A la Dra. Maryam Muhammad siempre le atrajo el mundo de la ciencia. Cuando se matriculó por primera vez en un curso de veterinaria, le dijeron que sus posibilidades de triunfar eran nulas. Era la única mujer entre los 42 estudiantes presentes. Fueron inicios difíciles que no impidieron que la Dra. Muhammad continuara con su pasión. Tras graduarse y completar el programa del Cuerpo Nacional de Servicio Juvenil (NYSC) de Nigeria, le ofrecieron distintos empleos, desde la enseñanza hasta la investigación, antes de que pudiera alcanzar un puesto de dirección.
En la actualidad, la Dra. Muhammad es la directora del Instituto Nacional de Investigación Veterinaria (NVRI) de Vom, en Nigeria Central; se trata de un conocido centro pionero en la investigación, el diagnóstico, el tratamiento y el control de enfermedades que revisten una importancia económica en su país. Su historia de logros adquiere especial importancia al celebrarse hoy en todo el mundo el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.
Empoderar a las mujeres para que elijan en la escuela materias científicas, tecnológicas, de ingeniería y matemáticas
En algunas partes del mundo, la presencia de las Mujeres científicas suele concentrarse en los escalones más bajos en términos de responsabilidad y toma de decisiones, con oportunidades limitadas de liderazgo en el campo de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés). En África subsahariana, las cifras son realmente bajas, debido al desequilibrio de género en todos los niveles educativos.
Si bien reconoce muchos cambios a lo largo de su vida, la Dra. Muhammad considera que una combinación de problemas culturales y burocráticos impide a las jóvenes nigerianas acercarse a la ciencia. La sanidad animal no es una excepción. La Dra. Muhammad recuerda que, a menudo, se les decía a las estudiantes que sólo determinadas especialidades eran para ellas.
«Debemos inspirar confianza en las mujeres para que comprendan que no hay nada que no puedan hacer. La ciencia es una aventura y las mujeres deben saber que existe un mundo de maravillas que espera ser explorado».
Dra. Maryam Muhamad
«Debemos inspirar confianza en las mujeres para que comprendan que no hay nada que no puedan hacer», explica. «La ciencia es una aventura y las mujeres deben saber que existe un mundo de maravillas que espera ser explorado».
A la hora de impulsar el cambio, todos están invitados a la mesa de diálogo. La Dra. Muhammad insiste en que la tutoría es el eje de la diversidad y la inclusión. «Es importante que las mujeres comprendan los retos a los que probablemente se enfrentarán al emprender este viaje. Al invertir en la tutoría entre pares, pueden inspirarse en las historias de otras mujeres, crear redes de resiliencia y sentirse impulsadas a progresar en la adquisición de conocimientos a partir de diversos modelos de conducta».
Sin embargo, no basta con que las niñas y las mujeres muestren más interés por la ciencia: el apoyo debe venir de las instituciones. Dado que la mayoría de las nigerianas se casan y dan a luz a una edad temprana, Nigeria ocupa en el mundo un espacio destacado en materia de abandono escolar femenino. Según la Dra. Muhammad, el gobierno debe concentrarse en fomentar la existencia de condiciones favorables para que las mujeres en edad reproductiva puedan terminar sus estudios después de un embarazo y, donde fuera necesario, debe aumentar el número de escuelas para niñas.
Un espacio de trabajo inclusivo
Las expectativas de género constituyen uno de los obstáculos a la participación femenina en el mercado laboral. Tradicionalmente, las mujeres tienen tendencia a pensar que, a diferencia de sus homólogos masculinos, una carrera exitosa y la formación de una familia son actividades excluyentes.
La Dra. Muhammad considera urgente educar a los empleadores masculinos para que sus espacios de trabajo sean menos discriminatorios. En efecto, la existencia de condiciones de trabajo favorables constituye un elemento clave para el bienestar de las mujeres profesionales, siempre deseosas de contribuir de forma positiva al funcionamiento de la sociedad.
Cabe destacar la importancia de no bajar los brazos en el sector de la sanidad animal, donde a las mujeres se las aparta por prejuicio y discriminación. La Dra. Muhammad explica que, a menudo, se disuade a las mujeres talentosas de elegir una carrera científica durante el proceso de contratación. En general, se considera que trabajar con ganado o en laboratorios pone a las mujeres en riesgo de exposición a materiales peligrosos y las aleja de sus familias. Por lo tanto, eliminar los prejuicios de género en el mercado laboral sigue siendo un desafío mayor. «Además del cambio de actitud en el mercado laboral, necesitamos definir claramente los puestos de trabajo para que seamos nosotras las que elijamos nuestro camino en la vida».
Datos recopilados por la OIE mostraron que el 56 % de todo el personal de laboratorio eran mujeres, pero solo el 43 % de los directores de laboratorio eran mujeres.
Un laboratorio veterinario propio
Nigeria posee un ambicioso programa de igualdad de género en los laboratorios. Dado que el país se enfrenta a una creciente demanda de vacunas para el ganado y las aves de corral, las trabajadoras sanitarias desempeñarán un papel crucial en el aumento de la capacidad de producción a nivel regional y nacional. Según informa la Dra. Muhammad, se prestará una atención particular a la hora de garantizar que las trabajadoras de la sanidad animal reciban una formación adaptada a su trabajo y estén correctamente representadas. En las zonas rurales de Nigeria, donde las mujeres participan activamente en la producción animal, las vacunas de alta calidad contra enfermedades víricas como la peste de pequeños rumiantes (PPR) también contribuirán a aumentar los ingresos y a mejorar los medios de subsistencia de los hogares. En ese caso, las vacunas representan un servicio esencial y favorecerán el surgimiento de nuevas oportunidades socioeconómicas.
El año pasado, Nigeria solicitó a la OIE la realización de una “misión de laboratorios sostenibles». Se trata de una iniciativa que cuenta con el apoyo de Global Affairs Canada, que evalúa la sostenibilidad de los laboratorios veterinarios y que participa en la identificación de soluciones que permitan implementar las normas internacionales de la OIE. Realizada en el pasado mes de noviembre, la misión logró sensibilizar al personal del laboratorio y ayudó a identificar las carencias en los recursos existentes, el tipo de inversiones requeridas, las oportunidades de innovación y las acciones para lograr la sostenibilidad de los laboratorios veterinarios de Nigeria.
La Dra. Muhammad destaca que la sostenibilidad es un factor determinante de la igualdad de género en el ámbito científico y añadió que «invertir en laboratorios sostenibles mejorará la vida de las mujeres», ya que al trabajar en un espacio seguro en el campo de la reducción de las amenazas biológicas, estarán capacitadas para estudiar carreras asociadas y lograr un impacto significativo en sus comunidades. Al mismo tiempo, la igualdad de oportunidades para acceder a la educación y a cargos directivos resulta fundamental a la hora de encarar los retos que plantea la falta de sostenibilidad en los laboratorios. Los sistemas que excluyen a una parte de la mano de obra que contribuye con su experiencia y perspectivas diversas obstaculizarán el camino a la sostenibilidad.
Hoy en día, la Dra. Muhammad considera que existe una nueva generación de mujeres profesionales que se asocian para combatir el statu quo e implementar su propia visión del cambio. En Nigeria, y en otras zonas de la región, su historia de pasión y perseverancia es una fuente de inspiración para muchas mujeres en el ámbito (STEM). «Las mujeres de mi país están demostrando su valía en todos los campos. A medida que avanzamos hacia un futuro con innovaciones permanentes, no debemos escatimar esfuerzos para abrirles nuevas puertas», concluyó.