Entrevista – mayo 2023
Gracias a la implementación exitosa de medidas de control efectivas, la encefalopatía espongiforme bovina (EEB) ha pasado de ser una emergencia de salud pública de preocupación internacional a una enfermedad con un alcance e impacto sanitario limitados. Una norma revisada sobre la enfermedad, que fue distribuida por primera vez en 2019, ha sido adoptada por la Asamblea Mundial de Delegados durante la 90ª Sesión General de la OMSA.
Con actualizaciones que incluyen los criterios para determinar el riesgo de enfermedad junto con recomendaciones sobre la vigilancia de la enfermedad y el comercio seguro, el nuevo texto adoptado representa un logro significativo. Refleja el trabajo de la Organización a la hora de abordar cuestiones complejas, crear consenso entre los Miembros y encontrar soluciones actualizadas y con base científica que sean beneficiosas tanto para la sanidad animal como para la salud humana.
La revisión de la norma fue impulsada por las Comisiones Especializadas de la OMSA. Hemos entrevistado al Dr. Cristóbal Zepeda, Presidente de la Comisión Científica para las Enfermedades Animales, y al Dr. Etienne Bonbon, Presidente de la Comisión de Normas Sanitarias para los Animales Terrestres.
¿Cuál es el impacto de la EEB en la actualidad?
Cristóbal Zepeda: En el comienzo de la epidemia de EEB, a finales de los 80 y principios de los 90, la mayoría de los casos se detectaron en unos pocos países, sobre todo en Europa. Hoy en día, la incidencia de la EEB se ha reducido casi a cero, ya que la mayoría de los países han aplicado medidas para evitar el reciclaje de materiales específicos de riesgo (MER).
Etienne Bonbon: En el pasado, la incertidumbre en torno a la epidemiología de la EEB justificaba que se tomaran importantes medidas de precaución para tratar la enfermedad. Hoy en día, su incidencia casi nula en el mundo minimiza el riesgo de enfermedad y exige otro nivel de precaución para afrontar un escenario novedoso.
¿Por qué se revisó la norma sobre EEB?
C.Z.: La norma sobre la EEB se actualizó para adaptarla a los conocimientos científicos actuales y a un contexto epidemiológico en evolución. Se propusieron varios cambios. El primero se refiere a la necesidad de una evaluación completa del riesgo de enfermedad, incluidas las evaluaciones de entrada y exposición, para determinar la situación de riesgo de un país o una zona. El segundo permite una vigilancia simplificada para ajustarse mejor a la realidad sobre el terreno, garantizando al mismo tiempo que los países establezcan unos requisitos sanitarios mínimos. De hecho, el costo de la implementación de un sistema de vigilancia basado en puntos es considerable y algunos países con pequeñas cabañas ganaderas sencillamente no pueden cumplir tales requisitos. Hemos elaborado directrices para ayudar a los países en la transición a este nuevo sistema. El último cambio importante es la supresión de la EEB atípica de la lista de enfermedades que requieren una notificación obligatoria a la OMSA. La EEB atípica se produce espontáneamente en las poblaciones bovinas en una proporción muy baja. Además, la única prueba de reciclado potencial de materiales específicos de riesgo se encontró en condiciones experimentales que sería extremadamente improbable que se reprodujeran en condiciones de campo.
E.B.: Al hablar de los cambios introducidos por la norma revisada sobre la EEB, es importante señalar que la EEB atípica se ha suprimido de la lista también porque se ha comprobado que se trata de una enfermedad muy rara y esporádica, sin repercusiones significativas en la sanidad animal o salud pública.
Forma clásica versus forma atípica de EEB
Se debe hacer una distinción entre estas dos formas (o cepas):
La forma clásica de EEB aparece debido al consumo de piensos contaminados. Si bien en los años noventa se la consideró como como una amenaza significativa, su aparición se ha reducido sustancialmente durante los últimos años como resultado de la exitosa implementación de medidas de control eficaces y, actualmente, se considera que su prevalencia es extremadamente baja (cerca de 0 casos).
La forma atípica de EEB se refiere a la aparición de formas naturales y esporádicas que se cree aparecen en todas las poblaciones bovinas en una tasa muy baja y que sólo se han identificado en los animales más viejos, cuando se lleva a cabo una vigilancia intensiva. A inicios de la década de los 2000, se identificaron priones atípicos causantes de la forma atípica de EEB, resultado de una vigilancia reforzada de las encefalopatías espongiformes transmisibles. El número de casos de la forma atípica de EEB es insignificante. Pese a que hasta hoy se carece de pruebas que indiquen que la forma atípica de la enfermedad pueda ser transmisible, no se ha excluido el reciclaje del agente de esta forma de EEB y por lo tanto, por precaución, se recomienda la implementación de medidas para reducir el riesgo de exposición en la cadena alimentaria. Para más información, consulte WAHIS.
¿Cuáles fueron los desafíos en el proceso?
C.Z.: La OMSA tiene un procedimiento para el reconocimiento oficial del estatus de riesgo de EEB. En el contexto de la revisión de esta norma, tuvimos que asegurarnos de que los Miembros que ya tenían un estatus oficial de riesgo de EEB siguieran cumpliendo la norma revisada sobre EEB. Esto implicó un trabajo importante para evaluar retrospectivamente los expedientes presentados por estos Miembros, en particular los que fueron reconocidos sobre la base de una evaluación de entrada insignificante y no de una evaluación de exposición insignificante.
E.B.: La OMSA se esfuerza por encontrar un consenso entre sus Miembros. El logro alcanzado con la norma sobre la EEB es el resultado de un proceso en varias etapas que implicó muchos debates entre expertos, consultas con los Miembros e incluso un primer debate con la asamblea el año pasado. El proceso muestra cómo funcionan los distintos órganos de gobierno de la Organización, y destaca también el papel de las Comisiones Especializadas en el proceso. Estas comisiones desempeñan un papel clave para garantizar que las normas sean científicamente sólidas, y para construir un entendimiento común a través de la consulta con los Miembros.
¿Influirá la nueva norma sobre la EEB en el nivel de vigilancia de la enfermedad?
C.Z.: Las normas internacionales de la OMSA relativas a la vigilancia de las enfermedades animales -incluida la EEB- son cruciales para determinar la ausencia, presencia y distribución de las enfermedades animales y los riesgos asociados, así como para detectar lo antes posible las enfermedades emergentes. En el contexto epidemiológico actual de esta enfermedad, existía una necesidad creciente entre los Miembros de que se modificara la norma.
E.B.: La simplificación justificada y la reducción de costos en los métodos de vigilancia no supondrán una disminución de su eficacia. Al contrario, este sistema más flexible basado en la exploración clínica sobre el terreno refleja la información científica actual y responde a una diversidad de necesidades en los distintos países.
¿Cuál será el impacto de esta nueva norma en el comercio internacional?
C.Z.: Los cambios en los requisitos de vigilancia supondrán un incentivo para que los países que no han obtenido un estatus oficial de riesgo lo soliciten. Al eliminar la EEB atípica de la lista de enfermedades, los países no impondrán restricciones comerciales injustificadas.
E.B.: Con la adopción de la norma revisada, los beneficios serán muy superiores a cualquier riesgo de introducción o aparición de enfermedades. Si se aplica bien, se facilitará el acceso al comercio, lo que acelerará el desarrollo económico y mejorará la seguridad alimentaria, al mismo tiempo que continuará disminuyendo la probabilidad de nuevos casos de EEB.
La entrevista ha sido editada y condensada para mayor claridad y extensión.
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l'encéphalopathie spongiforme bovine (ESB)