminución del consumo de carne vacuna, aves de corral, cerdo y huevos, pero, a la vez, un aumento del consumo de mariscos. El sector de los animales acuáticos desempeña una función esencial frente a uno de los retos mundiales más urgentes. 

Para que la acuicultura pueda satisfacer esta demanda sin aumentar el impacto ambiental ni acarrear consecuencias sanitarias, resulta fundamental una mejora continua de toda la cadena de los sistemas de producción. La elaboración de reglamentos y normas internacionales, incluso cuando se trata del bienestar de los animales acuáticos, puede fomentar el crecimiento respetuoso del medio ambiente. En esta etapa, entra en juego la labor de nuestra Organización, la OMSA. 

214 millones de toneladas  

producidas por la pesca y la acuicultura en 2020.

Alrededor de

600 millones

de medios de sustento dependen de la pesca y la acuicultura. Un crecimiento del 14 % de la producción de alimentos de origen acuático está previsto para 2030.

Elaboración de las normas internacionales de sanidad de los animales acuáticos 

El Código Acuático de la OMSA se publicó en 1995 y brindaba un conjunto independiente de normas específicas destinadas a los animales acuáticos, junto con el Manual de las Pruebas de Diagnóstico y de las Vacunas para los Animales Acuáticos, dirigido a los laboratorios. Dichas normas se basan en los últimos conocimientos científicos disponibles y ofrecen enfoques prácticos para la gestión sanitaria de los animales acuáticos. 

En 2006, con el fin de destacar la importancia de la implementación de dichas recomendaciones y de reunir a los actores relevantes del sector acuático, se celebró en Bergen (Noruega) la primera Conferencia Mundial de la OMSA sobre la Sanidad de los Animales Acuáticos. Cinco años más tarde, en el marco de la siguiente conferencia, la Declaración de Panamá hizo hincapié en la necesidad de una cooperación mundial, una mejor notificación de las enfermedades y un fortalecimiento de capacidades, con el fin de impulsar la implementación de las normas. Los esfuerzos mundiales culminaron en 2019, en la 4.ª Conferencia Mundial sobre Sanidad de los Animales Acuáticos en Santiago de Chile, donde la directora nacional de Sernapesca (Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura del Gobierno de Chile) y actual presidenta de la Comisión para Animales Acuáticos de la OMSA, la Dra. Alicia Gallardo Lagno, justificó la importancia de una colaboración regional: «En el pasado, una enfermedad causó la pérdida del 73% de la producción pesquera de Chile. Nuestra autoridad nacional tomó medidas acordes con las normas de la OMSA. Para nosotros, es importante compartir nuestra experiencia en este tipo de situaciones con otros países, especialmente en el continente americano«. En el marco de esta conferencia, Monique Eloit, directora general saliente de la OMSA, se comprometió a desarrollar una estrategia de sanidad de los animales acuáticos. 

Con la mira puesta en una estrategia mundial de sanidad de los animales acuáticos 

Dos años más tarde, en el marco de la 88.ª Sesión General, se lanzó la Estrategia de Sanidad de los Animales Acuáticos (en adelante, la Estrategia). «Es la base de nuestro accionar, en diálogo directo con nuestros socios, con el fin de perseguir nuestra visión de mejorar la sanidad y el bienestar de los animales acuáticos en todo el mundo«, explicó la Dra. Monique Eloit. Además, reflexionó sobre su experiencia como jefa veterinaria en su país, cuando se dio cuenta de que se carecía de los conocimientos técnicos y del personal capacitado para hacer frente a una oleada de la enfermedad de las ostras.  Esta Estrategia se diseñó con la intención de solucionar tales situaciones y cuenta con cuatro objetivos: 

  • Elaboración y actualización de normas científicamente sólidas para gestionar los riesgos, facilitar un comercio seguro y mejorar la sanidad y el bienestar de los animales acuáticos. 
  • Programas de fortalecimiento de capacidades para reforzar los Servicios de Sanidad de los Animales Acuáticos.   
  • Procedimientos, directrices y apoyo coordinado para mejorar la respuesta mundial a las enfermedades emergentes
  • Liderazgo en sanidad y bienestar animal, para desarrollar asociaciones internacionales y comprometer a las redes científicas y políticas. 

Al igual que todos los grandes proyectos de la OMSA, la Estrategia se ha desarrollado en estrecha colaboración con los Miembros y los Servicios de Sanidad de los Animales Acuáticos, con el fin de garantizar que los países dispongan de las herramientas necesarias para actuar, especialmente mediante la elaboración de sus propias directrices nacionales basadas en las normas de la OMSA.  

Mejora de los sistemas de vigilancia con la Estrategia de Sanidad de los Animales Acuáticos 

Uno de los objetivos subrayados en la Estrategia es conseguir una mayor participación de los Miembros facilitando la comprensión de las normas. Esto ya ha demostrado su utilidad: las normas se actualizaron para apoyar mejor la creación de sistemas de vigilancia, que ayudan a obtener información sobre la situación y la aparición de enfermedades de los animales acuáticos. Gracias a esta actualización, los países pudieron comprender e implementar mejor los requisitos necesarios para la autodeclaración de ausencia de enfermedades de los animales acuáticos

Las normas actualizadas también permiten un mejor cumplimiento del Código Acuático de la OMSA, especialmente en lo que respecta a la notificación de enfermedades, la detección precoz y la respuesta rápida, todos elementos esenciales a la hora de mitigar la propagación de las enfermedades en todo el mundo. 


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Decir que «La sanidad animal es nuestra salud. Es la salud de todos.» no sólo es un eslogan, sino que se trata de una realidad científica que ya habían identificado los profesores de medicina hace tiempo, en los siglos XVII y XVIII: la interconexión entre la sanidad animal y la salud humana. Durante mucho tiempo, enfermedades zoonóticas como la rabia o la influenza aviar fueron objeto de preocupación para la salud humana y la estabilidad económica y social en el mundo. 

A finales del siglo XX, la enfermedad de Lyme, el ébola y la enfermedad de la vaca loca, entre otras, representaron problemáticas de gran importancia que desencadenaron una reacción a escala internacional. Tanto el ébola como otras enfermedades zoonóticas pueden transmitirse de los humanos a ciertos animales, como los grandes simios. Esta transmisión inversa demuestra que la conexión entre la sanidad animal y la salud humana funciona en los dos sentidos.  

El término «Una sola salud» llegó a la escena internacional en 2004 en el marco de un simposio organizado por la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre (WCS, por sus siglas en inglés), tras el brote de síndrome respiratorio agudo grave o SRAS de 2002. De forma conjunta, los expertos de todo el mundo redactaron los doce Principios de Manhattan sobre «Un mundo, una sola salud», instando a los líderes mundiales a «reconocer el vínculo esencial entre la salud humana, la de los animales domésticos y de la vida silvestre y la amenaza que representan las enfermedades para las personas, sus suministro de alimentos y economías, y la biodiversidad esencial para mantener los ambientes saludables y los ecosistemas funcionales que todos necesitamos». 

Acortando distancias entre la sanidad animal, la salud humana y la medioambiental

«En los años que siguieron, gobiernos y científicos de todo el mundo reconocieron que la colaboración transdisciplinaria era esencial para prevenir y controlar las zoonosis y que se debía incluir a médicos y veterinarios junto a especialistas en fauna silvestre, ecologistas, antropólogos, economistas y sociólogos, entre otros», recalca la Dra. Monique Eloit, directora general saliente de la OMSA. 

Este concepto se convirtió en una verdadera referencia para las políticas internacionales en octubre de 2008, con motivo del brote mundial de H5N1, cuando seis organizaciones internacionales (el Banco Mundial, la OMS, la FAO, UNICEF, la OMSA y la Coordinación del Sistema de las Naciones Unidas para la Gripe) se reunieron en la Conferencia Ministerial Internacional sobre la Influenza Aviar y Pandémica, en Sharm-el-Sheikh (Egipto). En esta reunión, publicaron un «Marco estratégico para reducir los riesgos de las enfermedades infecciosas en la interfaz entre animales, seres humanos y ecosistemas” (disponible en inglés)”, que llevaba un título significativo: Contribución a “Un mundo, una salud», haciendo referencia directa a los doce principios de Manhattan.

De la rabia a la resistencia a los antimicrobianos

En 2010, la FAO, la OMS y la OSMA publicaron una nota conceptual de  la Alianza Tripartita conocida como la “Declaración de Hanoi”, en la que presentaban su visión común de «un mundo capaz de prevenir, detectar, contener, eliminar y responder a los riesgos para la salud pública y la sanidad animal atribuibles a las zoonosis y a las enfermedades animales con impacto en la seguridad alimentaria mediante una cooperación multisectorial y asociaciones sólidas». En primer lugar, decidieron centrarse en tres temas clave: la resistencia a los antimicrobianos, la influenza aviar y la rabia. 

En 2017, la versión actualizada de la Estrategia Tripartita presentó prioridades ampliadas, que abarcaban el refuerzo de los servicios sanitarios nacionales, la modernización de los sistemas de vigilancia y de alerta temprana, y la promoción de una investigación coordinada. En 2018, un nuevo memorando de entendimiento reforzó la colaboración en materia de resistencia a los antimicrobianos. 

Control de la rabia: un modelo de colaboración “Una sola salud”  

La rabia sigue matando a alrededor de 59.000 personas cada año. Dado que el 99 % de los casos humanos se deben a mordeduras y arañazos de los perros, esta enfermedad se debe tratar en su origen animal, a través de campañas de vacunación canina a gran escala y de sensibilización de la población. Además, se necesita promover la acción del sector de la salud humana, con el fin de garantizar el acceso a la atención médica y al tratamiento posterior a la mordedura, especialmente en las zonas rurales. 

La FAO, la OMS, la OMSA y la Alianza Global para el Control de la Rabia (GARC) trabajan en conjunto para alcanzar un objetivo común: «Cero muertes humanas por rabia transmitida por perros en 2030». La implementación de un enfoque coordinado para la rabia sirve de modelo para muchas otras enfermedades y representa la oportunidad de reforzar los sistemas sanitarios en todo el mundo. 

Ampliar el alcance a los factores medioambientales

Si bien el concepto «Una sola salud» se originó en el sector de la sanidad animal, progresivamente ha adquirido un enfoque de políticas del sector de la salud pública y del medio ambiente. «El contexto cambió a raíz de la pandemia de COVID-19, en el Foro de París sobre la Paz, a finales de 2020, donde los líderes mundiales solicitaron la plena integración del sector medioambiental en “Una sola salud”, indicando específicamente que el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) se uniera a la  Alianza Tripartita», recuerda Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA, en abril de 2024.

«Inmediatamente, comenzamos a trabajar juntos en torno a las principales iniciativas y, en marzo de 2022, la colaboración se formalizó mediante la creación de la Cuatripartita. De esta manera, nos centramos en la prevención y en ir más allá de las enfermedades zoonóticas y la resistencia a los antimicrobianos, para incluir los factores ambientales de los riesgos sanitarios y la salud del medio ambiente y los ecosistemas.» 

Si bien, poco a poco, el mundo estaba saliendo de lo peor de la pandemia de COVID-19, aún se enfrentaba a la viruela del mono, a brotes de ébola y a continuos retos relacionados con la seguridad alimentaria, la resistencia a los antimicrobianos, la degradación de los ecosistemas y el cambio climático. Más que nunca, el concepto “Una sola salud” aparecía como el principal enfoque a la hora de abordar estos desafíos urgentes y complejos. La Cuatripartita presentó un plan de acción conjunto con seis vías de acción que incluían el medio ambiente, el fortalecimiento de los sistemas sanitarios, el control de las epidemias y pandemias zoonóticas, la seguridad alimentaria y el freno a la resistencia a los antimicrobianos.

La OMSA, líder de la colaboración intersectorial 

«De cara al futuro, el objetivo es implementar con eficacia las actividades en torno al enfoque ‘Una sola salud’ y fomentar resultados positivos a nivel nacional«, afirmó el director general de la OMS, el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, cuando se le pidió que recordara la colaboración Cuatripartita en torno a “Una sola salud” a lo largo de los años. «Un ejemplo es nuestra labor […] con la Secretaría del G20 en Brasil orientada a introducir nuevas perspectivas al enfoque “Una sola salud” en los foros sobre políticas, centrándonos en la importancia de la gobernanza y el intercambio de conocimientos»

«De cara al futuro, el objetivo es implementar con eficacia las actividades en torno al enfoque ‘Una sola salud’ y fomentar resultados positivos a nivel nacional«, afirmó el director general de la OMS, el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, cuando se le pidió que recordara la colaboración Cuatripartita en torno a “Una sola salud” a lo largo de los años. «Un ejemplo es nuestra labor […] con la Secretaría del G20 en Brasil orientada a introducir nuevas perspectivas al enfoque “Una sola salud” en los foros sobre políticas, centrándonos en la importancia de la gobernanza y el intercambio de conocimientos»

En el marco de la celebración de su centenario, la OMSA reitera su firme compromiso con la sanidad animal que, ahora más que nunca, es “nuestra salud”. 


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Los orígenes de la OMSA se remontan a 1921, cuando un rebaño de cebúes procedentes de la India y con destino a Brasil transitaron por el puerto belga de Amberes, donde fueron puestos en cuarentena junto con ganado procedente de Estados Unidos, antes de ser enviados por ferrocarril a varios mataderos europeos. Los cebúes estaban infectados por el virus de la peste bovina, una enfermedad mortal que se propagó rápidamente por toda Europa, a través del resto del ganado importado. La enfermedad era conocida en esta región y en otras, donde ya había matado a millones de animales en el pasado, sembrando la devastación en los establecimientos productivos.

Esta situación se mitigó gracias a la rápida intervención de los Servicios Veterinarios nacionales y, a su vez, confirmó la necesidad de una cooperación internacional en los procedimientos de prevención de enfermedades. En la Conferencia Internacional de París de 1921, 43 países y territorios decidieron crear la Oficina Internacional de Epizootias. Finalmente, el 25 de enero de 1924, nace la OIE [antiguo acrónimo de la OMSA]. 

1968: primer Código destinado a reglamentar el comercio de los animales y sus productos derivados

En 1960, la Organización puso en marcha la Operación Internacional de Cuarentena Veterinaria, con el fin de armonizar de forma progresiva los intercambios internacionales de animales y mercancías de origen animal. En 1968, tras años de grandes esfuerzos focalizados en facilitar un proceso normativo, incluidas numerosas conferencias mundiales, se publicó el “Código Zoosanitario Internacional” que constituyó la base reglamentaria para un comercio internacional seguro de animales terrestres y acuáticos y de mercancías de origen animal

Un enfoque democrático basado en la ciencia

En la actualidad, este primer Código ha evolucionado y ahora constituye un sistema desarrollado y organizado en cuatro series de publicaciones que proporcionan normas internacionales para vigilar, detectar y controlar más de 120 enfermedades animales, mejorar el bienestar animal, la salud pública veterinaria y, por último, para reforzar los Servicios Veterinarios en todo el mundo.

  • El Código Terrestre, publicado por primera vez en 1968 con el nombre de “Código Zoosanitario Internacional”, establece las normas para la prevención, la detección precoz, la notificación y el control de los agentes patógenos en los animales terrestres. 
  • El Código Acuático, introducido en 1995 con el fin de ampliar a anfibios, crustáceos, peces y moluscos la implementación de las normas en materia de prevención, detección precoz, notificación y control de enfermedades. 

El desarrollo de las normas de la OMSA se basa en el trabajo dedicado y exhaustivo de comités y grupos especializados, en base al rigor científico y el consenso entre los Miembros, respetando procedimientos de adopción transparentes y democráticos.

Carlos Henrique Baqueta Fávaro, Ministro de Agricultura y Ganadería de Brasil.

De hecho, con la voluntad de mantener su pertinencia y asimilar los últimos avances científicos y tecnológicos, además de las reacciones y comentarios sobre su implementación, los Códigos y Manuales de la OMSA se actualizan periódicamente a través de un proceso consultivo y basado en la ciencia. Las revisiones propuestas para abordar las necesidades de los países son elaboradas por expertos, debatidas con los Miembros y los principales sectores relevantes y, por último, adoptadas cada año por la Asamblea Mundial de Delegados, en la que cada Miembro cuenta con un voto. 

Una referencia para la Organización Mundial del Comercio  

Cuando los Miembros votan a favor de la adopción de una norma en la Sesión General anual de la OMSA, se comprometen a trasladarla a su legislación nacional. En 1995, la Organización Mundial del Comercio (OMC) adoptó el Acuerdo de la OMC sobre la Aplicación de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (MSF), que insta a sus Miembros a inspirarse de las normas de la OMSA a la hora de implementar medidas sanitarias relativas a la sanidad animal y las zoonosis. 

Las normas de la OMSA, ampliamente reconocidas y adoptadas por los Miembros de la OMC, brindan una base sólida que permite armonizar las normativas y garantizar la seguridad del comercio internacional de los productos de origen animal. Al garantizar el cumplimiento de las normas de la OMSA, las naciones tienen la capacidad de enfrentar con eficacia los desafíos comerciales, armonizar las reglamentaciones y promover flujos comerciales más fluidos, manteniendo a la vez altos niveles de sanidad y seguridad animal.

Jean-Marie Paugam, director general adjunto de la OMC.

El ministro de Agricultura y Ganadería de Brasil, Carlos Henrique Baqueta Fávaro, destacó que «las normas de la OMSA, reconocidas por la OMC como la referencia en materia de sanidad animal y zoonosis, aportan seguridad, imparcialidad y equidad al comercio internacional de animales y sus productos derivados, evitando así barreras comerciales innecesarias». 

Actualmente, la OMSA constituye la organización de referencia de la OMC, lo que refleja la importancia de las medidas sanitarias a la hora de facilitar un comercio internacional seguro de animales y sus productos derivados. Esta colaboración entre organizaciones internacionales y sus Miembros supera el ámbito comercial. Por ejemplo, «como socia fundadora del Fondo para la Aplicación de Normas y el Fomento del Comercio (STDF), junto con la FAO, la OMS, el Banco Mundial y la OMC, la OMSA brinda a las naciones en desarrollo las herramientas necesarias para cumplir con las normas y los requisitos sanitarios y fitosanitarios internacionales. Ejemplos concretos son las iniciativas en Vietnam, Laos, Camboya y Filipinas para controlar la propagación de la peste porcina africana, los proyectos en Mongolia para mejorar los sistemas de identificación animal y, en Etiopía, la implementación de mejoras para favorecer el cumplimiento de las normas sanitarias y fitosanitarias en la exportación de carne», añadió Jean-Marie Paugam.  

Standards Animal Health_A male animal health inspector checking for signs of animal diseases in a slaughterhouse
En un matadero, un inspector, que aplica las debidas medidas sanitarias, verifica las canales en busca de signos de enfermedad. Es fundamental respetar las normas y recomendaciones de la OMSA en materia de sacrificio y comercio para prevenir la propagación de enfermedades y garantizar la inocuidad alimentaria. © OMSA/Amir Hossein Fadaee

Un Observatorio para monitorear la implementación de las normas 

La OMSA reconoce que, si bien es importante desarrollar y publicar normas internacionales, estas recomendaciones deben implementarse con eficacia en cada frontera internacional, puerto, granja y en cualquier lugar del mundo donde se presten servicios veterinarios. En algunos países, esta implementación puede verse afectada por una gran diversidad de factores, como la falta de recursos financieros y humanos, o de infraestructura. 

El Observatorio de la OMSA fue creado con el fin de conocer la situación de los Miembros con respecto a la implementación de las normas, para recopilar datos y hechos, y transmitir los análisis correspondientes. «Las normas de la OMSA constituyen la referencia internacional en los ámbitos de la sanidad y el bienestar animal y las zoonosis. No obstante, como sucede con muchos instrumentos internacionales, siguen faltando datos sobre su verdadera implementación. El Observatorio es un proyecto ambicioso, sin precedentes entre las organizaciones internacionales, destinado a aportar más transparencia al uso de las normas de la OMSA», afirmó Marianna Karttunen, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que proporcionó apoyo y recomendaciones en el marco del desarrollo del Observatorio. 

En 2022, al cabo de una fase de pruebas, el Observatorio de la OMSA publicó sus primeros resultados. Se calcula que el programa alcanzará su mayor rendimiento en 2025. Los datos, provenientes de los Miembros y de fuentes externas, se analizan con el fin de identificar las brechas en la implementación y brindar recomendaciones a los Miembros, al tiempo que se orientan las actividades de fortalecimiento de capacidades de la OMSA y el proceso de establecimiento de normas. 

«Otras organizaciones internacionales se inspirarán de la experiencia de la creación del Observatorio de la OMSA. Por lo tanto, la participación activa de la OMSA en la Asociación de Organizaciones Internacionales para la Elaboración Eficaz de Normas Internacionales es oportuna y bienvenida«, añadió Marianna Karttunen. 

El Observatorio ocupa un espacio central en la actual transformación digital de la OMSA, de conformidad con los principios de rigor, cooperación internacional y transparencia que hacen que las normas internacionales conserven toda su vigencia. 


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La importancia económica, social y cultural de los animales para las sociedades humanas es tan antigua como el tiempo. Los animales son fundamentales para la seguridad alimentaria, la salud humana, los medios de sustento, la sostenibilidad e incluso para brindar acompañamiento emocional. Por ejemplo, «se calcula que 200 millones de animales de trabajo respaldan los medios de sustento de más de mil millones de personas en todo el mundo», señala Roly Owers, presidente de la Coalición Internacional para el Bienestar Animal (ICFAW), que colabora con la OMSA en el marco de la mejora del bienestar animal en el mundo. 

El destacado papel que desempeñan los animales en nuestras vidas «implica la responsabilidad ética de garantizar su bienestar en la mayor medida posible», añade la Dra. Carol Sheridan, secretaria adjunta de la Subdivisión de Bienestar Animal del Departamento de Agricultura, Pesca y Silvicultura de Australia. Sin embargo, una ONG como World Horse Welfare, miembro de la coalición ICFAW, no deja de subrayar «la falta de reconocimiento de la importancia de la sanidad y el bienestar de los animales a nivel político»

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Cuidar del bienestar animal a través de una nutrición y condiciones de crianza adecuadas constituye la piedra angular de la producción animal sostenible, con un impacto directo en la sanidad y la productividad animal. Photo: © OMSA/Ginger Wood

Impulsar el bienestar animal

En la actualidad, la misión de la OMSA consiste en «mejorar la sanidad y el bienestar de los animales en todo el mundo». Este segundo aspecto, estrechamente relacionado con el primero, pasó a formar parte del mandato de la Organización con la adopción de una resolución en 2002. Los Miembros reconocieron el vínculo esencial entre la sanidad y el bienestar animal, y solicitaron a la OMSA [OIE en ese entonces] que desarrollara una visión y una estrategia detalladas que incorporaran todas las facetas de esta temática compleja. 

Más de veinte años después, se han logrado importantes avances. En la primera Conferencia Mundial sobre Bienestar Animal, organizada en París (Francia) en 2004, los Delegados nacionales adoptaron las primeras normas relativas al transporte y el sacrificio de los animales, trabajando en estrecha colaboración con organizaciones internacionales, el sector privado y la sociedad civil. En 2004, dichas normas se publicaron en el Código Terrestre y, en 2008, en el Código Acuático. El bienestar animal se definió oficialmente como «el estado físico y mental de un animal en relación con las condiciones en las que vive y muere».

Las “cinco libertades”

Enunciadas en 1965, las «cinco libertades» describen las expectativas de la sociedad en cuanto a las condiciones a las que están sometidos los animales cuando están bajo el control de las personas, es decir:  

  1. Libres de hambre, sed y desnutrición  
  2. Libres de temor y angustia 
  3. Libres de molestias físicas y térmicas  
  4. Libres de dolor, de lesión y de enfermedad  
  5. Libres de manifestar un comportamiento natural

Desarrollar normas basadas en la ciencia y las evidencias

Organizaciones de productores como el Consejo Avícola Internacional aportaron su perspectiva profesional en la elaboración de las normas de la OMSA. «Nuestro aporte desde la realidad en el terreno es fundamental para garantizar que el trabajo de la OMSA se base en el conocimiento y la ciencia a nivel de los establecimientos», afirmó Ricardo Santin, presidente del Consejo. «Las normas internacionales necesitan trasladarse al ámbito nacional y, en última instancia, a las explotaciones. Se trata de un proceso que requiere herramientas de comunicación y formación adecuadas para que el sector privado pueda actuar en base a las orientaciones gubernamentales.»  

Según lo expresa la Dra. Carol Sheridan, «el desarrollo de las normas de la OMSA generó una comprensión común del bienestar animal y del trato ético de los animales», lo que contribuye a la mejora del bienestar animal a todos los niveles. Al desarrollar normas internacionales basadas en la ciencia, proporcionamos a los Miembros orientaciones que les permitan desarrollar sus propias normativas.  

«Las normas de la OMSA representaron un elemento clave en el marco del desarrollo de las normas australianas destinadas a la exportación de ganado y el sistema de garantía de la cadena de suministro del exportador», añade la Dra. Carol Sheridan.

La elaboración de estas normas también destaca la importancia del bienestar animal como sostén de las sociedades humanas:

La mera existencia de las normas de la OMSA para el bienestar de los équidos de trabajo ha aumentado la sensibilización en torno al valor y las funciones de los animales de trabajo, a menudo invisibles.

Roly Owers, presidente de la Coalición Internacional para el Bienestar Animal (ICFAW)
welfare_two  juvenile llama interacts with its elder in a stable
Una llama joven y una adulta interactúan en un establo. La interacción conductual es uno de los cinco dominios utilizados para evaluar el bienestar animal, junto con la nutrición, la sanidad, el estado mental y el ambiente en el que viven. Photo: © EC-OMSA

Una estrategia que reconozca la contribución del bienestar animal al desarrollo sostenible

La cuarta Conferencia sobre Bienestar Animal celebrada en Guadalajara, México, en 2016, preparó el camino para la adopción de la Estrategia Mundial de Bienestar Animal de la OMSA. En esta hoja de ruta, la OMSA [fundada como OIE] enumera las distintas funciones de los animales y reconoce «todos estos fines como legítimos, al tiempo que conllevan una responsabilidad ética asociada para garantizar que cualquier uso de este tipo sea humanitario, tal como se define a través de las normas internacionales de la OIE para el bienestar animal, en reconocimiento de la sensibilidad de los animales.» 

Lejos de constituir una ética abstracta, el bienestar animal se enfoca como un activo clave para el desarrollo sostenible. La Estrategia Mundial de Bienestar Animal de la OMSA reconoce que, en los sistemas de producción animal, el bienestar puede mejorar la sanidad, la productividad, la calidad, la seguridad alimentaria y el rendimiento económico de los animales y, por tanto, contribuir a la seguridad alimentaria y a la prosperidad económica. «Con el fin de maximizar la contribución del sector avícola a la seguridad alimentaria, es fundamental mantener aves sanas y productivas, y el bienestar animal es clave para un ave sana», confirma Ricardo Santin.  

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La estrategia esboza un plan para el desarrollo continuo de normas de bienestar animal, actividades de fortalecimiento de capacidades, así como comunicación y acciones para promover la implementación de las recomendaciones. Photo: © OMSA/Miguel Vilatorro

Colaborar para llevar el bienestar animal a los establecimientos productivos  

Los Foros Mundiales sobre Bienestar Animal de la OMSA, como parte de las principales actividades de la estrategia, tomaron el relevo de las conferencias anteriores para fomentar el diálogo sobre los temas más urgentes y asegurarse de la participación de todos los sectores relevantes. El último foro mundial, celebrado en noviembre de 2023 en París (Francia), fue una oportunidad para compartir experiencias y buenas prácticas sobre la legislación nacional en materia de animales. 

Las ONG coinciden con los productores y los gobiernos en este aspecto: la implementación es clave. «Queda mucho por hacer para implementar correctamente las normas de la OMSA en los países y mejorar el bienestar de los animales en todo el mundo», señala Roly Owers, subrayando la importancia de la colaboración de todos los responsables, siguiendo la Visión de la OMSA sobre el Bienestar Animal, publicada en 2024. 

La colaboración será esencial para contrarrestar el «creciente impacto del cambio climático en la industria ganadera» que afectará sin duda al bienestar animal, señala la Dra. Carol Sheridan. «A través de organizaciones como la OMSA, podemos abordar estos problemas como una comunidad global», añade. Ahora más que nunca, la OMSA reclama un cambio de paradigma en la forma en que las personas interactuamos con los animales – en su beneficio y el nuestro


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Monique Eloit at the WOAH headquarters
Monique Éloit, ex. Directora General

Editorial de la Dra. Monique Éloit, ex. Directora General de la OMSA

En 1924 se fundó la Organización Mundial de Sanidad Animal, debido a la amenaza que representaba la propagación de las enfermedades animales a través del comercio. Un siglo más tarde, hemos logrado una evolución significativa de la agenda mundial de la sanidad animal, siempre acompañando al personal veterinario de todo el mundo. 

En la actualidad, la OMSA constituye un organismo destacado e influyente en las reuniones y los foros de alto nivel junto a sus homólogos de los sectores de la salud humana, la alimentación y la agricultura, así como del medio ambiente. De cara al futuro, seguiremos centrándonos en tres objetivos clave: reconocer la labor fundamental de los Servicios Veterinarios, promover prácticas sostenibles, y defender la sanidad y el bienestar de los animales para alcanzar un mundo más seguro. 

100 años cuidando la relación entre los animales y los seres humanos

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Un médico especializado en gorilas del Proyecto Veterinario de Gorilas de Montaña libera a la cría huérfana «Djingala» de la caja donde fue retenida por cazadores furtivos. Preservar la fauna silvestre en peligro de extinción es vital para todos. Photo: © EC-OMSA

Es esencial comprender la importancia de la sanidad animal para las personas, puesto que nuestras sociedades están profundamente vinculadas con la existencia de los animales. Nos corresponde asumir nuestras responsabilidades a la hora de garantizar su sanidad y bienestar; no sólo se trata de una opción, sino de una obligación fundamental. Siempre ha existido un vínculo entre las personas y los animales, creado a partir de una relación histórica entre trabajo y sustento.

Hoy en día, los animales forman parte integrante de la vida de los seres humanos de numerosas maneras, desde la cría de animales domésticos hasta el mantenimiento del equilibrio de los ecosistemas para proteger la fauna silvestre. Existen 2 600 millones de personas que dependen de la ganadería, la pesca a pequeña escala y la acuicultura para sus medios de sustento e ingresos. Además, recientemente, se reconoció el impacto positivo de los animales de compañía en nuestro bienestar emocional y físico. Nuestra relación con los animales es cada vez más amplia y diversa. 

En su calidad de organismo internacional, la OMSA evoluciona de forma significativa y abarca numerosas facetas de la relación entre los seres humanos y los animales, ampliando su enfoque inicial relacionado con el comercio. Junto con nuestros socios, la Organización aborda los retos mundiales actuales, como el aumento de la resistencia a los antimicrobianos, las consecuencias del cambio climático y la protección de la sanidad de  los animales silvestres.   

100 años beneficiando a las comunidades 

bien-être animaux - A veterinarian assists a cow birthing her calf
Un veterinario ayuda a una vaca a parir a su ternero. Los veterinarios y los paraprofesionales de veterinaria desempeñan un papel esencial en ayudar a que los establecimientos productivos funcionen sin problemas. Photo: © EC-OMSA

Cada vez que se toman medidas orientadas a la preservación de la sanidad animal, las comunidades observan innumerables efectos positivos en dominó. En un contexto en el que el 60 % de las enfermedades infecciosas que afectan a las personas son de origen animal, es fundamental preservar la sanidad animal si queremos proteger la salud humana. Es esencial mantener sanos a los animales para garantizar el acceso a suministros alimentarios seguros, como pescado, carne, leche y huevos, lo que a su vez disminuye la pobreza y el hambre. Dado que las mujeres representan entre el 50 y el 70 % de la mano de obra del sector ganadero y de la acuicultura, una mejor sanidad animal contribuye a la igualdad de género al proporcionarles ingresos fiables y mejores condiciones de trabajo. 

Mejorar el bienestar animal mejora la sanidad de los animales. Con el correr de los años, la OMSA intensificó sus esfuerzos para reforzar el bienestar animal. Al proporcionar a los países directrices detalladas, animamos a los productores a adoptar prácticas más seguras y responsables. Apoyamos una transición mundial hacia métodos de cría más respetuosos con el medio ambiente, en consonancia con múltiples Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Un mayor bienestar animal implica animales más sanos, lo que se traduce en una mayor productividad. Además, ayuda a reducir los gases de efecto invernadero y la contaminación relacionada con la agricultura. La agricultura contribuye en un 10-12 % a las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y la producción de carne, aves de corral y productos lácteos es responsable del 75 % de este porcentaje. Reconocer el importante papel que desempeña la ganadería en la emisión de gases de efecto invernadero y trabajar para reducirlos mediante métodos sostenibles es vital para enfrentar el cambio climático, uno de los retos más importantes de la humanidad.

100 años defendiendo la sanidad y el bienestar de los animales en los debates mundiales

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Un veterinario visita un pueblo para ofrecer sus servicios. La OMSA promueve un mayor reconocimiento del valor del personal veterinario en las discusiones globales. Photo: © EC-OMSA

Cuando se creó la OMSA hace ya 100 años, su objetivo era ayudar a mitigar la propagación de enfermedades a través de las fronteras, en particular debido al comercio. Un brote de peste bovina en Bélgica desató la preocupación internacional, lo que llevó a la creación de un sistema de información y notificación de enfermedades animales. 

A escala mundial, la Organización Mundial del Comercio (OMC) reconoció desde el principio a la OMSA como la principal organización normativa en materia de sanidad animal y zoonosis. A partir de ese momento, progresivamente, hemos ganado influencia y nos hemos transformamos en la voz defensora del personal veterinario frente a los principales retos mundiales. A través del enfoque «Una sola salud» y de nuestra colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en el marco de la Cuatripartita, la OMSA ha representado sistemáticamente la perspectiva de la sanidad animal en la escena internacional. En el G20, la Asamblea General de las Naciones Unidas, el Foro de la Paz de París o el G7, demostramos nuestro compromiso y voluntad de desempeñar una función en la resolución de las problemáticas polifacéticas de nuestro tiempo. 

Mañana: responder juntos a los retos mundiales 

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Niños escolares junto a un burro en la niebla. Los animales son a menudo las víctimas silenciosas de los desafíos globales que afectan a los humanos, desde eventos climáticos extremos hasta crisis económicas. Photo: © EC-OMSA

De cara al futuro, seguiremos evolucionando, al igual que durante el último siglo, manteniéndonos en sintonía con las necesidades cambiantes de nuestros Miembros y sociedades y aportando las respuestas más adecuadas. Ya en 1924, las naciones reconocieron la importancia de unirse en torno a una misión común: frenar la propagación de enfermedades como la peste bovina. Un siglo después, en 2024, el mismo nivel de colaboración y solidaridad es esencial para hacer frente a los retos actuales. Estos retos exigen un enfoque colectivo y multisectorial, ya sea para responder a fenómenos meteorológicos extremos, hacer frente a la amenaza de la resistencia a los antimicrobianos o preparar una respuesta frente a las pandemias. En la medida que la OMSA se embarca en su segundo siglo de existencia, continuaremos enfocados en los esfuerzos globales por “Una sola salud”, en base a nuestro compromiso con la sanidad y el bienestar animal para crear un futuro más sostenible. 

Porque la sanidad animal es nuestra salud.
Es la salud de todos.  

Dra. Monique Eloit
ex. Directora General de la OMSA


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¿Y si se utiliza la inteligencia artificial como respuesta a la escasez mundial de personal veterinario? ¿A qué retos se enfrentarían los sectores de la acuicultura y la pesca con el rápido aumento de la temperatura del agua? Cumplir 100 años representa una oportunidad perfecta para tomar distancia y reflexionar sobre el futuro.

Entre septiembre de 2023 y enero de 2024, la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) dirigió un proyecto de análisis prospectivo que reunió a más de 70 actores relevantes del ámbito de la sanidad y el bienestar animal. Su objetivo: aplicar el método prospectivo para imaginar futuros posibles y reunir ideas que inspiren decisiones acertadas y estrategias fundamentadas.  

¿Por qué la OMSA recurre al método prospectivo? 

El interés por esta metodología crece a medida que más personas y organizaciones reconocen que aceptar la incertidumbre y analizar múltiples futuros es crucial a la hora de afrontar los retos del siglo XXI. En este contexto, los Miembros solicitaron a la OMSA el desarrollo de iniciativas de análisis prospectivo a escala regional y mundial en 2019, con la intención de  navegar, planificar y adaptarse a futuros inciertos. 

A modo de respuesta, la OMSA comenzó a recurrir a métodos prospectivos encaminados a sensibilizar sobre los cambios, las oportunidades o perturbaciones predominantes o emergentes, dentro y fuera del sector de la sanidad y el bienestar animal. Dichos métodos incluyen el análisis del impacto de tendencias y cuestiones emergentes, como el cambio climático, a través de escenarios que puedan orientar la toma de decisiones y las políticas, ayudando a poner a prueba las estrategias existentes y a desarrollar otras nuevas. El análisis prospectivo fomenta nuestra capacidad de aceptar la incertidumbre, en lugar de intentar eliminarla. La Organización y sus Miembros se preparan desde ya a mirar el presente a través de una lente diferente.

De la ecorrevolución a la exploración del espacio: cinco escenarios de sanidad animal 

En el marco del centenario de la OMSA, se organizó un proyecto de prospectiva participativa a través de una serie de talleres en los que participaron jóvenes de la Asociación Internacional de Estudiantes de Veterinaria (IVSA, por sus siglas en inglés), junto a profesionales experimentados de la sanidad y el bienestar animal. Con la mirada puesta en la construcción de posibles escenarios de futuro, se exploraron las tendencias actuales y emergentes y los motores del cambio, como el auge de la IA, las amenazas biológicas, los progresos médicos o el cambio climático.  

Se elaboraron cinco escenarios: «Eco-revolución en ascenso» que explora los impactos en el sistema alimentario del cambio climático y la proliferación de la biotecnología; «Confiamos en la OMSA» que se interesa por el impacto de la desinformación y la erosión de la confianza pública en el contexto de una crisis del sistema alimentario; «Juegos del hambre» que describe el colapso de un sistema alimentario a raíz de tensiones políticas y económicas, en un contexto en el que la inteligencia artificial se convierte en un elemento central para los retos de la sanidad y el bienestar de los animales.

Además, «sanidad animal desde el fondo de los océanos hasta las estrellas» explora los progresos tecnológicos en la producción animal que se entrecruzan con la creciente industria espacial, dando lugar a las primeras granjas satelitales; «Agricultura para la resiliencia» detalla los efectos de la pluralidad de crisis en la agricultura, la diversidad de prácticas agrícolas desde las cooperativas a pequeña escala hasta la agricultura dirigida por robots, así como la liberación de superbacterias enfocándose en el lado oscuro de la ciencia. 

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Escenario uno: Eco-revolución en ascenso
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Escenario dos: Confiamos en la OMSA
Foresight_The futures of animal health_Scenario Three Hangry games
Escenario tres: Juegos del hambre
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Escenario cuatro: Sanidad animal desde el fondo de los océanos hasta las estrellas
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Escenario cinco: Agricultura para la resiliencia

Durante la última serie de talleres, los participantes desarrollaron estrategias innovadoras dirigidas a abordar los retos descritos en los escenarios. Cada participante contribuyó con sus prioridades y descubrió otras en el proceso. Se consideraron soluciones de forma colectiva, que van desde una mayor exposición de los niños pequeños a la ciencia y la experimentación, hasta la formación en tecnologías innovadoras para todos los veterinarios, pasando por una intensificación del enfoque «Una sola salud» en el mundo. 

Una visión a largo plazo y una  acción permanente  

En los próximos años, ¿cuáles serán los principales desafíos en términos de sanidad y bienestar animal?  

Los participantes en el proyecto compartieron sus puntos de vista. Por ejemplo, en nombre de IVSA, Anandu Rajaji, estudiante de India, se interesó por  «la creciente popularidad de los sustitutos de la carne y la leche que requieren una investigación exhaustiva» y «la respuesta urgente que exige el aumento de la resistencia a los antimicrobianos». A su vez, Anna Wilson, proveniente de India y encargada del área de bienestar animal de IVSA, indicó que «la deforestación y la contaminación son las causas profundas de muchas enfermedades emergentes, los cambios en los patrones climáticos, los conflictos entre humanos y animales, y de otros problemas medioambientales.» «La enormidad de nuestros retos es cada vez más evidente», añadió.

Aunque el proyecto de análisis prospectivo enfrentó a cada participante con la realidad de los desafíos que se avecinan, también fomentó el diálogo y la reflexión colectiva.

En la actualidad, el futuro implica retos apasionantes, llenos de oportunidades en búsqueda de un cambio positivo.



Marta Masserdoti, de Italia. 
Presidenta del área “Una sola salud” en IVSA.

Una comunidad comprometida con la sanidad y el bienestar de los animales

Ahora más que nunca, parece más clara la importancia del sector de la sanidad y el bienestar animal y la responsabilidad de los sectores relevantes a la hora de abordar los retos presentes y futuros. «Cada vez se hace más patente la interconexión entre la sanidad animal y los grandes problemas a los que se enfrenta el mundo en la actualidad. Es precisamente su magnitud la que debe infundirnos una esperanza inquebrantable de que el mundo, especialmente la juventud, se unirá para abordarlos», afirma Mehdi Amrani Souhli, miembro de IVSA de Marruecos. 

Frente a los numerosos resultados posibles de las tendencias actuales, los participantes en el proyecto de prospectiva encontraron consuelo en esta comunidad. A medida que surgían imágenes colectivas de los distintos futuros, el grupo desarrolló perspectivas comunes sobre lo que es posible, y surgió un sentimiento compartido de identidad y posibilidad. 

Mi visión del futuro mejoró cuando me di cuenta de que hay personas con ideas afines que intentan introducir cambios fundamentales en los desafíos sistémicos a los que nos enfrentamos.

Lisa Buren, miembro de IVSA de los Países Bajos.

¿Qué es el análisis prospectivo?   

La técnica prospectiva designa un área de estudio que consiste en identificar las tendencias y cuestiones emergentes en el presente y utilizar esta visión para trazar futuros posibles. Los distintos futuros tienen como objetivo acompañar la toma de decisiones en el presente. Se basa en el uso de habilidades de pensamiento estratégico para tomar decisiones estratégicas. La metodología prospectiva suele implicar una amplia gama de técnicas. 


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Como dice el dicho, «La medicina cura al hombre, la medicina veterinaria cura a la humanidad». La labor de los Servicios Veterinarios va más allá de mejorar la sanidad animal, puesto que posee un gran impacto social, económico, medioambiental y de salud pública.

En 2007, la OMSA lanzó el Proceso PVS con la finalidad de ayudar a los países a mejorar sus Servicios Veterinarios y de Sanidad de los Animales Acuáticos. Este programa, al proporcionar a los países una evaluación independiente y experta de las competencias críticas de sus Servicios Veterinarios, facilita el desarrollo de capacidades más específicas, eficaces y medibles.

Desde la creación del Proceso PVS y hasta marzo de 2024:

Se llevaron a cabo alrededor de

600

actividades PVS en más de 140 países.

El

78%

de los Miembros de la OMSA participaron en al menos una actividad PVS

Proceso PVS: de las evaluaciones en el terreno a un acompañamiento específico

En cada misión de evaluación, los expertos formados por la OMSA se reúnen con los diversos sectores pertinentes nacionales, ya sean ministros o productores. Los expertos realizan visitas in situ de las instalaciones clave, como laboratorios, puestos fronterizos y mataderos. En el informe elaborado al finalizar la visita, se analizan los desafíos y las ventajas de cada país para respaldar el proceso de mejora continua de los Servicios Veterinarios. En base a la evidencia reunida, los expertos presentan recomendaciones para que los países asuman su propia responsabilidad, actúen y prioricen las mejoras de sus sistemas de sanidad animal.

«Las recomendaciones PVS constituyen una herramienta fundamental que permite establecer un diagnóstico formal, con una evaluación objetiva e independiente, avalada por la OMSA, de la calidad de los Servicios Veterinarios», explica Esteban Valenzuela Van Treek, Ministro de Agricultura de Chile, y añade: «Esto permite identificar carencias y deficiencias».

En 2017, en el marco del décimo aniversario de este programa, los sectores relevantes se reunieron en un foro de reflexión sobre el Proceso PVS, con el fin de marcar orientaciones de cara al futuro y crear formas de mantener la pertinencia y el atractivo del programa. Dos años después, se inició el nuevo Proceso PVS, con actividades estructuradas en torno a las cuatro etapas que se siguen utilizando: orientación, evaluación, planificación y apoyo específico.

Para responder a las necesidades particulares y alinearse con los esfuerzos mundiales de control y erradicación de enfermedades dirigidos por la OMSA y sus socios, se crearon enfoques específicos orientados a enfermedades como la peste de pequeños rumiantes, la rabia y la peste porcina africana. Según explica Esteban Valenzuela Van Treek, «la incorporación de la resistencia a los antimicrobianos (RAM) como una de las 45 competencias críticas» en las Evaluaciones PVS constituye otra «mejora fundamental», ya que «tiene en cuenta que la RAM es una de las principales problemáticas del concepto ‘Una sola salud’ a los que tendrá que enfrentarse la humanidad».

Brindar a los países las herramientas y los recursos necesarios

Hasta 2024, se llevaron a cabo alrededor de 600 actividades PVS. En particular, los informes de evaluación incluyen un análisis del desempeño de los Servicios Veterinarios en relación con temáticas destacadas, como los aspectos legales y reglamentarios, así como los recursos humanos, financieros y físicos, con el fin de garantizar la implementación de las normas internacionales de la OMSA. Estas recomendaciones, de gran diversidad y fáciles de implementar, transformaron a los informes PVS en una herramienta de referencia clave para las inversiones estratégicas.

Gilberto Correia Carvalho Silva, Ministro de Agricultura y Medio Ambiente de Cabo Verde, explica «la Evaluación PVS facilita la movilización de los recursos financieros con el fin de adaptar nuestros Servicios Veterinarios nacionales a las normas nacionales, regionales e internacionales».

El Dr. Abhijit Mitra, Comisionado de Ganadería de India, recuerda la Evaluación PVS de los Servicios Veterinarios de su país, realizada en 2018. «Nos ayudó a identificar deficiencias y a tomar algunas iniciativas destinadas a reforzar nuestros Servicios Veterinarios», afirma. «Más tarde, en el marco de la elaboración de un proyecto del Fondo Pandémico para obtener el apoyo del Banco Mundial, nos resultó de gran ayuda a la hora de determinar objetivos, actividades y estrategias. Cuando presentamos nuestro proyecto, nos dimos cuenta hasta qué punto la evaluación nos había aventajado frente a los demás candidatos.»

Evaluaciones PVS: un impulso para las exportaciones agrícolas

Las Evaluaciones PVS no sólo están destinadas a los países en desarrollo. En 2016, el Dr. Okita Masatsugu, director de la División de Sanidad Animal del Ministerio de Agricultura, Silvicultura y Pesca de Japón, participó en la misión de Evaluación PVS para su país. «En realidad, era la primera vez que realizábamos una evaluación exhaustiva de nuestros Servicios Veterinarios. Queríamos detectar las debilidades de nuestros Sistemas Veterinarios y, lo que es más importante, mostrar nuestra transparencia y responsabilidad a nuestros socios comerciales. Ahora, gracias a esta iniciativa del Proceso PVS, se observan grandes progresos en la exportación de productos japoneses, como la carne de ganado wagyu.»

En el plano internacional, las recomendaciones PVS brindan información muy valiosa a los organismos de desarrollo, como el Banco Mundial, en el marco de la adaptación de sus préstamos y de los programas de asistencia técnica. Dichas recomendaciones acompañan los procesos de toma de decisiones relativos a la asignación de recursos y el diseño de proyectos, garantizando que las intervenciones se orienten y ajusten a las prioridades nacionales.

Renaud Seligmann, director de Estrategia y Operaciones del Grupo de Prácticas de Desarrollo Sostenible del Banco Mundial.

«Además, los informes PVS facilitan el diálogo y la colaboración entre países, organizaciones internacionales y donantes, fomentando las asociaciones destinadas a abordar los desafíos comunes en materia de sanidad y bienestar animal.»

«Sacar los informes de las estanterías» gracias al nuevo sistema de información del Proceso PVS  

En sus 17 años de existencia, este programa reunió una gran cantidad de datos y perspectivas comparables sobre los Servicios Veterinarios nacionales, a lo largo del tiempo y entre países. En mayo de 2024, la OMSA lanzará un nuevo sistema de información para el Proceso PVS. «La idea es sacar los informes de las estanterías y utilizarlos de forma más inteligente», explicó Barbara Alessandrini, Jefa del Departamento de Fortalecimiento de Capacidades de la OMSA. «Ahora, los países pueden utilizar los datos y las perspectivas de los informes PVS, realizar análisis cualitativos y cuantitativos y disponer de un verdadero marco de evaluación y seguimiento basado en el nivel de alcance de las competencias críticas PVS.»

Algunos Miembros ya comenzaron a utilizar esta nueva plataforma. «Antes teníamos que consultar largos documentos en búsqueda de una información específica. El nuevo sistema de información nos facilitará la vida», afirmó el Dr. Pebi Suseno, Jefe de Veterinaria en Indonesia. «Con unos pocos clics, podemos obtener los datos y las recomendaciones necesarias para cada proyecto».

Barbara Alessandrini considera que el nuevo sistema de información revolucionará la utilización de los datos PVS, conforme a su intención original: «Los Miembros, los socios técnicos y financieros y, en última instancia la OMSA, se fortalecen recibiendo la información que necesitan. Al compartir la misma información, aumenta la transparencia de los Servicios Veterinarios de los Miembros. Con el correr de los años, se ha demostrado que siempre es más eficaz tomar decisiones cuando nos basamos en evidencias.»

Fortalecer capacidades desde la educación inicial hasta la formación continua

La OMSA privilegia el desarrollo profesional de todo el personal veterinario, ya sean veterinarios, paraprofesionales de veterinaria o trabajadores comunitarios dedicados a la sanidad animal. El compromiso de la OMSA es garantizar una sólida formación inicial mediante la elaboración de directrices exhaustivas para las instituciones de educación veterinaria y el fomento de proyectos de hermanamiento, al tiempo que acompañar la formación continua facilitando cursos y proporcionando una plataforma de formación.

Nuestro compromiso va más allá, ya que la OMSA fomenta un entorno propicio que contribuya a un mejor funcionamiento de los Servicios Veterinarios. Esto incluye, entre otras cosas, el desarrollo de una legislación veterinaria adecuada, la puesta en marcha de asociaciones público-privadas eficientes y la creación de redes nacionales de laboratorios sostenibles. 


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Dame Sally Davies es la enviada especial del Reino Unido para la resistencia a los antimicrobianos (RAM). En la actualidad, tras una carrera como hematóloga y jefa médica en Inglaterra, es una destacada defensora de la RAM en el ámbito mundial. 

El profesor Scott Weese es veterinario y catedrático de patobiología en el Ontario Veterinary College, en Canadá, y director del Centro de Salud Pública y Zoonosis. También es coautor de “Worms and Germs”, un blog de divulgación científica sobre la sanidad animal. 

¿Cuándo se reconoció por primera vez la resistencia a los antimicrobianos? 

Dame Sally Davies: Alexander Fleming, el descubridor de la penicilina, ya lo había anunciado en 1945. Siempre hemos sabido que esto podía ocurrir. Los datos registrados en la última década demuestran el aumento constante de la RAM. En 2014, me solicitaron que presidiera el primer Grupo de Asesoramiento Técnico sobre la RAM y, en 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aprobó el primer Plan de Acción Mundial con el respaldo de la OMSA y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). 

Profesor Scott Weese: Los problemas en los animales surgieron de forma similar, pero tardamos más en reconocer la resistencia porque se realizaban menos pruebas e investigaciones en sanidad animal, en comparación con la salud humana. Aun así, en una resolución de 1952, la OMSA ya había señalado el uso inadecuado de antibióticos

“Los profesionales no deben utilizar los antibióticos aplicando un criterio arbitrario, sino que deben seguir las reglas establecidas por la experiencia. El uso de antibióticos contra gérmenes insensibles o específicamente resistentes, la utilización de dosis demasiado bajas o en un periodo muy corto pueden revelar gérmenes resistentes, retrasar la instauración de una terapia eficaz y conducir a fracasos terapéuticos, perjudicando un método que, aplicado juiciosa y correctamente, ha salvado numerosas vidas humanas y animales». 

Resumen de la resolución de la OMSA de 1952 en base a pruebas científicas comunicadas en 1948.

¿Por qué los sectores de la salud humana y la sanidad animal deben trabajar en conjunto para luchar contra la RAM? 

Prof. S.W. No conocemos exactamente el porcentaje de RAM en humanos atribuible a los animales: ¡probablemente entre el 4 % y el 96 %! No obstante, sabemos que necesitamos que todos por igual pongan manos a la obra, ya sean médicos, veterinarios, cuidadores de personas o animales. En el pasado, solía instaurarse un «juego de culpas»: los veterinarios culpaban a los médicos por dar a los niños antibióticos contra las infecciones virales [no olvidemos que esto no funciona] y los médicos culpaban la producción animal por el uso excesivo de antibióticos en el ganado… La verdad es que todos tenemos que trabajar mejor.   

D.S.D. Los cálculos de la OMS demostraron que los antibióticos añaden 20 años de vida a los seres humanos. El abuso de antimicrobianos genera el desarrollo de resistencias. Además, sabemos que los animales, incluidos las personas, a través de la orina y las heces expulsan más del 70 % de los antibióticos que ingieren. Sin un sistema de alcantarillado de alta modernidad, las granjas, los hospitales y las otras instalaciones que los utilizan pueden contaminar el medio ambiente. 

¿Qué puede hacer una organización internacional como la OMSA? 

Prof. S.W. La OMSA siempre ha desempeñado un papel protagónico en temáticas como los promotores de crecimiento. No siempre es muy popular decirle a un productor lo que tienen que hacer, por eso es más fácil si los países logran un respaldo internacional. También existe un componente de promoción y sensibilización orientado a lograr que las naciones aporten planes de acción con una sólida financiación que mejore no sólo el uso de antibióticos, sino también los sistemas sanitarios en su conjunto. 

D.S.D. La OMSA es una organización líder en este ámbito. Destaca la importancia de la RAM y demuestra que no sólo se trata de una problemática de salud humana. 

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La promoción del crecimiento implica la utilización de antimicrobianos en animales sanos con el fin de aumentar la productividad. Si bien la mayoría de los países aplican medidas legislativas y reglamentarias para eliminar esta práctica, se necesita proseguir los esfuerzos, ya que estos medicamentos se siguen utilizando de forma inadecuada como promotores del crecimiento.

¿Cuáles han sido los principales logros de los últimos años? 

D.S.D. En 2016, en la Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas, su secretario general estableció el Grupo de Coordinación Interinstitucional (IACG, por sus siglas en inglés) que incorporó a la OMSA, la OMS y la FAO con la perspectiva de una labor en conjunto. En 2019, se creó el Grupo de Líderes Mundiales, con una secretaría conjunta que incluye a la OMSA, la OMS, la FAO y, recientemente, al Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). La inclusión del PNUMA demuestra que la resistencia ya no es sólo una cuestión de salud humana, o de sanidad animal, sino de una perspectiva única de «Una sola salud».

Si bien la financiación sigue siendo un problema, la mayoría de los países ya están preparados para disponer de un plan de acción nacional contra la RAM. La reciente Plataforma de asociación entre múltiples partes interesadas reúne al sector privado y a la sociedad civil, ya que el uso responsable no es sólo una cuestión de regulación, sino de sensibilización, comprensión y compromiso colectivo por parte de todos. 

En la actualidad, ¿qué se puede hacer contra la resistencia a los antimicrobianos?    

D.S.D. Empecemos por prevenir las infecciones. Lo primero es disponer de agua limpia, utilizar jabón, contar con redes de saneamiento y una buena circulación de aire en los centros sanitarios, en la cría de animales y en los hogares. Necesitamos una mayor utilización de las vacunas: campañas de rutina y nuevas vacunas para la cría de animales. También necesitamos mejorar las pruebas de diagnóstico para que los antibióticos se utilicen sólo cuando sea apropiado, no a raíz de un diagnóstico errático o como promotores de crecimiento. La acción contra la resistencia a los antimicrobianos requiere acompañamiento y formación para los expertos veterinarios y los médicos. 

Prof. S.W. La RAM es una cuestión delicada, porque es el resultado final de nuestros desafíos sanitarios. No existe una cura milagrosa: empecemos por mejorar los establecimientos con una buena ventilación. Necesitamos una mejor educación, la capacitación de las mujeres que, a menudo, son quienes toman las decisiones en materia de salud, además de un acceso equitativo a los tratamientos y las medidas de prevención adecuados. También necesitamos cambiar las mentalidades en el sector de la producción, porque nos encontramos con mucha resistencia al cambio por parte de personas que siempre han hecho las cosas de una determinada manera y no entienden necesariamente por qué no se puede seguir como antes. 

En septiembre de 2024, una Reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas se centrará en la RAM. ¿Cuáles serán las propuestas? 

D.S.D. Nos gustaría finalizar este encuentro de alto nivel con un panel científico independiente, de los países de ingresos bajos y medios, que pudiera establecer objetivos mundiales. El PNUMA podría desempeñar un papel clave a la hora de garantizarlos, gracias a su experiencia con el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). 

Prof. S.W. Debemos centrarnos en acciones que puedan aplicar prescriptores y productores. Reducir el uso de antibióticos por kilogramos no es un objetivo eficaz, porque los resultados varían de un medicamento a otro. Se requiere una mayor financiación para respaldar la investigación y comprender exactamente cuáles son los componentes que generan la resistencia. Por ejemplo, estamos preparando una guía basada en una aplicación para los Servicios Veterinarios de los países de ingresos bajos y medios, con un contenido adaptado a lo que hay disponible en cada país. También propusimos una clasificación de tipo AWaRe para los antibióticos de uso animal. 

D.S.D. Necesitamos normas con el fin de implementar las buenas prácticas que ya sabemos que funcionan, como la innovación en materia de promotores de crecimiento, la desinfección, el diagnóstico, nuevos tratamientos asequibles y las vacunas. En el marco de la Reunión de Alto Nivel de 2024, sugerí centrarnos en el acceso a la medicación porque no podemos preocuparnos por la resistencia cuando la gente no tiene acceso a antibióticos estándar y esenciales, higiene básica o vacunas. 

Prof. S.W. No se manifiesta en las calles por el tema de la resistencia a los antimicrobianos como se hace con el cambio climático: necesitamos motivar a la gente, a los grupos y a las Naciones. En lugar de desviar culpabilidades, necesitamos que todas las organizaciones trabajen juntas. El concepto «Una sola salud», tal y como lo estamos construyendo ahora, es mucho más eficaz. 


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El 13 de marzo de 2024, la OMSA comunicó al mundo que «la influenza aviar de alta patogenicidad (IAAP) [había] alcanzado un nivel sin precedentes«, debido al descubrimiento de skuas polares (págalos) muertas en la Base Antártica Argentina. Se enviaron muestras del animal muerto para su análisis en una base vecina, donde se confirmó que el ave marina había muerto a causa de la IAAP. Por lo tanto, se publicó una notificación inmediata en el Sistema Mundial de Información Zoosanitaria (WAHIS) con recomendaciones para implementar una acción conjunta. 

Dicha información se añadió a la base de datos, se cartografió y se situó en el tiempo con respecto a otros eventos recientes de sanidad animal, proporcionando a los profesionales y a los sectores relevantes una visión global de los casos más actualizados en todo el mundo de peste porcina africana, SARS-CoV-2 o rabia, entre otras enfermedades animales.

Compartir información zoosanitaria: parte central de las misiones de la OMSA

«Sin transparencia y sin la posibilidad de intercambiar datos e información relevante sobre la situación zoosanitaria, no podríamos ni prevenir ni combatir eficazmente las enfermedades animales existentes, por no hablar de las amenazas emergentes», afirma Jacob Jensen, ministro de Alimentación, Agricultura y Pesca de Dinamarca. 

La recopilación y la publicación de los datos forman parte del mandato original de la OMSA desde su creación, en 1924, como respuesta a un brote de peste bovina en Europa. En el momento de su creación, los 28 países fundadores se comprometieron a notificar a la Organización «la sospecha o confirmación de un brote de una enfermedad, una infección/infestación u otro acontecimiento epidemiológico» para que las autoridades veterinarias de todos los Miembros pudieran ser notificadas. Por aquel entonces, las notificaciones se realizaban a través del medio de comunicación más rápido disponible: el telegrama. 

Cien años más tarde, el sistema continúa su evolución y consolida su pertinencia.

La notificación de enfermedades y el intercambio oportuno de información son vitales. El cambio climático y la creciente presión sobre los recursos naturales plantean retos importantes que fomentan la aparición de nuevas enfermedades.

Mahmoud Elies Hamza,
ministro de Agricultura de Túnez
Animal health information_A shepherd and sheep in the mountains_Iran Veterinary Organization.
Un pastor y sus ovejas en las montañas. Con sus 13 representaciones regionales y plataformas digitales en línea, la OMSA se esfuerza por mejorar el acceso a la información sobre la sanidad animal en áreas remotas Photo: © Iran Veterinary Organization

Verificación de los datos y seguimiento de los rumores 

Con el correr de los años, la recopilación y la difusión de los datos evolucionó en función de la tecnología disponible. La primera base de datos digital, llamada “Handistatus”, estuvo disponible en 1996 y, en 2005, se creó el servidor central de WAHIS. Por aquel entonces, la plataforma ya incluía un sistema de alerta temprana que asociaba mensajes de alerta sobre nuevos casos de enfermedades en todo el mundo a un sistema de vigilancia con informes de seguimiento y con temáticas muy variadas, incluidos los Servicios Veterinarios, la producción de vacunas, la población animal y los casos humanos de zoonosis.  

En 2016, WAHIS ya brindaba información espacial y temporal sobre las enfermedades, detalles sobre las pruebas de diagnóstico y los laboratorios que las realizaban, datos cuantitativos sobre los animales infectados y datos cualitativos sobre las medidas de control y el estatus de las enfermedades. «El proceso de verificación de datos es un punto de control esencial para nuestra Organización, que comprende las verificaciones de coherencia con respecto a las observaciones históricas, el contexto regional y mundial, así como la información extraoficial en circulación», declaró la Dra. Montserrat Arroyo, directora general adjunta de Normas Internacionales y Ciencia de la OMSA.

Una información transmitida a tiempo garantiza un comercio seguro 

Al recibir información zoosanitaria proveniente de países y territorios y compartirla a tiempo, la OMSA respalda el comercio seguro entre países.

Frente a la presencia de brotes de peste porcina africana (PPA) en las Américas, México supo aprovechar al máximo la plataforma WAHIS:

Este sistema de vigilancia internacional nos ha permitido mantener actualizado nuestro análisis del riesgo con respecto a la introducción de la PPA, detectar posibles vías de introducción y establecer nuevas barreras para mantener un comercio seguro.

Dr. Juan Gay Gutiérrez, director general de Sanidad Animal y Delegado de la OMSA para México.

Andrew Hoggard, ministro de bioseguridad de Nueva Zelanda, explica que «es fundamental la difusión precisa y transparente de la información sobre la aparición de enfermedades animales para que los países importadores puedan comerciar con confianza con Nueva Zelanda».  

No sólo ayuda a mantener un comercio seguro, sino que los países que notifican su situación en WAHIS con regularidad pueden obtener también nuevas oportunidades comerciales gracias a la transparencia que conlleva un sistema de información funcional: «Nuestro largo historial de notificación en WAHIS es una forma tangible de demostrar que contamos con un sólido sistema nacional de bioseguridad animal y que somos transparentes en nuestra situación sanitaria, lo que genera confianza con nuestros socios comerciales», señala Andrew Hoggard. 

Más de

100

países notificaron brotes de 46 enfermedades animales diferentes en 2023 

Alrededor de

5 000

alertas se difundieron desde el lanzamiento de WAHIS en 2005

Hacer realidad el acceso abierto a la información zoosanitaria 

En 2017, cuando WAHIS ya poseía una gran cantidad de información fiable, llegó el momento de afrontar un nuevo reto: el de facilitar el acceso a los datos por parte de todos los usuarios. En 2021, tras cuatro años de desarrollo y pruebas, se lanzó un sistema renovado. El nuevo sistema es más rápido e intuitivo y ofrece la posibilidad de extraer y descargar datos, así como de visualizar datos temporales y espaciales. La información está disponible para completar las bases de datos de interés de otras organizaciones, nacionales y regionales, lo que permite mejorar la toma de decisiones en todo el mundo. 

Como desde hace 100 años, los datos zoosanitarios recopilados por la OMSA son gratuitos y están a disposición de todo el mundo: organismos gubernamentales, industrias, investigadores, académicos y periodistas, de acuerdo con el principio fundador de la Organización según el cual acceder a información fiable de manera oportuna es crucial para una acción mundial eficaz en materia de sanidad animal y salud pública. 

Recursos para controlar las enfermedades animales prioritarias 

Con el fin de acompañar a los países a enfrentarse a retos de sanidad animal como la rabia, la tuberculosis o la fiebre aftosa, la OMSA no solamente facilita a sus Miembros el acceso a datos verificados. Los conocimientos adquiridos se utilizan para elaborar estrategias específicas, en colaboración con sus principales socios. Estos marcos esbozan recomendaciones prácticas para guiar a los países en la prevención y el control de las enfermedades animales prioritarias. 

Además, la OMSA mejora el acceso a vacunas de alta calidad a través de sus bancos de vacunas creados en los últimos años para la rabia, la peste de pequeños rumiantes y la fiebre aftosa. Hasta abril de 2023, se habían suministrado más de 125 millones de dosis de vacunas para estas enfermedades. 


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