Enfermedad listada

Brucelosis

La enfermedad fue descrita por primera vez durante la Guerra de Crimea, y en 1887 el Dr. David Bruce identificó la bacteria. En 1897, el Dr. Bernhard Bang identificó a Brucella abortus, y a partir de entonces la infección empezó a ser conocida como enfermedad de Bang o brucelosis. La transmisión al ser humano, debida casi siempre al consumo de leche cruda de animales infectados, provoca en las personas una grave enfermedad debilitante. La brucelosis es una importante causa de caída de la producción de ovinos, caprinos, bovinos y porcinos, lo que en países en desarrollo merma notablemente los medios de subsistencia de los productores.

¿Qué es la brucelosis?

La brucelosis es una enfermedad contagiosa del ganado que tiene importantes consecuencias económicas.

La causan diversas bacterias de la familia Brucella, cada una de las cuales tiende a infectar a una especie animal específica, aunque la mayoría de ellas también son capaces de infectar a otras especies animales.

La brucelosis afecta a los bovinos, porcinos, ovinos, caprinos, equinos, camélidos y perros. También puede infectar a otros rumiantes, algunos mamíferos marinos y al ser humano.

La enfermedad en los animales se caracteriza por la existencia de abortos o falta de reproducción. Aunque los animales suelen recuperarse, y después del primer aborto son capaces de procrear, ellos pueden continuar excretando bacterias.

Las brucelosis del ganado bovino (B. abortus), ovino y caprino (B. melitensis) y de los porcinos (B. suis) son enfermedades que figuran en el Código Sanitario para los Animales Terrestres de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) y deben ser notificadas de manera obligatoria a la OMSA (Código Sanitario para los Animales Terrestres).


Transmisión y propagación

Por regla general, la brucelosis se transmite cuando un animal enfermo aborta pare. En los líquidos del parto de ese animal habrá una gran cantidad de bacterias, que pueden sobrevivir varios meses en el medio externo, especialmente en condiciones frías y húmedas, y siguen siendo infecciosas para otros animales, que se contagiarán al ingerirlas. Las bacterias también colonizan las ubres y contaminan la leche.

La brucelosis también puede transmitirse a animales y personas a través de heridas en la piel o de las mucosas.

La brucelosis es una enfermedad importante en la fauna salvaje, afectando al cerdo salvaje, el bisonte, el alce y la liebre europea. La presencia de un reservorio en la fauna salvaje complica la lucha por erradicar la enfermedad.

También se han detectado brucelas en mamíferos marinos.


Riesgo para la salud pública

La brucelosis es una zoonosis extremadamente infecciosa para el ser humano, causante de una dolencia llamada a menudo fiebre ondulante o fiebre de Malta, pues fue descrita por primera vez en Malta en el decenio de 1850.

El ser humano presenta síntomas tales como fiebre intermitente o irregular, cefalea, debilidad, sudor abundante, escalofríos, pérdida de peso y dolor general. También puede producirse la infección de órganos como el hígado o el bazo.

Los veterinarios, granjeros y empleados de matadero están expuestos a la infección cuando manipulan animales infectados o bien fetos o placentas tras un aborto.

La brucelosis es una de las infecciones que más fácilmente se transmite en laboratorio, por lo que al manipular cultivos o muestras con gran número de bacterias, como el material resultante de un aborto, conviene observar estrictas medidas de seguridad.

Las personas también pueden contagiarse al consumir leche no pasteurizada procedente de animales infectados.


Signos clínicos

Suele tratarse de una enfermedad leve, y la hembra infectada muestra pocos signos clínicos hasta que aborta. A veces se observa inflamación testicular en los machos, y ocasionalmente la bacteria se instala en las articulaciones, donde provoca artritis.

En los equinos causa una afección denominada cruz fistulosa, que provoca inflamación del cuello o el lomo. Las yeguas preñadas pueden abortar, o parir un potrillo débil y vulnerable.

La importancia de la brucelosis radica en que reduce sobremanera el rendimiento reproductivo, debido a casos de aborto, infertilidad, retención placentaria, mortalidad neonatal o debilidad de la progenie. Todo ello se traduce en pérdidas económicas considerables para los productores de ganado lechero, ovejas, cabras o cerdos.


Diagnóstico

Aunque cabe sospechar la presencia de brucelosis en caso de signos clínicos como abortos, la confirmación exige pruebas serológicas, seguidas de las pruebas de laboratorio prescritas para aislar e identificar a la bacteria, conforme a las normas sobre métodos y valores umbral de diagnóstico que figuran en Manual de Normas para las Pruebas de Diagnóstico y las Vacunas para Animales Terrestres de la OMSA.


Prevención y control

La vigilancia con fines de detección puede pasar por la realización sistemática de pruebas serológicas y de análisis de la leche, con técnicas como la prueba del anillo en leche. Estas medidas de vigilancia pueden resultar de gran ayuda en las campañas para eliminar la enfermedad. También se practican análisis de animales concretos con fines de comercio o de lucha contra la enfermedad.

En las zonas donde la brucelosis es endémica suele utilizarse la vacunación para reducir la incidencia de la infección. Existen varias vacunas con bacterias vivos modificados. En el citado Manual de normas de la OMSA se ofrecen instrucciones detalladas sobre la elaboración de vacunas.

Cuando se está cerca de lograr la eliminación de la enfermedad es preciso aplicar un programa de pruebas diagnósticas y sacrificios sanitarios para erradicarla por completo.

La mejor manera de prevenir la brucelosis humana es luchar contra la infección en los animales. La pasteurización de la leche de animales infectados fue en su día muy importante para reducir los niveles de infección en las personas.


Distribución geográfica

Los mayores niveles de incidencia se sitúan en Oriente Medio, la región Mediterránea, el África subsahariana, China, India, Perú y México. Actualmente, el crecimiento más agudo en número de casos se está registrando en países de Asia Central y Sudoriental.

Se cree que varios países de Europa Occidental y del Norte, así como Canadá, Japón, Australia y Nueva Zelanda, están libres del agente infeccioso.


Referencias