Artículo, Centenario

La OMSA lidera la lucha contra la resistencia a los antimicrobianos

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La resistencia a los antimicrobianos constituye una problemática sanitaria de alta complejidad que requiere una acción conjunta para replantearse el uso responsable de los antimicrobianos y, a la vez, mantener su eficacia para las futuras generaciones. Además, implica una gran diversidad de mejoras en los sistemas sanitarios y en nuestra vida cotidiana. Dame Sally Davies y el profesor Scott Weese forman parte del Grupo de Líderes Mundiales sobre la resistencia a los antimicrobianos, respaldado por la OMSA y sus socios de la Cuatripartita. En el marco de la celebración del centenario de la OMSA, intercambian sus opiniones, pensamientos e ideas para un futuro mejor.

Dame Sally Davies es la enviada especial del Reino Unido para la resistencia a los antimicrobianos (RAM). En la actualidad, tras una carrera como hematóloga y jefa médica en Inglaterra, es una destacada defensora de la RAM en el ámbito mundial. 

El profesor Scott Weese es veterinario y catedrático de patobiología en el Ontario Veterinary College, en Canadá, y director del Centro de Salud Pública y Zoonosis. También es coautor de “Worms and Germs”, un blog de divulgación científica sobre la sanidad animal. 

¿Cuándo se reconoció por primera vez la resistencia a los antimicrobianos? 

Dame Sally Davies: Alexander Fleming, el descubridor de la penicilina, ya lo había anunciado en 1945. Siempre hemos sabido que esto podía ocurrir. Los datos registrados en la última década demuestran el aumento constante de la RAM. En 2014, me solicitaron que presidiera el primer Grupo de Asesoramiento Técnico sobre la RAM y, en 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aprobó el primer Plan de Acción Mundial con el respaldo de la OMSA y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). 

Profesor Scott Weese: Los problemas en los animales surgieron de forma similar, pero tardamos más en reconocer la resistencia porque se realizaban menos pruebas e investigaciones en sanidad animal, en comparación con la salud humana. Aun así, en una resolución de 1952, la OMSA ya había señalado el uso inadecuado de antibióticos

“Los profesionales no deben utilizar los antibióticos aplicando un criterio arbitrario, sino que deben seguir las reglas establecidas por la experiencia. El uso de antibióticos contra gérmenes insensibles o específicamente resistentes, la utilización de dosis demasiado bajas o en un periodo muy corto pueden revelar gérmenes resistentes, retrasar la instauración de una terapia eficaz y conducir a fracasos terapéuticos, perjudicando un método que, aplicado juiciosa y correctamente, ha salvado numerosas vidas humanas y animales». 

Resumen de la resolución de la OMSA de 1952 en base a pruebas científicas comunicadas en 1948.

¿Por qué los sectores de la salud humana y la sanidad animal deben trabajar en conjunto para luchar contra la RAM? 

Prof. S.W. No conocemos exactamente el porcentaje de RAM en humanos atribuible a los animales: ¡probablemente entre el 4 % y el 96 %! No obstante, sabemos que necesitamos que todos por igual pongan manos a la obra, ya sean médicos, veterinarios, cuidadores de personas o animales. En el pasado, solía instaurarse un «juego de culpas»: los veterinarios culpaban a los médicos por dar a los niños antibióticos contra las infecciones virales [no olvidemos que esto no funciona] y los médicos culpaban la producción animal por el uso excesivo de antibióticos en el ganado… La verdad es que todos tenemos que trabajar mejor.   

D.S.D. Los cálculos de la OMS demostraron que los antibióticos añaden 20 años de vida a los seres humanos. El abuso de antimicrobianos genera el desarrollo de resistencias. Además, sabemos que los animales, incluidos las personas, a través de la orina y las heces expulsan más del 70 % de los antibióticos que ingieren. Sin un sistema de alcantarillado de alta modernidad, las granjas, los hospitales y las otras instalaciones que los utilizan pueden contaminar el medio ambiente. 

¿Qué puede hacer una organización internacional como la OMSA? 

Prof. S.W. La OMSA siempre ha desempeñado un papel protagónico en temáticas como los promotores de crecimiento. No siempre es muy popular decirle a un productor lo que tienen que hacer, por eso es más fácil si los países logran un respaldo internacional. También existe un componente de promoción y sensibilización orientado a lograr que las naciones aporten planes de acción con una sólida financiación que mejore no sólo el uso de antibióticos, sino también los sistemas sanitarios en su conjunto. 

D.S.D. La OMSA es una organización líder en este ámbito. Destaca la importancia de la RAM y demuestra que no sólo se trata de una problemática de salud humana. 

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La promoción del crecimiento implica la utilización de antimicrobianos en animales sanos con el fin de aumentar la productividad. Si bien la mayoría de los países aplican medidas legislativas y reglamentarias para eliminar esta práctica, se necesita proseguir los esfuerzos, ya que estos medicamentos se siguen utilizando de forma inadecuada como promotores del crecimiento.

¿Cuáles han sido los principales logros de los últimos años? 

D.S.D. En 2016, en la Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas, su secretario general estableció el Grupo de Coordinación Interinstitucional (IACG, por sus siglas en inglés) que incorporó a la OMSA, la OMS y la FAO con la perspectiva de una labor en conjunto. En 2019, se creó el Grupo de Líderes Mundiales, con una secretaría conjunta que incluye a la OMSA, la OMS, la FAO y, recientemente, al Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). La inclusión del PNUMA demuestra que la resistencia ya no es sólo una cuestión de salud humana, o de sanidad animal, sino de una perspectiva única de «Una sola salud».

Si bien la financiación sigue siendo un problema, la mayoría de los países ya están preparados para disponer de un plan de acción nacional contra la RAM. La reciente Plataforma de asociación entre múltiples partes interesadas reúne al sector privado y a la sociedad civil, ya que el uso responsable no es sólo una cuestión de regulación, sino de sensibilización, comprensión y compromiso colectivo por parte de todos. 

En la actualidad, ¿qué se puede hacer contra la resistencia a los antimicrobianos?    

D.S.D. Empecemos por prevenir las infecciones. Lo primero es disponer de agua limpia, utilizar jabón, contar con redes de saneamiento y una buena circulación de aire en los centros sanitarios, en la cría de animales y en los hogares. Necesitamos una mayor utilización de las vacunas: campañas de rutina y nuevas vacunas para la cría de animales. También necesitamos mejorar las pruebas de diagnóstico para que los antibióticos se utilicen sólo cuando sea apropiado, no a raíz de un diagnóstico errático o como promotores de crecimiento. La acción contra la resistencia a los antimicrobianos requiere acompañamiento y formación para los expertos veterinarios y los médicos. 

Prof. S.W. La RAM es una cuestión delicada, porque es el resultado final de nuestros desafíos sanitarios. No existe una cura milagrosa: empecemos por mejorar los establecimientos con una buena ventilación. Necesitamos una mejor educación, la capacitación de las mujeres que, a menudo, son quienes toman las decisiones en materia de salud, además de un acceso equitativo a los tratamientos y las medidas de prevención adecuados. También necesitamos cambiar las mentalidades en el sector de la producción, porque nos encontramos con mucha resistencia al cambio por parte de personas que siempre han hecho las cosas de una determinada manera y no entienden necesariamente por qué no se puede seguir como antes. 

En septiembre de 2024, una Reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas se centrará en la RAM. ¿Cuáles serán las propuestas? 

D.S.D. Nos gustaría finalizar este encuentro de alto nivel con un panel científico independiente, de los países de ingresos bajos y medios, que pudiera establecer objetivos mundiales. El PNUMA podría desempeñar un papel clave a la hora de garantizarlos, gracias a su experiencia con el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). 

Prof. S.W. Debemos centrarnos en acciones que puedan aplicar prescriptores y productores. Reducir el uso de antibióticos por kilogramos no es un objetivo eficaz, porque los resultados varían de un medicamento a otro. Se requiere una mayor financiación para respaldar la investigación y comprender exactamente cuáles son los componentes que generan la resistencia. Por ejemplo, estamos preparando una guía basada en una aplicación para los Servicios Veterinarios de los países de ingresos bajos y medios, con un contenido adaptado a lo que hay disponible en cada país. También propusimos una clasificación de tipo AWaRe para los antibióticos de uso animal. 

D.S.D. Necesitamos normas con el fin de implementar las buenas prácticas que ya sabemos que funcionan, como la innovación en materia de promotores de crecimiento, la desinfección, el diagnóstico, nuevos tratamientos asequibles y las vacunas. En el marco de la Reunión de Alto Nivel de 2024, sugerí centrarnos en el acceso a la medicación porque no podemos preocuparnos por la resistencia cuando la gente no tiene acceso a antibióticos estándar y esenciales, higiene básica o vacunas. 

Prof. S.W. No se manifiesta en las calles por el tema de la resistencia a los antimicrobianos como se hace con el cambio climático: necesitamos motivar a la gente, a los grupos y a las Naciones. En lugar de desviar culpabilidades, necesitamos que todas las organizaciones trabajen juntas. El concepto «Una sola salud», tal y como lo estamos construyendo ahora, es mucho más eficaz. 


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