‘La rabia mata’. Daw Kyi, una granjera de 68 años, creció escuchando esta frase y las historias sobre los casos regulares de rabia humana y canina en su pequeña comuna rural, en el municipio de Lewei, en Myanmar. Como muchos otros habitantes de su pueblo y de otros pueblos vecinos, ella sabía que la enfermedad mortal podía transmitirse fácilmente del perro al hombre, pero tenía muy pocos conocimientos sobre cómo prevenirla.
En 2016, la situación cambió. El Departamento de Ganadería y Veterinaria de Myanmar (LBVD), con el respaldo de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA fundada como OIE), inició un proyecto piloto en Lewei para demostrar que era posible eliminar la rabia vacunando a los perros, la principal fuente de casos humanos. Mediante la vacunación gratuita de los perros, puerta a puerta, se llegó a vacunar a 100 000 animales en esta primera etapa. Sin embargo, el proyecto piloto no se limitó a las campañas de vacunación: consciente de la importancia de la educación para prevenir la rabia, el LBVD realizó actividades de concientización públicas para una mejor comprensión de la enfermedad y su prevención. Fue la primera vez que Daw Kyi y sus vecinos participaron en reuniones de información sobre la rabia y recibieron herramientas de comunicación sobre la importancia de la vacunación de los perros y el tratamiento de las heridas por mordedura para protegerse de esta enfermedad 99.9 % fatal.
El proyecto piloto, parte del Programa Nacional de Control de la Rabia, se repitió en 2017 y 2018, y se extendió a otros municipios. La OMSA brindó a Myanmar recursos técnicos y financieros para llevar a cabo estas actividades: se entregaron 450 000 dosis de vacunas caninas para la rabia a través del banco de vacunas de la OMSA y se capacitó a los vacunadores sobre buenas prácticas antes de iniciar las campañas.
Gracias a las actividades implementadas en el marco del proyecto piloto, ningún caso de rabia animal fue notificado en Lewei durante el periodo 2016–2018. Pero el impacto fue aún mayor, se registró un aumento en el número de pacientes víctimas de mordeduras que reciben profilaxis en hospitales tras la exposición, puesto que Daw Kyi y sus vecinos ahora saben cómo proceder frente a la mordedura de un perro. Desde el principio de la campaña de vacunación, en su pueblo, no se ha vuelto a reportar ningún caso de rabia en perros y ahora las nuevas generaciones pueden crecer en una realidad distinta a la que conocieron sus mayores.
El proyecto piloto desarrollado en Lewei muestra que es posible controlar la rabia difundiendo la información sobre la manera de prevenirla e implementando las medidas necesarias. Sin embargo, en los últimos cinco años, se notificaron en Myanmar cerca de 200 casos de rabia humana por año. Próximamente, el país planea ampliar las acciones de concientización a otras áreas de riesgo como parte de su Plan Nacional para la Eliminación de la Rabia (2018–2030), con el fin de garantizar que todos sus ciudadanos crezcan sabiendo cómo hacer para prevenir la rabia.