Los orígenes de la OMSA se remontan a 1921, cuando un rebaño de cebúes procedentes de la India y con destino a Brasil transitaron por el puerto belga de Amberes, donde fueron puestos en cuarentena junto con ganado procedente de Estados Unidos, antes de ser enviados por ferrocarril a varios mataderos europeos. Los cebúes estaban infectados por el virus de la peste bovina, una enfermedad mortal que se propagó rápidamente por toda Europa, a través del resto del ganado importado. La enfermedad era conocida en esta región y en otras, donde ya había matado a millones de animales en el pasado, sembrando la devastación en los establecimientos productivos.
Esta situación se mitigó gracias a la rápida intervención de los Servicios Veterinarios nacionales y, a su vez, confirmó la necesidad de una cooperación internacional en los procedimientos de prevención de enfermedades. En la Conferencia Internacional de París de 1921, 43 países y territorios decidieron crear la Oficina Internacional de Epizootias. Finalmente, el 25 de enero de 1924, nace la OIE [antiguo acrónimo de la OMSA].
1968: primer Código destinado a reglamentar el comercio de los animales y sus productos derivados
En 1960, la Organización puso en marcha la Operación Internacional de Cuarentena Veterinaria, con el fin de armonizar de forma progresiva los intercambios internacionales de animales y mercancías de origen animal. En 1968, tras años de grandes esfuerzos focalizados en facilitar un proceso normativo, incluidas numerosas conferencias mundiales, se publicó el “Código Zoosanitario Internacional” que constituyó la base reglamentaria para un comercio internacional seguro de animales terrestres y acuáticos y de mercancías de origen animal.
Un enfoque democrático basado en la ciencia
En la actualidad, este primer Código ha evolucionado y ahora constituye un sistema desarrollado y organizado en cuatro series de publicaciones que proporcionan normas internacionales para vigilar, detectar y controlar más de 120 enfermedades animales, mejorar el bienestar animal, la salud pública veterinaria y, por último, para reforzar los Servicios Veterinarios en todo el mundo.
- El Código Terrestre, publicado por primera vez en 1968 con el nombre de “Código Zoosanitario Internacional”, establece las normas para la prevención, la detección precoz, la notificación y el control de los agentes patógenos en los animales terrestres.
- El Manual de las Pruebas de Diagnóstico y de las Vacunas para los Animales Terrestres, publicado por primera vez en 1989, establece las normas sobre los métodos de diagnóstico de laboratorio y los requisitos para la producción y el control de vacunas y otros productos biológicos destinados a los animales terrestres.
- El Código Acuático, introducido en 1995 con el fin de ampliar a anfibios, crustáceos, peces y moluscos la implementación de las normas en materia de prevención, detección precoz, notificación y control de enfermedades.
- El Manual de las Pruebas de Diagnóstico para los Animales Acuáticos, también publicado en 1995, brinda las normas relativas a los métodos de diagnóstico de laboratorio para las enfermedades de los animales acuáticos.
El desarrollo de las normas de la OMSA se basa en el trabajo dedicado y exhaustivo de comités y grupos especializados, en base al rigor científico y el consenso entre los Miembros, respetando procedimientos de adopción transparentes y democráticos.
Carlos Henrique Baqueta Fávaro, Ministro de Agricultura y Ganadería de Brasil.
De hecho, con la voluntad de mantener su pertinencia y asimilar los últimos avances científicos y tecnológicos, además de las reacciones y comentarios sobre su implementación, los Códigos y Manuales de la OMSA se actualizan periódicamente a través de un proceso consultivo y basado en la ciencia. Las revisiones propuestas para abordar las necesidades de los países son elaboradas por expertos, debatidas con los Miembros y los principales sectores relevantes y, por último, adoptadas cada año por la Asamblea Mundial de Delegados, en la que cada Miembro cuenta con un voto.
Una referencia para la Organización Mundial del Comercio
Cuando los Miembros votan a favor de la adopción de una norma en la Sesión General anual de la OMSA, se comprometen a trasladarla a su legislación nacional. En 1995, la Organización Mundial del Comercio (OMC) adoptó el Acuerdo de la OMC sobre la Aplicación de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (MSF), que insta a sus Miembros a inspirarse de las normas de la OMSA a la hora de implementar medidas sanitarias relativas a la sanidad animal y las zoonosis.
Las normas de la OMSA, ampliamente reconocidas y adoptadas por los Miembros de la OMC, brindan una base sólida que permite armonizar las normativas y garantizar la seguridad del comercio internacional de los productos de origen animal. Al garantizar el cumplimiento de las normas de la OMSA, las naciones tienen la capacidad de enfrentar con eficacia los desafíos comerciales, armonizar las reglamentaciones y promover flujos comerciales más fluidos, manteniendo a la vez altos niveles de sanidad y seguridad animal.
Jean-Marie Paugam, director general adjunto de la OMC.
El ministro de Agricultura y Ganadería de Brasil, Carlos Henrique Baqueta Fávaro, destacó que «las normas de la OMSA, reconocidas por la OMC como la referencia en materia de sanidad animal y zoonosis, aportan seguridad, imparcialidad y equidad al comercio internacional de animales y sus productos derivados, evitando así barreras comerciales innecesarias».
Actualmente, la OMSA constituye la organización de referencia de la OMC, lo que refleja la importancia de las medidas sanitarias a la hora de facilitar un comercio internacional seguro de animales y sus productos derivados. Esta colaboración entre organizaciones internacionales y sus Miembros supera el ámbito comercial. Por ejemplo, «como socia fundadora del Fondo para la Aplicación de Normas y el Fomento del Comercio (STDF), junto con la FAO, la OMS, el Banco Mundial y la OMC, la OMSA brinda a las naciones en desarrollo las herramientas necesarias para cumplir con las normas y los requisitos sanitarios y fitosanitarios internacionales. Ejemplos concretos son las iniciativas en Vietnam, Laos, Camboya y Filipinas para controlar la propagación de la peste porcina africana, los proyectos en Mongolia para mejorar los sistemas de identificación animal y, en Etiopía, la implementación de mejoras para favorecer el cumplimiento de las normas sanitarias y fitosanitarias en la exportación de carne», añadió Jean-Marie Paugam.
Un Observatorio para monitorear la implementación de las normas
La OMSA reconoce que, si bien es importante desarrollar y publicar normas internacionales, estas recomendaciones deben implementarse con eficacia en cada frontera internacional, puerto, granja y en cualquier lugar del mundo donde se presten servicios veterinarios. En algunos países, esta implementación puede verse afectada por una gran diversidad de factores, como la falta de recursos financieros y humanos, o de infraestructura.
El Observatorio de la OMSA fue creado con el fin de conocer la situación de los Miembros con respecto a la implementación de las normas, para recopilar datos y hechos, y transmitir los análisis correspondientes. «Las normas de la OMSA constituyen la referencia internacional en los ámbitos de la sanidad y el bienestar animal y las zoonosis. No obstante, como sucede con muchos instrumentos internacionales, siguen faltando datos sobre su verdadera implementación. El Observatorio es un proyecto ambicioso, sin precedentes entre las organizaciones internacionales, destinado a aportar más transparencia al uso de las normas de la OMSA», afirmó Marianna Karttunen, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que proporcionó apoyo y recomendaciones en el marco del desarrollo del Observatorio.
En 2022, al cabo de una fase de pruebas, el Observatorio de la OMSA publicó sus primeros resultados. Se calcula que el programa alcanzará su mayor rendimiento en 2025. Los datos, provenientes de los Miembros y de fuentes externas, se analizan con el fin de identificar las brechas en la implementación y brindar recomendaciones a los Miembros, al tiempo que se orientan las actividades de fortalecimiento de capacidades de la OMSA y el proceso de establecimiento de normas.
«Otras organizaciones internacionales se inspirarán de la experiencia de la creación del Observatorio de la OMSA. Por lo tanto, la participación activa de la OMSA en la Asociación de Organizaciones Internacionales para la Elaboración Eficaz de Normas Internacionales es oportuna y bienvenida«, añadió Marianna Karttunen.
El Observatorio ocupa un espacio central en la actual transformación digital de la OMSA, de conformidad con los principios de rigor, cooperación internacional y transparencia que hacen que las normas internacionales conserven toda su vigencia.
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