París, 25 de mayo del 2021 -Durante este último año, hemos aprendido muchas lecciones en materia de sanidad mundial. Ninguna es más importante que la necesidad de aumentar la resiliencia de los sistemas sanitarios, tanto a nivel nacional como internacional, con vistas a protegerse de los efectos devastadores de las pandemias. Si bien el concepto de resiliencia ha evolucionado con el tiempo, en general, se reconoce como la habilidad para prepararse, adaptarse y recuperarse con flexibilidad frente a acontecimientos adversos. La pandemia de la COVID-19 ha representado un importante desafío para la resiliencia mundial y ha impulsado a la comunidad internacional, incluida la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), a revisar su respuesta global y a evaluar la mejor manera de incorporar las dolorosas lecciones aprendidas para un futuro más sostenible y saludable.
Construir estrategias de resiliencia en materia de “Una sola salud”
La OIE mira a través del concepto «Una sola salud», reconociendo que la salud de las personas, la sanidad de los animales y el medio ambiente están interconectadas y son interdependientes. La pandemia de la COVID-19 demostró esta interconectividad, ya que es probable que el virus del SARS-CoV-2 tenga un origen animal. En los últimos años, e impulsada por la pandemia, la OIE ha evaluado las vulnerabilidades críticas de la resiliencia en materia de “Una sola salud” a través de sus principales actividades, incluidas las evaluaciones de los Miembros como parte del Proceso de Prestaciones de los Servicios Veterinarios (PVS), los datos del Sistema Mundial de Información Zoosanitaria (OIE-WAHIS), así como a través de encuestas y cuestionarios completados por los Miembros y socios de la OIE. Toda esta información dio lugar a conclusiones preliminares que no pueden ignorarse si la comunidad internacional pretende estar mejor preparada frente a una futura pandemia. La OIE, en plena acción, elaboró su tema técnico anual y la correspondiente Resolución nº 31 para la 88.ª Sesión General, con el objetivo de mejorar la resiliencia en el campo de «Una sola salud» tanto a nivel mundial como para sus Miembros.
La OIE identificó tres vulnerabilidades críticas para la resiliencia en términos de “Una sola salud” que deben ser abordadas por la Organización y sus Miembros. La primera vulnerabilidad consiste en la falta de atención a la gestión sanitaria de la fauna silvestre y su integración inadecuada en las estrategias de sanidad animal y de «Una salud» a todos los niveles. Esto afecta la capacidad de un país a la hora de gestionar las amenazas que representan las enfermedades emergentes y proteger la biodiversidad. La segunda vulnerabilidad es la falta de capacidad global para gestionar las emergencias sanitarias, incluidas las deficiencias en la capacidad de los países cuando se trata de poner en marcha planes de gestión de emergencias (lo que conduce a una falta de preparación). Por último, la tercera vulnerabilidad es la debilidad crónica y sistémica de la sostenibilidad de los servicios de laboratorios de diagnóstico. De forma transversal, la resiliencia en el campo de «Una sola salud» se debilita aún más debido a las deficiencias en la capacidad de los Servicios Veterinarios para acceder a recursos y aplicar un enfoque verdaderamente multisectorial.
El tema técnico anual de la OIE, como parte importante de su 88.ª Sesión General, también estudia la respuesta de la Organización a la pandemia de la COVID-19 y sus vulnerabilidades, y presenta a la Asamblea Mundial de Delegados de la OIE recomendaciones que podrían abordar algunas de estas debilidades y fortalecer nuestros sistemas sanitarios.
Expandir la función de la OIE en la gestión de la sanidad de la fauna silvestre
Con el fin de comprender mejor los desafíos que representa la gestión sanitaria de la fauna silvestre, la OIE encuestó a las autoridades veterinarias de sus Miembros sobre el papel de los Servicios Veterinarios (SV) en la gestión de la fauna silvestre. La encuesta se concentró en cuestiones específicas, como la vigilancia de enfermedades en la fauna silvestre y su control sanitario en el contexto del comercio de animales silvestres, en todos los niveles de la cadena de suministro. El 81 % de los encuestados1 afirmó que sus SV también participan en la gestión sanitaria de la fauna silvestre, principalmente en su vigilancia sanitaria a lo largo de la cadena de valor comercial: en las actividades de importación/exportación, la inspección de los productos y subproductos de los animales silvestres y su transporte. Sin embargo, sólo el 15 % de los encuestados expresó que colaboraba con organizaciones de conservación, organizaciones benéficas, no gubernamentales y otros departamentos gubernamentales centrados en la fauna silvestre. Esta falta de coordinación del concepto “Una sola salud” entre los SV y las autoridades encargadas de la fauna silvestre es sólo una de las dificultades a las que se enfrentan los SV a la hora de implementar un sistema adecuado de control sanitario del comercio y uso de la fauna silvestre.
El establecimiento de marcos legislativos o reglamentarios pertinentes y adecuados para la vigilancia sanitaria del comercio de animales silvestres constituye un tema de gran preocupación para los SV. En respuesta, la OIE lanzó en 2021 su Marco para la sanidad de la fauna silvestre, con el objetivo de mejorar la capacidad de sus Miembros para gestionar el riesgo de aparición de agentes patógenos en la fauna silvestre y de transmisión en la interfaz hombre-animal-ecosistema, teniendo en cuenta al mismo tiempo la protección de la fauna silvestre y la biodiversidad. Además, pretende apoyar a los Miembros de la OIE en la mejora de los sistemas de vigilancia, de detección temprana, notificación y gestión de las enfermedades de la fauna silvestre, impulsando el uso de OIE-WAHIS. Este marco integrará la sanidad de la fauna silvestre en todos los programas y actividades principales de la OIE.
Una mejor gestión de las emergencias es esencial para futuras pandemias
Asimismo, la gestión de emergencias constituye un aspecto clave de la resiliencia nacional, que garantiza que un país esté bien preparado a la hora de actuar con rapidez frente a una nueva amenaza de enfermedad. Si bien es alentador que el 90 % de los Miembros de la OIE cuenten con algún tipo de plan nacional de emergencia, casi la mitad de los 125 Miembros de la OIE evaluados por la herramienta PVS de la OIE no contaba con recursos suficientes o con ningún recurso para responder a una emergencia. Un plan debe ser «adecuado para el propósito», basado en el riesgo local, acompañado de recursos adecuados (incluyendo personal capacitado, equipo y finanzas) y evaluado regularmente a través de ejercicios de simulación. Los SV y la sanidad animal no están correctamente representados en los marcos gubernamentales ni en los planes nacionales de gestión de emergencias, lo que indica una gran vulnerabilidad ante un futuro escenario pandémico. Es necesario seguir trabajando en este sentido y para que un mayor número de sectores apoyen las emergencias de sanidad animal, movilicen recursos y permitan a los Servicios Veterinarios aportar su experiencia en caso de una emergencia nacional. La OIE está construyendo una base de evidencias para su programa de planificación para emergencias, que se utilizará con el fin de desarrollar orientaciones “adecuadas para el propósito”, actualizar las herramientas de refuerzo de capacidades de manera más eficaz y compartir modelos y buenas prácticas para apoyar a los Miembros de la OIE en la mejora de la sostenibilidad de sus sistemas de gestión de emergencias.
Mejorar la sostenibilidad de los laboratorios
La tercera vulnerabilidad de la resiliencia en materia de «Una sola salud» identificada por la OIE fue la sostenibilidad de los laboratorios, una característica vital para luchar contra la amenaza de una enfermedad. La pandemia destacó la importancia del diagnóstico, a menudo realizado o coordinado en los laboratorios, cuando se trata de identificar y caracterizar los patógenos nuevos y emergentes y lograr una detección temprana de los brotes para facilitar su contención y evitar una mayor propagación. Los sistemas bien diseñados que vinculan la vigilancia, los sistemas de laboratorio y las estrategias eficaces de intervención contra las enfermedades pueden mantener o mejorar el rendimiento de los Servicios Veterinarios a lo largo del tiempo. Se trata de sistemas que deben ser sostenibles para garantizar el mantenimiento de estos beneficios. Sin embargo, una encuesta realizada en 2019 a 136 Miembros de la OIE mostró que, de los más de 68.000 equipos notificados en todo el mundo, aproximadamente el 22% no estaba bien mantenido y el 46% no estaba bien calibrado, con variaciones entre las distintas regiones de la OIE. La OIE busca soluciones específicas y también está perfeccionando sus propias herramientas de refuerzo de capacidades en los laboratorios con vistas a garantizar la integración de la sostenibilidad como un componente central.
El examen de las vulnerabilidades de la resiliencia en materia de «Una sola salud» es crucial para la OIE. Se trata de una reflexión sobre su papel y su capacidad para apoyar a los SV en su misión de proteger la sanidad animal y de la planificación de una respuesta proactiva en estrecha colaboración con sus Miembros. La Resolución nº 31 insta a sus Miembros a unirse a la OIE en su compromiso por construir sistemas que no sólo protejan el futuro, sino que creen un mundo más sostenible y saludable tanto para los seres humanos como para los animales.
1 151 Miembros respondieron a la encuesta.
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Tema Técnico 2021