La importancia económica, social y cultural de los animales para las sociedades humanas es tan antigua como el tiempo. Los animales son fundamentales para la seguridad alimentaria, la salud humana, los medios de sustento, la sostenibilidad e incluso para brindar acompañamiento emocional. Por ejemplo, «se calcula que 200 millones de animales de trabajo respaldan los medios de sustento de más de mil millones de personas en todo el mundo», señala Roly Owers, presidente de la Coalición Internacional para el Bienestar Animal (ICFAW), que colabora con la OMSA en el marco de la mejora del bienestar animal en el mundo.
El destacado papel que desempeñan los animales en nuestras vidas «implica la responsabilidad ética de garantizar su bienestar en la mayor medida posible», añade la Dra. Carol Sheridan, secretaria adjunta de la Subdivisión de Bienestar Animal del Departamento de Agricultura, Pesca y Silvicultura de Australia. Sin embargo, una ONG como World Horse Welfare, miembro de la coalición ICFAW, no deja de subrayar «la falta de reconocimiento de la importancia de la sanidad y el bienestar de los animales a nivel político».
Impulsar el bienestar animal
En la actualidad, la misión de la OMSA consiste en «mejorar la sanidad y el bienestar de los animales en todo el mundo». Este segundo aspecto, estrechamente relacionado con el primero, pasó a formar parte del mandato de la Organización con la adopción de una resolución en 2002. Los Miembros reconocieron el vínculo esencial entre la sanidad y el bienestar animal, y solicitaron a la OMSA [OIE en ese entonces] que desarrollara una visión y una estrategia detalladas que incorporaran todas las facetas de esta temática compleja.
Más de veinte años después, se han logrado importantes avances. En la primera Conferencia Mundial sobre Bienestar Animal, organizada en París (Francia) en 2004, los Delegados nacionales adoptaron las primeras normas relativas al transporte y el sacrificio de los animales, trabajando en estrecha colaboración con organizaciones internacionales, el sector privado y la sociedad civil. En 2004, dichas normas se publicaron en el Código Terrestre y, en 2008, en el Código Acuático. El bienestar animal se definió oficialmente como «el estado físico y mental de un animal en relación con las condiciones en las que vive y muere».
Las “cinco libertades”
Enunciadas en 1965, las «cinco libertades» describen las expectativas de la sociedad en cuanto a las condiciones a las que están sometidos los animales cuando están bajo el control de las personas, es decir:
- Libres de hambre, sed y desnutrición
- Libres de temor y angustia
- Libres de molestias físicas y térmicas
- Libres de dolor, de lesión y de enfermedad
- Libres de manifestar un comportamiento natural
Desarrollar normas basadas en la ciencia y las evidencias
Organizaciones de productores como el Consejo Avícola Internacional aportaron su perspectiva profesional en la elaboración de las normas de la OMSA. «Nuestro aporte desde la realidad en el terreno es fundamental para garantizar que el trabajo de la OMSA se base en el conocimiento y la ciencia a nivel de los establecimientos», afirmó Ricardo Santin, presidente del Consejo. «Las normas internacionales necesitan trasladarse al ámbito nacional y, en última instancia, a las explotaciones. Se trata de un proceso que requiere herramientas de comunicación y formación adecuadas para que el sector privado pueda actuar en base a las orientaciones gubernamentales.»
Según lo expresa la Dra. Carol Sheridan, «el desarrollo de las normas de la OMSA generó una comprensión común del bienestar animal y del trato ético de los animales», lo que contribuye a la mejora del bienestar animal a todos los niveles. Al desarrollar normas internacionales basadas en la ciencia, proporcionamos a los Miembros orientaciones que les permitan desarrollar sus propias normativas.
«Las normas de la OMSA representaron un elemento clave en el marco del desarrollo de las normas australianas destinadas a la exportación de ganado y el sistema de garantía de la cadena de suministro del exportador», añade la Dra. Carol Sheridan.
La elaboración de estas normas también destaca la importancia del bienestar animal como sostén de las sociedades humanas:
La mera existencia de las normas de la OMSA para el bienestar de los équidos de trabajo ha aumentado la sensibilización en torno al valor y las funciones de los animales de trabajo, a menudo invisibles.
Roly Owers, presidente de la Coalición Internacional para el Bienestar Animal (ICFAW)
Una estrategia que reconozca la contribución del bienestar animal al desarrollo sostenible
La cuarta Conferencia sobre Bienestar Animal celebrada en Guadalajara, México, en 2016, preparó el camino para la adopción de la Estrategia Mundial de Bienestar Animal de la OMSA. En esta hoja de ruta, la OMSA [fundada como OIE] enumera las distintas funciones de los animales y reconoce «todos estos fines como legítimos, al tiempo que conllevan una responsabilidad ética asociada para garantizar que cualquier uso de este tipo sea humanitario, tal como se define a través de las normas internacionales de la OIE para el bienestar animal, en reconocimiento de la sensibilidad de los animales.»
Lejos de constituir una ética abstracta, el bienestar animal se enfoca como un activo clave para el desarrollo sostenible. La Estrategia Mundial de Bienestar Animal de la OMSA reconoce que, en los sistemas de producción animal, el bienestar puede mejorar la sanidad, la productividad, la calidad, la seguridad alimentaria y el rendimiento económico de los animales y, por tanto, contribuir a la seguridad alimentaria y a la prosperidad económica. «Con el fin de maximizar la contribución del sector avícola a la seguridad alimentaria, es fundamental mantener aves sanas y productivas, y el bienestar animal es clave para un ave sana», confirma Ricardo Santin.
Colaborar para llevar el bienestar animal a los establecimientos productivos
Los Foros Mundiales sobre Bienestar Animal de la OMSA, como parte de las principales actividades de la estrategia, tomaron el relevo de las conferencias anteriores para fomentar el diálogo sobre los temas más urgentes y asegurarse de la participación de todos los sectores relevantes. El último foro mundial, celebrado en noviembre de 2023 en París (Francia), fue una oportunidad para compartir experiencias y buenas prácticas sobre la legislación nacional en materia de animales.
Las ONG coinciden con los productores y los gobiernos en este aspecto: la implementación es clave. «Queda mucho por hacer para implementar correctamente las normas de la OMSA en los países y mejorar el bienestar de los animales en todo el mundo», señala Roly Owers, subrayando la importancia de la colaboración de todos los responsables, siguiendo la Visión de la OMSA sobre el Bienestar Animal, publicada en 2024.
La colaboración será esencial para contrarrestar el «creciente impacto del cambio climático en la industria ganadera» que afectará sin duda al bienestar animal, señala la Dra. Carol Sheridan. «A través de organizaciones como la OMSA, podemos abordar estos problemas como una comunidad global», añade. Ahora más que nunca, la OMSA reclama un cambio de paradigma en la forma en que las personas interactuamos con los animales – en su beneficio y el nuestro.
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