18 millones de toneladas, éste es el peso de los huevos de gallina producidos cada año en todo el mundo. Consumidos en gran medida por su aporte proteico, se producen huevos en cantidades suficientes para satisfacer la demanda de todos los habitantes del planeta y, lo que es muy importante, están disponibles a un precio relativamente bajo en comparación con la carne. Sin embargo, su coste medio ha aumentado últimamente, concretamente en Europa y en Norteamérica, donde se han incrementado los costes de producción y millones de gallinas ponedoras se han visto infectadas por la influenza aviar desde el pasado mes de octubre.
Hay por cada habitante del mundo una gallina ponedora que produce huevos: tenemos suficientes para todos
Ben Dellaert, presidente del grupo de expertos en influenza aviar, Comisión Internacional del Huevo (IEC)
Según la IEC, en comparación con el año pasado, los precios de los huevos se han disparado alrededor de un 22% en Europa y un 44% en Estados Unidos de América. El aumento de los costes en toda la cadena de suministro y la menor disponibilidad actual de piensos y granos han afectado directamente a esta subida de precios. Sin embargo, la influenza aviar, o gripe aviar, ha desempeñado un papel innegable en este fenómeno en esas regiones, según Ben Dellaert, de la Comisión Internacional del Huevo (IEC).
La gripe aviar es una grave enfermedad vírica que afecta principalmente a las aves de corral y a las aves silvestres y que a menudo provoca la muerte de las parvadas y tiene efectos socioeconómicos devastadores. Desde octubre de 2021, se han notificado a la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) más de 21 millones de casos en aves de corral en varias regiones del mundo. En comparación con años anteriores, esta cifra es significativamente más alta y un mayor número de aves han muerto. Una vez que la gripe aviar llega a una granja avícola, la enfermedad puede propagarse muy fácilmente entre las aves y hay que tomar medidas para mitigar su rápida transmisión. Una de las principales medidas de contención es el sacrificio de las aves infectadas pero también de las aves sanas, que corren el riesgo de verse afectadas por la enfermedad debido al posible contacto directo o indirecto con las aves infectadas. Algunos brotes han provocado este año el sacrificio de miles de aves. Por ejemplo, en los Países Bajos, se notificaron 33.000 casos de gripe aviar y, para mitigar su propagación, se sacrificaron más de dos millones de aves domésticas. Esto afecta inevitablemente a la capacidad de producción de huevos. La elevada mortalidad de las gallinas ponedoras, ya sea por la propia enfermedad o por las medidas de sacrificio, tiene una consecuencia directa en el número de huevos que se pueden producir. Si nos fijamos en el caso de Estados Unidos de América, el país ha perdido 25 millones de gallinas ponedoras, lo que ha reducido su producción total de huevos en un 8%. Esta disminución de la capacidad de producción conlleva una pérdida económica para los productores de huevos, lo que provoca un aumento de su precio.
Dado que suelen ser el primer grupo afectado por este problema, es necesario reflexionar sobre las repercusiones que este tipo de enfermedad tiene en los ganaderos. Si bien es normal considerar los efectos económicos en los ganaderos, ya que sufren una disminución de su actividad y de sus ingresos debido al impacto de la influenza aviar en sus parvadas, también hay efectos secundarios. Ben Dellaert, de la IEC, recuerda el impacto emocional adicional:
Cuando tus animales mueren por esta enfermedad y tienes que deshacerte de ellos, siempre es algo terrible
Ben Dellaert, presidente del grupo de expertos en influenza aviar, Comisión Internacional del Huevo (IEC)
Además, cuando tu granja aún no se ha infectado con la gripe aviar, vives también con la amenaza constante de que pueda llegar a tus aves.
Además de los huevos, también se puede esperar por las mismas razones que haya menos disponibilidad de otros productos básicos, como la carne de ave, y que sean más caros. Esta situación nos demuestra que las enfermedades animales, como la gripe aviar, pueden perturbar los medios de sustento y las economías, y amenazar la
seguridad alimentaria en todo el mundo. Por ello, la aplicación de medidas de prevención, como el establecimiento de una vigilancia adecuada y el refuerzo de la bioseguridad en las explotaciones, es fundamental para evitar otros efectos negativos.